Contra el reformismo. La reforma agraria

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 ¡A desalambrar, a desalambrar!, que la tierra es nuestra, es tuya y de aquel, de Pedro y María, de Juan y José”, dice la simpática canción popularizada por Víctor Jara. Efectivamente, la Reforma Agraria hace rato que se encuentra instalada en el sentido común como algo progresivo. En el imaginario remite siempre a una imagen idílica de alegres campesinos que cosechan con sus propias manos, los frutos de la tierra que los alimentará. Conviene, entonces, preguntarnos qué hay de real detrás de todo esto.

Comencemos por lo elemental: ¿en qué consiste la reforma agraria? Básicamente, en el reparto de la tierra. Eso que se ha sintetizado en la frase “la tierra para el que la trabaja”. En esta formulación el principal enemigo es el “gran terrateniente”, que acapararía tierras sin ponerlas en producción o lo haría deficientemente. Mientras que el principal beneficiario sería el “pequeño campesino”, aquel que trabaja con sus propios brazos y los de su familia de manera más productiva.

Como tal, la Reforma Agraria pudo tener un potencial progresivo en el marco del ascenso revolucionario de la burguesía. Contribuyó a minar el poder de los señores feudales y a liberar al campesinado de las relaciones de servidumbre. Sin embargo, una vez que el capitalismo desplaza al feudalismo, el campesino se convierte en otra cosa. La propia competencia capitalista lo lleva, si tiene éxito, a convertirse en un burgués hecho y derecho que, como todo burgués, debe explotar trabajadores de la forma más eficiente posible. Si no tiene éxito, el viejo campesino se convierte en un proletario que no tiene más que sus propias manos para vender o que, en ocasiones, conserva una pequeña parcela que le permite obtener un complemento a su salario.

Una vez que la burguesía ya ha consolidado su poder y dominio, la tan mentada Reforma Agraria se vuelve, en realidad, completamente reaccionaria. Aparece defendida por la pequeña burguesía o la burguesía agraria más chica que se ve aplastada por la competencia, y que tras un encendido discurso “antimonopolista” y/o “antiterrateniente”, oculta en realidad su verdadero interés: el de perpetuarse como parásito. Y como parásito ineficiente, porque los grandes burgueses son los que alcanzan mayores niveles de producción y productividad.

Pero entonces ¿cuál es la tarea de los socialistas en el campo? Pensémoslo desde nuestra realidad. En contra de lo que suele creerse, el campo argentino tiene un alto grado de desarrollo. Y no simplemente por la extraordinaria fertilidad la Pampa Húmeda, sino también porque en ella se trabaja con herbicidas, semillas genéticamente modificadas y “gigantes de acero”, como se conoce a la maquinaria agrícola que hoy es posible manejar por GPS. También tiene un alto grado de concentración en la producción, que es organizada por una burguesía que está muy lejos de poder ser caracterizada como campesino que produce en familia.

En este escenario, una reforma agraria lo único que lograría es un retroceso. El fraccionamiento de la tierra crearía una capa de pequeños productores que tendrían mayores dificultades económicas y técnicas para implementar maquinaria de punta y formas más eficientes de organizar la producción.

El paso no puede ser hacia atrás, tiene que ser hacia adelante. Y eso implica superar el capitalismo. Nuestra principal tarea para el agro es la expropiación de todos los burgueses, del primero al último. Y la colectivización de la tierra en gigantescas unidades estatales, capaces de aprovechar al máximo la tecnología disponible, pero incluso revolucionarla y alcanzar nuevos escalones en la productividad. Una productividad que despegará y generará no ya miseria, como lo hace en el capitalismo, sino la liberación del proletariado agrícola y de la clase obrera en general.

4 Comentarios

  1. Los grandes retos para la consolidacion de los proyectos hacia el socialismo se enmarcan en la conduccion del partido o la corriente que ha de estar a la vanguardia y su concepcion a la hora de tomar las riendas de la revolucion. Los conceptos de interpretacion de esta concepcion son, a mi ver, los que se encargaran de poner en marcha los engranes impulsadores. Lo que implica que gran parte de la poblacion este involucrada en su conduccion. Hasta ahora lo que puede percivir tanto aqui en EU como por lo que leo de la sociedad Argentina es el hecho de la fragmentacion de ideas que en los movimientos al Socialismo existen. Si hemos de impulsar dichos mega cambios necesitamos ver y actuar de manera paralela a las necesidades que dichos cambios conllevan. Ahora bien nadie esta sugeriendo que esto sea facil de lograr pero que al fin y al cabo sera la gran mayoria del pueblo Argentino y mundial la que hara posible crear el futuro que vos mencionas. WFG

  2. Mmm no me gustó mucho la nota: es muy simplificada, no desarrolla particularidades (salta-distinto-la pampa), y no explica detalladamente las conclusiones/soluciones (unidades estatales). Si podrían reescribirla de manera más trabajada se los agradecería, saludos fraternales.

  3. Seba Peo. La hoja socialista justamente se trata de notas simples y concisas para un público general. Tenemos un libro llamado patrones en la ruta, en Google pone «reforma agraria razón y revolución» y hay notas más desarrolladas. Saludos

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