Rosalía Rodas
Las décadas de los ’60 y los ’70 fueron tiempos en los cuales en gran parte de América Latina, y en el mundo, la lucha de clases se agudizó llegando al punto que Gramsci llama “político-militar”. Ante fuerzas sociales que se radicalizaban la burguesía a recurrió a las dictaduras militares para “poner orden”. En particular, contra aquellos grupos que privilegiaron como estrategia la guerrilla urbana y/o rural. Los casos más conocidos en Argentina son el ERP (brazo armado del PRT) y Montoneros, pero no son los únicos en América Latina. Todo lo contrario, desde el MIR chileno a los Tupamaros uruguayos, pasando por las FARC colombianas, no hubo lugar del continente en el que no actuara algún grupo de este tipo. Esa es la razón por la cual la lucha alcanzó una dimensión internacional.
Una de las historias menos conocidas de las guerrillas latinoamericanas es la de Paraguay. Gobernado desde1954 por el Gral. Alfredo Stroessner, una de las dictaduras más largas y más brutales que se recuerden, Paraguay ve hoy desfilar ante sus ojos los resultados de los 35 años que duró su presidencia (de 1954 a 1989). En efecto, los hechos están increíblemente documentados en los famosos “Archivos del horror” de la policía. En particular, es posible seguir desde ellos la evolución de la actividad guerrillera paraguaya. Desde 1960, distintos movimientos guerrilleros como FULNA (Frente de Unión para la Liberación Nacional) o el Movimiento 14 de Mayo, intentaron incursiones desde Formosa o Misiones, pero cayeron antes de poder disparar un solo tiro. En 1976 una Organización Político Militar (OPM), supuestamente apoyada por el ERP (que le brindaba entrenamiento militar e ideológico) y por Montoneros (provisión de armamentos y explosivos), es duramente reprimido, sus miembros son detenidos y en la mayoría de los casos, torturados y asesinados. Los archivos aclaran la razón de esa eficiencia: la policía paraguaya había infiltrado estos movimientos y estaba al tanto de todo desde el inicio.
En el grupo de investigación del CEICS-RyR que se ocupa de estudiar la lucha de clases en los años ’70, estamos interesados en conocer a fondo la naturaleza y alcance de las fuerzas sociales que en esos años desafiaron al capital. Uno de los aspectos de esa investigación se refiere al carácter internacional de esas fuerzas. En este caso, estamos interesados en la intervención de guerrillas argentinas en Paraguay, en especial el ERP, dato que surgió a partir del acercamiento de una compañera de la Asamblea de Mercedes, cuyo esposo desapareció en Paraguay al momento de intentar, aparentemente, la construcción de una organización armada afín a la del PRT. El EPR (Ejercito Paraguayo -o popular- Revolucionario) sería una célula “subversiva” adoctrinada por el ERP en la Universidad de La Plata, en donde la mayoría cursaban sus estudios. Este grupo contaba entre sus filas con Carlos Mancuello, estudiante paraguayo del cuarto curso de Ingeniería Electrónica en la UNLP, responsable del adoctrinamiento político del grupo y “experto armador-constructor del mecanismo de telemando con circuito activador casero del detonador de explosivos a distancia”[1]. Él, junto con sus compañeros (Rodolfo y Benjamín Ramírez Villalba y Amilcar Oviedo) fueron apresados entre noviembre de1974 y principios de 1975, llevados al Departamento de Investigaciones y recluidos en la Guardia de Seguridad en 1975. El Departamento de Investigaciones era el lugar donde se centralizaba la información y se organizaba y sistematizaba la represión, y donde esta misma ocurría: ahí se le tomaban las declaraciones a los detenidos y se los torturaba. Carlos Mancuello figura en las nóminas de detenidos hasta el 21 de septiembre de 1976, fecha en que los archivos de la policía informan que él y sus compañeros “se fugaron”. En realidad, los cuatro fueron asesinados esa misma noche, dato confirmado por los oficiales presentes entonces, durante los juicios llevados a cabo después de 1989 sobre el caso.
El caso de Mancuello y del EPR muestra, ente otras cosas, la conexión internacional que había entre las fuerzas sociales revolucionarias de los países del Cono Sur, pero también la existente entre las fuerzas contrarrevolucionarias de cada país, el “Plan Cóndor”: un acuerdo de cooperación entre los gobiernos de Argentina, Paraguay, Brasil, Uruguay, Chile y Bolivia. En su marco se intercambiaban informaciones entre los organismos de seguridad de cada país y se brindaban ayuda técnica. Además se detenían a los ciudadanos de otros países, se los interrogaba y torturaba y en el caso de no “desaparecerlos”, se los remitía al país de origen, como sucedió con la esposa y el hijo de Mancuello nacido en cautiverio. La detención, en mayo de 1975, del hermano de Roberto Santucho, Amilcar, y el chileno Jorge Isaac Fuentes Alarcón, en Asunción, podría ser citada como uno de los casos representativos, sobre todo por la gran repercusión internacional que tuvo. Con esto, se demuestra que el enfrentamiento entre las fuerzas revolucionarias y contrarrevolucionarias excedía los limites nacionales, manifestándose así el carácter internacional de la lucha de clases. Es interés de nuestra investigación reconstruir la experiencia del EPR, comprobar su existencia, grado de desarrollo y vinculación con el PRT-ERP. El avance de la investigación, realizada en conjunto con la compañera de Mancuello, será objeto de futuros artículos en estas páginas.
La búsqueda de datos de Carlos Mancuello y sus compañeros se hace difícil porque la mayoría de ellos desaparecieron o no hay muchos dispuestos a colaborar. A fin de estimular el aporte de todo dato útil, publicamos una foto carnet del compañero. Rogamos a quienes puedan ofrecer cualquier noticia, nos escriba a cualquiera de las direcciones electrónicas que figuran en El Aromo.
1Así figura la descripción de Mancuello en un documento no fechado de los Archivos paraguayos (contenedor ark 104).
Hola. Me sorprende un poco algunas afirmaciones de esta nota. Varios de los sobrevivientes de la experiencia del EPR viven en Paraguay y otros en Misiones. No son tan pocos.
Lo que mas me soprende es que se pretenda que haya sido una guerrilla «argentina». Era una organización paraguaya de tipo frentista, conformada con el objetivo de asesinar a Stroessner, lo que se evaluaba como la acción que de ser exitosa permitiría iniciar el derrocamiento del régimen dictatorial en Paraguay. Militaron en ella personas de diferentes orígenes políticos e ideológicos que no tenian mas que ese objetivo en común. No es extraño que hayan tenido asesoria de organizaciones argentinas, pero eso no lo hace una organización argentina.
Aqui les dejo una nota basada en la entrevista a uno de los fundadores de esta organización: http://ea.com.py/v2/la-bomba-que-nunca-exploto/
Hay varios errores. Benjamin Ramirez Villalba y su hermano no eran OPM sino que provenian del MOPOCO, de extracción colorada; ellos representaban el ala izquierda, liderada por un médico victima del Operativo Cóndor chupado por un grupo de tareas en Paraná, Entre Ríos y entregado a la Policía de Stroessner. Se trata del Dr. Goiburú, que según muchos había roto con el Partido Colorado y estaba vinculado al ERP. El M 14 de mayo (dirigido por el sector aloniano del PLRA) no entró por Formosa sino por el mismo lugar que entró un mes después la columna Ytororó del FULNA, por Misiones; el FULNA (dirigido por el PCP) tuvo varias columnas, la Ytororo entró por Misiones, la Mariscal Lopez, de Agapito Valiente, operó hasta 1965. La OPM tenía vinculo con el movimiento campesino liderado por los curas de la Teología de la Liberación, el Grupo Expa, que organizó las LAC, Ligas Agrarias Cristianas. Estas fueron duramente reprimidas en lo que se conoció como la Pascua Dolorosa en San Ignacio Misiones, Py.
Increible que en un artículo sobre las guerrillas en el Paraguay no se mencione a la del Comandante Agapito Valiente. Demuestra una total falta de rigor en la investigación. Y lo planteo en estos términos severos porque es una costumbre de RyR hacer esto con investigaciones que no salgan de su núcleo.