Juan Carlos (Juanka), delegado de la Asamblea Popular de Plaza Congreso y Walter Calú, delegado de la Asamblea popular de Parque Lezama “Piquete Urbano”.
EA- ¿Qué es Piquete y Cacerola y cómo se forma?
Juanka- Piquete y Cacerola se forma a partir de una inquietud que surge después de la experiencia de la Segunda Interbarrial Nacional, donde la Asamblea de Plaza Congreso llevó la propuesta de pedir un lugar en la Mesa del Bloque Piquetero Nacional para un grupo de asambleas que se referencian con respecto a las luchas del movimiento piquetero y al BPN y los programas de lucha que se votaron en las anteriores ANT. No hubo repercusión dentro del movimiento asambleario y, después, con la desintegración de la Interbarrial de Parque Centenario, un grupo de asambleas nos reagrupamos con un objetivo preciso: el de participar en este cuarto Congreso como bloque y tratar de sumar más asambleas a la lucha con el movimiento piquetero porque pensamos que hay todo un sector de asambleas que están muchas ligadas a los CGP, otras en tareas netamente barriales (ya sea a nivel de la lucha por las tarifas o por el mantenimiento de las plazas, los semáforos) pero están totalmente desligados de la lucha del movimiento obrero y el movimiento piquetero. Pensamos que esa es la lucha que hay que darse, con la unidad de todos estos sectores: los sectores medios de la sociedad, los sectores piqueteros desocupados y ocupados. Porque las circunstancias donde se produjeron hechos políticos en el país fueron precisamente cuando se produjo la confluencia de todos estos sectores. Por ejemplo el 19 y 20 de dieciembre, o el asesinato de los compañeros Kosteki y Santillán en Puente Pueyrredón donde confluyeron -en repudio a esas muertes, a esa represión- los sectores asamblearios, piqueteros y el movimiento obrero, y eso hizo tambalear al gobierno de Duhalde que tuvo que adelantar las elecciones y estuvo tambaleando por unos momentos precisamente debido a esa unión de todos esos sectores. Cosa que no la producen los piqueteros por su lado ni las asambleas por su lado ni las huelgas obreras que se puedan dar, todos por separado. Eso el régimen tiene hasta cierta capacidad de absorverlo. Lo que no puede absorver es cuando todos esos sectores confluyen en unidad contra él.
Walter- En el caso de nuestra asamblea en particular el tema de nuestra pertenencia al Bloque tiene que ver básicamente con una necesidad. Nosotros nos retiramos ya hace varios meses, inclusive antes de que se produjera la ruptura de la Interbarrial. A partir de ese momento participamos en la Coordinadora de Organizaciones en Lucha de La Boca, hicimos una experiencia que nos llevó a la conclusión de que las luchas parciales, las luchas reivindicativas no alcanzaban, que teníamos que plantearnos objetivos superiores en términos de Asamblea, inclusive para garantizar la supervivencia de la Asamblea en sí. Como decía el compañero, el movimiento asambleario se ha fragmentado muchísimo, producto de un reflujo del movimiento asambleario que ha llevado a que muchas asambleas se tengan que ocupar básicamente de la sobrevivencia de los compañeros. El tomar el trabajo de garantizar la sobrevivencia de los compañeros, para muchas asambleas a significado prácticamente el suicidio: o desaparecer como asambleas o convertirse en asociaciones prácticamente asistenciales o asociaciones de tipo culturales, como decía él, desvinculados de lo que es la lucha de clases en general, la lucha política. En ese sentido para nosotros se nos plantea como una necesidad, razón por la cual habíamos venido participando de las ANT. Nos referenciamos claramente en ese sentido y en ese sentido es que impulsamos la conformación de este bloque de asambleas: claramente definido en un sentido de lucha política y de ampliar esa lucha política a la posibilidad de que haya una construcción organizativa independiente de los trabajadores y del pueblo.
EA-¿En qué etapa se encuentra ese proceso y de acá en adelante teniendo en cuenta el caso del Padelai, que fue bastante simbólico, mostrando la represión más descarada relacionada con los chanchullos inmobiliarios de Ibarra, etc.?
Juanka- En principio, el movimiento asambleario eran grupos heterogéneos, barriales, que se juntaban espontáneamente a discutir. Donde estaban desde los ex-militantes de izquierda hasta la derecha más recalcitrante, todos unidos en una misma asamblea donde se discutía de todo. Por supuesto que con el pasar del tiempo eso se fue decantando. Para lo que sirvió este proceso fue para rescatar -entre los cuales me incluyo- viejos militantes de partidos de izquierda, de partidos políticos que volvimos a la actividad política a partir de este fenómeno y que hoy en día las asambleas demostraron que no eran un hecho circunstancial, sino que quedaron como sujeto político de la sociedad. Es más, las asambleas se resistieron por supuesto mucho más que otras organizaciones a los planes del gobierno, no sólo de cooptación sino de sumarse a la trampa electoral por ejemplo; en general hay un rechazo generalizado por eso. Aunque hay un arma de doble filo: todas levantamos la consigna del «Que se vayan todos» pero, bajo esa consigna muchos interpretan que el «que se vayan todos» es decir «no a la política». Nosotros decimos «que se vayan todos», todos los que nos gobernaron hasta este momento, todos los corruptos, pero reivindicamos la política. La política tiene que seguir estando y en manos de los trabajadores y tenemos que tener más participación que nunca en este momento. Porque ante la crisis tenemos que plantear una opción de los trabajadores.
Walter- Con respecto al tema este que plantebas, de la represión. Yo no creo que el intento de cooptación de las asambleas y la represión sean dos momentos distintos. En el caso del Gobierno de la Ciudad siempre hubo una fuerte tendencia a solucionar los problemas reprimiendo. A la vez hacen todos los esfuerzos posibles para cooptar a las organizaciones ya sea a través de la ayuda alimentaria, a través de los planes sociales. Eso es una lucha permanente.
EA-¿Con qué mensaje irían hacia los vecinos, compañeros que, o no se han organizado, o que han tenido una experiencia de acercamiento y se han ido, o para con asambleas que uds. consideren que tendrían que sumarse a esfuerzos como los que están tratando de llevar adelante?
Juanka- Mirá, yo lo que puedo decir es que agradezco al pueblo argentino por la insurrección del 19 y 20 de diciembre del 2001 porque gracias a eso pude salir de unos años en que transcurría mi vida sin ningún proyecto mas que el de trabajar. Y que pude rescatar a partir de ahí, encontrar en la asamblea popular, una militancia y un objetivo de lucha que no tenía antes. A partir del 19 y 20 de diciembre mi vida tuvo mucho más sentido que en los años anteriores. Y eso no se cambia por nada. Estoy más en contacto con las necesidades de la gente, con la miseria, con los problemas políticos, con las discusiones, con los conflictos. Pero eso es parte de la vida y eso me hace vivir más feliz que mi -entre comillas- «vida tranquila anterior».
Walter- La cuestión es que hay cosas que no se resuelven con exhortaciones. Y la realidad no se modifica únicamente con la voluntad de modificarla. Esto que vos señalabas con respecto a cierto rechazo, o a cierta desconfianza, básicamente a la intervención de las corrientes políticas en las asambleas, es parte también de la experiencia que tienen que hacer las asambleas indudablemente. Hay un proceso y precisamente por eso tenemos distintos niveles de organización entre las asambleas, distintos proyectos, distintos nortes políticos, si se quiere. Lo que sí, me parece que esa realidad se modifica trabajando sobre la realidad. En ese sentido el esfuerzo que nosotros pretendemos hacer como Bloque en principio es ver si podemos largar una especie de encuentro de asambleas donde podamos discutir todo este tipo de cosas.