Como todos los años en noviembre se renueva el Centro de Estudiantes (CE) de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales (FHyCS) de la UNaM. Los principales contrincantes ocuparon en algún momento la presidencia del centro o fondos del Estado. En términos generales, podemos distinguir dos bloques: los peronistas y los radicales.
Actualmente la presidencia del CE está en manos de Nuevo Espacio (NE) en alianza con Franja Morada. Durante su gestión dio la espalda al movimiento estudiantil. Su “militancia” se sostuvo en actividades asistencialistas (administrar equipos de tereré, mates, etc.). Otro de sus ejes de intervención fue la realización de charlas que demuestran lo alejada que se encuentra su política de los intereses estudiantiles: “cómo invertir en la bolsa”, “legalización de la marihuana”, entre otros. Esto demuestra que para la presidencia el problema no es la infraestructura, aulas hacinadas, baños derruidos sino un inodoro censurado. Ni hablar de su ausencia en todas las luchas que se desarrollaron este año, mote que le cabe a todos.
Por otro lado, nos encontramos a todo el arco kirchnerista. La agrupación “Carlos Terezsecuk- MPE”, vicepresidencia del CE, que por lo único que se ha destacado este año fue por obstruir mediante censura la lucha del Colectivo de Estudiantes Albergados que luchan por mejores condiciones de vida para los estudiantes que viven en los albergues de la provincia y la universidad.
Por último, está el Frente Estudiantil (FE), quien fue conducción del Centro de Estudiantes del 2011 al 2016. Al igual que el kirchnerismo, no demostró ser más que un fenómeno estatal: a un año vemos su militancia reducida y a todos sus referentes ocupando cargos no docentes en FHyCS. En estos espacios su política es contra los estudiantes. Por caso, hicieron lo posible por deslegitimar el reclamo por albergues, apoyando la miseria y reivindicando el hacinamiento. Dejaron allanado el camino para que el Frente Renovador realice sucesivos aumentos al boleto estudiantil. Además, su política a la cabeza del centro no fue distinta a la de NE, asistencialismo, charlas inservibles y negación de la realidad.
Bandera Roja, pese a ser una agrupación reciente, en lo que va del año ya ha protagonizado algunas de las reivindicaciones más sentidas por los estudiantes. En primer lugar, desde que empezó el ciclo lectivo, hemos estado impulsando la lucha de los estudiantes albergados luchando contra el estado provincial y las autoridades de la universidad por la derogación del reglamento proscriptivo y la mejora de las condiciones de vida de esta fracción del estudiantado. Por otro lado, hemos impulsado asambleas y encuentros de la carrera de Historia con la finalidad de discutir el cogobierno universitario y el actual plan de estudios. También acompañamos a las compañeras de comunicación social que iniciaron un proceso de juicio académico a los profesores acusados por violencia de género. En todos estos conflictos las organizaciones antes reseñadas brillaron por su ausencia.
Nuestra propuesta es la construcción de una universidad al servicio de los estudiantes que no son sino trabajadores. Esto implica que la universidad no puede quedar limitada ser un nicho para reclutar militantes que intervengan en otros espacios. Debemos impulsar la lucha para la mejora de nuestras condiciones materiales: albergues para alumnos, comedor universitario, guardería, boleto gratuito y salario estudiantil son reivindicaciones que debemos poner en marcha. A la lucha sindical se debe sumar la lucha por una formación científica de calidad. Para ello debemos batallar contra los órganos de cogobierno garantes de que la universidad sea una usina de ideología burguesa a través de la instauración del gobierno por asambleas interclaustro donde una persona valga un voto. Tomando el gobierno en nuestras manos vamos a poder combatir la degradación material e intelectual a la cual se nos somete cotidianamente.
