Un patrio sufrir. Un análisis del folklore tradicionalista de Facundo Saravia

en El Aromo n° 34

Por Cintia Baudino – Facundo Saravia presentó su disco número cinco, Estaba Cantado, en el Teatro Coliseo los días 10 y 11 de Noviembre. Heredero directo y miembro, desde 1980, del tradicional grupo Los Chalchaleros, el hijo de Juan Carlos Saravia expuso su repertorio a lo largo de dos noches. Partiendo del supuesto general de que toda obra musical encubre conciente o inconcientemente un programa político, analizaremos música y texto de su último trabajo, con la intención de develar el programa que encubre. No obstante, éste no puede entenderse sin examinar la trayectoria histórica que lo antecede. Por lo tanto, conviene reseñar la política artística de los fundadores de su música.

El fundamento

El grupo Los Chalchaleros, fundado en el año 1948, fue uno de los más famosos surgidos en Salta. Su rápida popularidad se debió a los muchos contactos políticos establecidos, lo que le permitió un ingreso al mercado porteño. Entre ellos, Moisés Escalante (funcionario de la legislatura) y Carlos Emeri (Ministro de Agricultura de la Nación y el Ministro de Cultura de la provincia de aquellos años). Los “Chalcha” grabaron 44 discos en la discográfica RCA Víctor y realizaron numerosas giras por Europa, Estados Unidos y América Latina.

Las letras que interpretaban eran en su mayoría de otros autores: los Hermanos Ábalos, Eduardo Falú, Andrés Chazarreta, Buenaventura Luna, Atahualpa Yupanqui, Ariel Ramírez, etc. Las temáticas elegidas por la agrupación las podemos ubicar en seis tópicos distintos. El primero de ellos es el abandono, donde aparece una visión reaccionaria de la mujer. En la mayor parte de los temas se habla de amores que se terminaron siempre por decisión de ella. Sin motivos aparentes, la “malvada, tirana, desalmada”, deja al hombre triste y sin posibilidad de recomponer su vida. El segundo es la religión y la patria. En varias canciones se hace alusión al catolicismo, a peregrinaciones y fiestas populares religiosas. También se reivindica la defensa de la patria. En general, es destacable la presencia de la figura del gaucho, del paisano y de los símbolos criollos. Sospechosamente, brilla por su ausencia la alusión a la población indígena, que parece borrada del mapa aunque una gran proporción de la población salteña sea de ese origen. Un tercer tópico es el de la añoranza del pago. La tristeza es nuevamente el eje de la mayoría de las canciones. Se manifiesta por la nostalgia y el deseo de volver al lugar de origen y al pasado mismo. Éste pareciera ser siempre mejor que el presente y, sobre todo, mucho mejor que el futuro. No sabemos el motivo de su partida, pero lo que podemos deducir es que es algo que debe hacer sí o sí, aunque sea lo que más le duela en el mundo. En ningún caso parece ser, tampoco producto de una decisión personal. La imposibilidad del cambioreivindicación del sufrimiento, es el cuarto tópico del cancionero chalchalero. Aquí, pareciera que no se puede aprender de las vivencias pasadas y crecer. Es decir se propone vivir lamentándose de las cosas malas que sucedieron, recordarlas en todo momento y resignarse a la infelicidad eterna. El quinto tópico y uno de los más significativos es la de la masculinidad-el machismo. Se busca mostrar una imagen de hombre fuerte, que toma decisiones, que hace y deshace a su antojo a diferencia de la mujer que siempre es sumisa, calma, paciente o por el contrario una malvada por naturaleza. Finalmente, el sexto tópico es el Regionalismo que puede verse en gran parte de la obra. Representa una exaltación de una supuesta cultura propia de la provincia, de una región o de un pueblo que los diferencia del resto.

Del análisis de las letras que interpretaban Los Chalchaleros se refleja un programa, el del rechazo al movimiento, el de la imposibilidad de cambio. Profundamente tradicionalista, es en definitiva un programa burgués, cuyo interés es la defensa del statu quo. Los Chalchaleros son fieles representantes de su clase, la burguesía: la familia de Juan Carlos Saravia, fundador del grupo, era de extracción burguesa, su padre era comisario de Orán. Los Saravia tenían una extensa finca en el valle Calchaquí para siembra de alfalfa y engorde de vacunos, que exportaba a Chile. Su abuelo había sido funcionario del gobierno de Patrón Costas y el abuelo de su abuelo, coronel de Martín Miguel de Güemes.

Masividad y migraciones internas

El análisis de las letras muestran elementos de una tradición política conservadora, pero ello no explica por sí mismo el éxito masivo de Los Chalchaleros. La popularidad del grupo radica en las condiciones de existencia de su público. Hay una relación directa de la temática “chalchalera” con el contexto histórico en que se compusieron o tocaron estas canciones, es decir, principios de los ‘60. Por aquellos años, la concentración de capitales, que implica el desarrollo industrial y su inserción en el mercado internacional del azúcar, obligan al capitalista a acrecentar su eficiencia. Esto se lleva a cabo mediante la mecanización en varias fases del proceso de producción de la caña de azúcar. Entre los años 1960-1965 se puede observar que la región del noroeste no puede ofrecer más fuentes de trabajo y tiende a expulsar su población.

Buenos Aires era la principal receptora de migraciones internas. El empleo fijo y la estabilidad que eso significa es un valor importante para el migrante. Pero hay varios factores que impedían satisfacer esta necesidad, en particular su escasa experiencia industrial. Obligado al empleo peor pago, se ubicaba entre las fracciones más pobres de la clase obrera del litoral, en particular en la construcción. No es difícil demostrar que en esas condiciones adversas, el provinciano añoraba el “pago”, al mismo tiempo que rechazaba el retorno porque las condiciones en el litoral eran mejores que en el interior. Asimismo, se ofrece consuelo al fracaso probable del migrante, señalándole que el destino es más poderoso que la voluntad. El protagonista de las canciones sufre la ruptura que representa el viaje y la quiebra de la familia, el abandono de novias, la dificultad para incorporarse a la sociedad “litoral”. Detrás de esta emoción primaria, se hacen pasar también emociones asociadas en el imaginario social: la patria, la subordinación de la mujer, la religión y el sufrimiento.

Ser chalchalero hoy

Facundo Saravia comenzó cantando folklore en el grupo Los Zorzales, con los que grabó cuatro discos. Tenían un estilo “chalchalero”, pero el repertorio era propio. En el año 1980, ingresa al grupo de su padre tras la muerte de uno de sus integrantes, Ernesto Cabeza. En 1995, inició su carrera solista. Grabó el disco Transparencias con temas propios, en el que volcó sus “preocupaciones sociales: la drogadicción, la donación de órganos y la desatención que sufre la gente mayor” según sus propias palabras. Luego editó Artesanos de la voluntad, seguido por De changuitos y chinitas junto a Yamila Cafrune. Facundo, en 2002, fue su cuarto disco.

En 2006, salió al mercado Estaba cantado, compuesto por siete canciones propias y seis de otros autores: Atahualpa Yupanqui, Omar Moreno Palacios, Ernesto Cabeza-Juan Carlos Saravia, Miguel Saravia, Carlos Charlin-Eduardo Troncazo y Alfredo Zitarrosa. En en esta obra participaron muy buenos músicos, entre ellos Pablo Fraguela, Diego Gandolfo, Mariano Delgado, Juan José Concilio y Néstor Acuña. La formación en la mayoría de los temas es piano, guitarra criolla, acordeón, bombo y/o batería, bajo eléctrico y quena. La grabación es muy prolija y con un excelente sonido.

El primer tema es Ni falta le hace, una chacarera de su autoría. Tradicional, simple y con una melodía alegre, la temática es la añoranza del pago, la descripción del lugar: la plaza, su cielo y la vuelta inevitable a aquel lugar. Luego llega Nostalgias tucumanas, zamba de Yupanqui. Este hermoso tema también habla de la nostalgia por su provincia natal. El arreglo es tradicional, con acordeón, piano, guitarra y bombo. La interpretación de Saravia tiene mucha fuerza llegando el estribillo, tiene matices bien trabajados por la banda completa que le dan aire y movimiento a toda la canción. El tema siguiente es una polca Que de inconvenientes para visitar la Pancha. Es una canción cómica. Se trata de las travesías de un hombre para visitar a una chica que vive en medio del monte. En Amor y distancia, de Los Chalchaleros, encontramos una zamba sumamente triste, quien canta sufre por la perdida de su amada dice: “mi vida vivo sufriendo” y sigue: “tu pasas, no vuelves, yo solo quieto muriendo”. Escondida es un escondido tradicional, se trata de un hombre que busca conquistar a una chica en medio de una fiesta religiosa típica del noroeste.

En Bagualero soy, un bailecito, quien habla es un hombre que lleva como estandarte el ser salteño, solitario, fuerte y lleno de dolor. Mi primer amor, una chacarera de Saravia, habla de una guitarra como si fuera una mujer. Aquí despliega su machismo con la descripción de “la novia ideal”: sumisa, de pocas palabras, compañera leal y protectora. En la guarania Migas de pan, trata de la amistad entre él y una paloma; aquí aparece la imposibilidad del cambio, “la llave estaba en manos del destino, nuestros sueños presos”. Amistad que tiene un final fatal, dejándolo melancólico y atado al recuerdo. A continuación llega Cueca del vino nuevo, una cueca típica y bien regionalista, trata sobre la viña y la época de la cosecha en la tierra cuyana. En la chacarera Sobra Olvido, aparece nuevamente la tristeza del hombre a quien la muerte lo estorba. Trata sobre quien fue olvidado y tiene “un dolor que sigue vivo”. En Recordándote, de Zitarrosa, nuevamente aparece la figura del hombre que fue abandonado y vive penando. Por último Para el carnaval, es una chaya con la letra que hace referencia a la fiesta del carnaval norteño.

El folklore de una clase agonizante

Saravia no nos ofrece nada nuevo. No aporta nada distinto ni renovador. Su estilo tradicional se mantiene tal cual el estilo “chalchalero”. Hay sólo dos temas en los que se anima a versiones menos tradicionales. Para el carnaval, que tiene un estribillo con una rearmonización bien lograda, que sorprende y genera un clima de misterio. En este tema aparecen también platillos que apoyan las frases melódicas. El otro caso es la chacarera Sobra Olvido, donde aparecen contracantos realizados por la quena y la guitarra, juegos de preguntas y respuestas melódicas entre la guitarra y el piano, y una buena participación del bajo. Saravia se mantiene fiel a su estilo tradicional y a diferencia de sus contemporáneos se permite pocas licencias asimiladas al estilo pop del folklore de los últimos años.

Al igual que en Los Chalchaleros, las ideas que atraviesan este disco son el sufrimiento, la tristeza, la soledad, la ausencia, la melancolía, la “añoranza del pago” y la muerte. Esta misma inmutabilidad, esta impotencia aparecen plasmadas en los mismos arreglos. Todas las canciones aparecen enmarcadas en descripciones del paisaje, lo que lo ubican indefectiblemente dentro del cancionero más conservador del folklore. Con todo esto podemos concluir que Saravia sigue fiel al mismo programa que encarnaba el grupo de su padre: el burgués. Continúa eligiendo cantarle a una clase que agoniza, hablándole de muerte, de nostalgia y sufrimiento. Frente a la imposibilidad de cambio y el tradicionalismo, debe surgir un folklore del movimiento. Un folklore, en definitiva, piquetero.

3 Comentarios

  1. Cintia;Para empezar tu analisis es equivocado y además muy lejano en el tiempo ,el cd al que haces referencia tiene muchos años,no es de ahora,ni lo presente´en noviembre pasado como decis,despues de ese disco ,vinieron otros: Buenas costumbres,Rasgos naturales,tierra Salta y ahora sacare el ultimo de mi carrera,disco que grabe’ en vivo este año en el Coliseo(el 19 de mayo),escribir hoy sobre un cd que ya tiene 12 años de antiguedad es como que te quedo’ viejo ,demasiado,por otra parte hablas de muchas cosas inciertas e injustas,por ejemplo lo de la burguesia….Te comento que los chalchaleros cantaron siempre la poesia de Davalos,Yupanqui,Zitarrosa,Abalos y de tantos otros grandes autores,lo hicieron con un estilo propio y con un repertorio basado en las costumbres criollas, los paisajes,el hombre y a la mujer del campo,por eso tu calificativo de burgueses no me representa ni a mi ni a mi padre,además si los Chalchaleros tuvieron 54 años de actividad ,fue gracias al espiritu del grupo de estar cerca del publico,de la gente,sin creernos nunca artistas y menos aun de ninguna clase social,por ultimo tres cositas:No fuimos ni soy machista,no acepto que digas algo asi,otra:dejo la actividad despues de 43 años ,orgulloso de irme siendo honesto con lo que siento:ser un folclorista de pura cepa y no coquetear con el pop ni la balada tan de moda por estos dias, si para seguir estando en el ruedo, debo cambiar la direccion de mi origen-destino,me voy,y lo hago feliz porque es por una decision propia,muy mia,la ultima:Se ve que no te gusta lo que hago,lo respeto,pero deberias haber realizado un analisis global de mi carrera y no de una pequeña porción y ya caduca de ella,es una lastima que tengas facilidad para escribir y hacerlo asi tan suelta de teclas y sin aferrarte a validos argumentos!Facundo Saravia

  2. Una aclaración Facundo: si bien la nota se subió hace algunos días, corresponde al año 2006. Tal vez por eso suena tan desfasada. Saludos!

  3. Hace muchos años tuve oportunidad de presenciar una entrevista a Jorge Luis Borges en el teatro Auditorium de Mar de Plata. La persona que lo entrevistaba,una mujer cuyo nombre no recuerdo,desde el comienzo hizo gala de una erudicion notable,prologando cada pregunta que queria hacer con un análisis propio de lo que el escritor habia querido expresar en tal o cual obra.Indefectiblemente Borges con muy pocas palabras daba por tierra con su concienzudo análisis ,la mayoria de las veces solo elaborado para tomar mas protagonismo que el entrevistado. me da la misma sensacion en este caso.Nada mas simple que ser un critico de la obra ajena y escribir infiriendo las teorias mas absurdas para llegar a una conclusion satistactoria a sus propios intereses.

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