El presente estudio tiene como finalidad realizar una aproximación a la situación de la trata de personas con fines de explotación sexual en Argentina, Chile y Uruguay y se realizó entre marzo y diciembre de 2006. Sus principales objetivos tienen que ver con conocer sus modalidades, la forma en que se realiza la captación de víctimas, las rutas que se utilizan, en conclusión, el funcionamiento de estas redes, que mediante testimonios y casos encontrados muestran la gravedad del asunto, que se presenta como la tercera actividad delictiva más lucrativa del mundo.
Cabe destacar que los tres países que comprende este informe han ratificado el Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente de mujeres y niños de la Convención de las Naciones Unidas contra la delincuencia organizada trasnacional”. Argentina desde el año 2002, Chile a partir del año 2003 y Uruguay desde el 2005. De esta misma reglamentación se desprenden los conceptos utilizados en esta investigación. Este Protocolo establece que: “Por trata de personas se entenderá la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos”.
También podemos agregar que la trata de personas es un proceso complejo con varias etapas, reclutamiento en el lugar de origen; transporte al lugar de destino y acogida, y diferentes actores. Existe un nivel de organización que se refleja en una red con actores primarios y secundarios. Los primeros son los tratantes (reclutadores, proxenetas, regentes de prostíbulos, enganchadores) quienes reclutan, transportan o acogen mujeres para explotarlas sexualmente. Los actores secundarios facilitan con diversas tareas o servicios el funcionamiento de las redes. Se encuentran ciertos integrantes de las fuerzas de seguridad y algunos funcionarios públicos, empleados de empresas de transporte terrestre que garantizan pasajes para el traslado de mujeres, empleados de empresas de telefonía celular que proveen líneas “seguras” e individuos encargados de confeccionar documentación falsa para menores y extranjeras.
Regentes de prostíbulos: Son en componente central de la trata, en tanto son los que operan en los lugares de explotación donde se produce la recepción y acogida de las mujeres. Es quien maneja el prostíbulo y se encarga del funcionamiento del negocio.
Reclutadores: Se dedican a captar mujeres para prostíbulos y pueden ser hombres o mujeres indistintamente, viajan a las zonas de reclutamiento y captan mujeres recurriendo al engaño: les ofrecen trabajo como limpiadoras, meseras, etc. Y les ofrecen cubrir los costos del viaje. No es extraño que muchas veces esta actividad esté en manos de mujeres que ya están ejerciendo la prostitución libremente o siendo coaccionadas. Además suelen actuar con terceros que captan a las mujeres en los barrios (reclutadores primarios). Estas personas por lo general son remiseros, taxistas, vendedores o vecinos que pueden o no saber el destino verdadero de las mujeres.
El secuestro constituye otra modalidad de captación, pero que es menos frecuente, ya que es más riesgoso para los tratantes.
Proxenetas: El término hace referencia exclusivamente a quienes obtienen ganancias de la explotación sexual de las mujeres que controlan y que circulan a través de las distintas instancias de la red, pero que no cuentan con establecimientos propios para que estas sean explotadas. Supuestamente esta relación es consensuada y puede romperse en cualquier momento y por cualquiera de las partes, pero la realidad muestra que este “contrato” está generalmente signado por la coacción o el sometimiento en sus distintas variantes. La forma más común es el “enamoramiento” por lo que suelen ser llamados “maridos” de las mujeres.
La trata de personas con fines de explotación sexual en Argentina
Argentina es señalada por varios documentos internacionales como un país de destino para mujeres y niños víctimas de trata con fines de explotación sexual y laboral, lo que compromete todo el territorio argentino.
Las víctimas son mujeres, mayoritariamente menores de edad, poco escolarizadas y muy pobres. La captación mediante el engaño es la principal forma de reclutamiento, aunque también se observan casos de secuestro y posterior privación de la libertad para la explotación.
El estudio remarca la ausencia de una legislación adecuada para esta temática, ya que a la fecha de su realización Argentina aún no contaba con legislación sobre el tema. Es por esto también que a la hora de abordar los casos judicializados se pudieron identificar de manera indirecta, recurriendo a aquellas caratuladas por delitos conexos.
Así mismo se destacan tres proyectos de ley de trata hasta esa fecha: el primero elaborado por la Procuración General de la Nación y presentado por el Senador Agundez y un segundo presentado por la Senadora Alicia Kirchner. A pesar de que ambos se ajustaban al Protocolo de Palermo, exigían que se pruebe que la situación de trata se hizo efectiva mediante amenaza, engaño, uso de la fuerza, coacción, fraude, etc. Ello resulta con frecuencia difícil de probar en la práctica y hace que el proceso se apoye fundamentalmente sobre los testimonios de las víctimas. Por último, un tercer proyecto fue presentado por la Diputada por Tucumán Stella Maris Córdoba y fue ampliamente aceptado, ya que aborda la cuestión de una manera integral: dispone la creación de la Secretaría para la Prevención, Protección, Asistencia a la Víctima y Sanción del Delito de Trata de Personas, con dependencia de la Presidencia de la Nación. También crea un Programa Nacional del mismo nombre. Finalmente, tipifica la figura de trata incorporándola al Código Penal como delito contra la libertad individual.
En Argentina hay distintas redes de trata. En algunos casos los grupos están integrados por familias enteras, llegando a tener numerosos prostíbulos en una o varias provincias.
En Santa Fe, Mendoza y Entre Ríos han sido identificadas como las provincias de donde provienen los proxenetas más importantes.
Lugares de explotación: Los prostíbulos están prohibidos en la legislación argentina (Ley 12.331) por ende los encontramos bajo denominaciones comunes como cabaret o whiskería, pool o hamburguesería en Misiones. En las grandes ciudades (Buenos Aires, Mar del Plata, La Plata, Córdoba, Rosario= es posible encontrar departamentos conocidos como privados. Son prostíbulos que funcionan más o menos disimuladamente en departamentos de pequeñas dimensiones.
Por otra parte cabe mencionar que como los proxenetas no cuentan con establecimientos propios envían a las mujeres de su propiedad a prostíbulos donde son explotadas por períodos que pueden variar entre una semana y 45 días, a esto se le llama sistema de plazas.
De esta manera se pudo observar que dentro de los prostíbulos conviven mujeres en distintas situacioones de explotación: “mujeres sueltas” que no son propiedad de nadie y que circulan libremente en el circuito de los prostíbulos, mujeres con “marido” bajo el sistema de plazas y aquellas que han sido reclutadas bajo engaño o secuestradas. En la mayoría de los casos las salidas al exterior y las llamadas telefónicas están prohibidas y si se les permiten son llevadas a cabo mediante un estricta vigilancia.
El perfil de las víctimas: En este trabajo se han identificado mujeres víctimas de trata originarias de las provincias de Misiones, Chaco, Santa Fe, Salta, Tucumán y Jujuy. En algunas provincias se han encontrado mujeres del conurbano bonaerense y de Capital Federal, además se han identificado numerosos casos provenientes de Paraguay y Brasil.
En este sentido las víctimas son mujeres con bajos niveles de escolarización, provenientes de familias con necesidades básicas insatisfechas. Esta situación garantiza la efectividad del engaño. Otros de los factores que generan vulnerabilidad, son los contextos de violencia familiar y abuso sexual.
Provincia de Buenos Aires: Se pudieron identificar casos judicializados en las siguientes áreas: partidos correspondientes al área metropolitana de Buenos Aires, como Avellaneda, Lomas de Zamora y San Miguel; al tercer cordón como Zárate, Campana, Luján, La Plata y Cañuelas; del centro de la provincia como Dolores, Salto y Mercedes; y de la costa atlántica como Mar del Plata y Necochea. De esta manera es posible afirmar que Buenos Aires es esencialmente un lugar de destino de trata interna e internacional, aunque también se ubican determinadas zonas del conurbano como de reclutamiento.
El mapa confirma la existencia de una ruta Paraguay, Misiones, Provincia de Buenos Aires, cuyo espacio primordial de tránsito son las provincias de Corrientes y Entre Ríos.
Otro dato importante respecto de esta provincia es que no se registran secuestros como modalidad de captación, si engaño, coacción y violencia psicológica. Pero no se observan casos de violencia física.
Provincia de Córdoba: Las localidades más afectadas por la trata de personas con fines de explotación sexual son: Ciudad de Córdoba, Alcira Gigena, Las Varillas, Salsipuedes, Villa Quilino, Río Segundo, Río Cuarto, Arroyito, Alta Gracia, Santiago Temple y Carlos Paz. Como esta provincia es principalmente una zona de destino, la mayoría de las mujeres provienen de Chaco, Santa Fe, Misiones y Paraguay. Los datos más relevantes tienen que ver con la presencia de secuestros (además del engaño) como modo de captación y los altos grados de violencia física ejercidos hacia las mujeres que se encuentran siendo explotadas en esta provincia.
Provincia de Misiones: Las ciudades de Posadas, Puerto Iguazú, El Dorado, Oberá, El Soverbio, Apóstoles, San Vicente, Campo Grande, San Pedro, Bernardo de Irigoyen, Ruíz de Montoya, Aristóbulo del Valle, San Ignacio, Wanda y Almirante Brown, fueron identificadas como áreas de reclutamiento. La modalidad utilizada es el engaño mediante una oferta falsa de empleo, no encontrándose casos de secuestros. El destino de estas mujeres generalmente es Buenos Aires, Córdoba, Santa Cruz y Entre Ríos (Chajarí, Victoria, Nogoyá, Gualeguay y Concepción del Uruguay).
La trata de personas con fines de explotación sexual en Chile
Esta investigación se llevó a cabo en Santiago, Arica e Iquique (Primera Región), Antofagasta y Calama (Segunda Región), Valparaíso y Viña del Mar (Quinta Región), Loynaique y Puerto Aisén (Undécima Región), Punta Arenas y Puerto Natales (Duodécima Región).
En cuanto al marco normativo chileno podemos decir que al haber ratificado los Tratados y Convenciones internacionales referidas a la temática, se encuentra pendiente el compromiso de adecuar su legislación a estos fines.
La trata de personas como delito está tipificada en el artículo 367 bis del Código Penal (1995): “El que promoviere o facilitare la entrada o salida de personas del país para que estas ejerzan la prostitución en el territorio nacional o extranjero, será castigado (…)”. Como se puede observar, la adecuación del Protocolo de Palermo es limitada dado que no sanciona la trata interna y que no tiene en cuenta otro tipo de explotación que no sea sexual. Además de no encontrarse programas de protección a víctimas.
Al igual que en el resto de los países las características de las redes de trata, como también de las víctimas son comunes.
De acuerdo con los datos obtenidos Chile se presenta tanto un sitio de paso para la trata internacional (una de las “paradas” antes de arribar al lugar de destino), como un lugar de destino. Las mujeres víctimas de esta actividad son generalmente peruanas, argentinas, colombianas, incluso se observaron casos de mujeres provenientes de China.
La modalidad de captación más común es el engaño y las ofertas laborales fraudulentas, no habiéndose observado casos de secuestros. Y relacionado a esto, es importante destacar que las mujeres no suelen ser conscientes de su condición de víctimas de trata, es por esto que muchas veces no piden ayuda ni intentan escapar.
Además de la trata de mujeres con fines de explotación sexual, surgieron a lo largo de la investigación casos de hombres, mujeres y niños destinados a la explotación laboral en diversas tareas rurales.
La trata de personas con fines de explotación sexual en Uruguay
El objetivo de esta investigación es hacer una exploración de las situaciones sociales potencialmente generadoras de vulnerabilidad ante la trata y analizar las respuestas existentes para el combate y la prevención. Es así que este estudio tomó como eje los departamentos de Montevideo, Colonia, Paysandú, Rivera, Cerro Lago y Maldonado.
Si bien Uruguaya adhiere a los distintos Protocolos y Tratados internacionales para detectar y combatir la trata de personas con fines de explotación sexual, en su legislación interna el derecho penal uruguayo no tenía ninguna figura legal tipificando el delito de trata de personas hasta diciembre de 2007 (Ley de Migración). Sin embargo el proxenetismo está penado, aunque es importante destacar que su ubicación en el código y la pena establecida no contribuyen a visualizar el problema como una violación a los Derechos Humanos.
De esta manera, los casos judicializados que podemos encontrar no existen con la figura legal de trata de personas, si no que aparecen vinculadas al delito de proxenetismo, y a su vez como la prostitución es legal en Uruguay no existe políticas públicas dedicadas a investigar su entorno. Es decir, los casos encontrados solo fueron investigados a raíz de denuncias puntuales que a su vez han sido escasas. La conclusión es que no hay recursos materiales ni humanos para la investigación y que los operadores del sistema no tienen la capacitación necesaria.
La modalidad de reclutamiento es similar al resto de los países, así como también el perfil de las víctimas. La diferencia reside en que según este estudio Uruguay no es un país de destino de trata, aunque también existen lugares de oferta de prostitución que no se encuentran controlados y que son terreno fértil para que este tipo de actividades se desarrollen.
No es fácil identificar la trata en Uruguay, ya que buena parte de la “industria sexual” se mueve en zonas ambiguas donde es difícil determinar cuál es la condición de las mujeres que se encuentran prestando esos servicios. Lo cierto es que en la prostitución regular (inscripta y con carné de salud) o en la irregular (clandestinamente en locales o en la calle) es permanente la aparición de la figura del proxeneta y la presencia de este puede dar lugar a la trata.
La trata más visible en esta zona es el tráfico hacia el exterior, principalmente hacia España e Italia. Generalmente son mujeres que ya ejercían la prostitución en Uruguay y saben que van a realizar la misma actividad en Europa, son engañadas en cuanto a las condiciones laborales: se les promete dinero que nunca se les entrega, se les retiene la documentación y se las vigila constantemente.
En cuanto a la trata dentro del país se observa que en las zonas de mayor vulnerabilidad ha habido un incremento de la prostitución, incluso de la de menores de edad y se encuentran muchos casos que son promovidos o tolerados por la familia como forma de obtención de recursos y aunque esta no es legal se puede observar oferta en diversas zonas del país, pero no se ha podido determinar si esta responde a una organización.