La detención del “Pata” Medina, Secretario General de la seccional La Plata de la UOCRA, le permitió al macrismo matar varios pájaros de un tiro en medio de la campaña electoral. El gobierno se presenta como el adalid de la lucha contra las mafias sindicales. Lo hace contra un sindicalista kirchnerista, con lo que le puede pegar a Cristina. En este caso, además, contra quien retrasa la obra de electrificación del Roca, obra que mejoraría el servicio. Además, cumple con un reclamo que los empresarios de la construcción platense venían pidiendo hace rato, y a quienes necesita para avanzar con la obra pública, su caballito de batalla. Las quejas se basaban en los sobrecostos que les implicaban las coimas y la contratación compulsiva de la empresa Abril Catering que poseía Medina para proveer la comida en las obras. Esa misma empresa servía de pantalla para ocultar la fortuna que amasó. Parece que no era su único negocio, también manejaría una empresa de limpieza que obliga a contratar para las obras y su mujer estaría acusada de “regentear mujeres en las obras”. Con este hecho, Macri también contentó a uno de sus socios sindicales: Gerardo “Batallón 601” Martínez. Martínez, estaba enfrentado con Medina hacía tiempo y ahora podrá quedarse con la seccional La Plata.
El “Pata” Medina no es una excepción dentro del sindicalismo peronista, sino que representa, como la UOCRA en general, el grado de descomposición al que han llegado los gremios, en tanto organizaciones corporativas de clase, de la mano del peronismo. Medina dice defender a los trabajadores con sus acciones de paralización de las obras. La realidad es que, al igual que sucede en todo el país, la UOCRA solo paraliza las obras donde no cobra suficiente coima o no logra emplear a su patota. El trabajo en negro, los salarios, las condiciones de trabajo miserables que condenan a accidentes en muchos casos mortales a cientos de compañeros, los tienen sin cuidado. Es más, cuando los trabajadores buscan organizarse de forma independiente, las patotas de la UOCRA salen a enfrentarlos.
Las patotas actúan no solo contra los propios obreros, sino incluso como fuerza política de choque. Recordemos que Medina salió a la luz pública en 2006 cuando su gente se enfrentó a la de Moyano en el traslado de los restos de Perón a San Vicente. En ese momento, Moyano jugaba para Kirchner, al igual que Martínez, y Medina para Duhalde. Medina se alineó luego con Scioli y, por ejemplo, durante las inundaciones de 2013 su patota golpeó a La Cámpora para evitar que participara en el reparto de asistencia. Finalmente, hoy está con Cristina, mientras Martínez apoya al Gobierno.
La nota la dieron los partidos de izquierda más embanderados con el frente anti-Macri, los que más claudican frente al kirchnerismo. El NMAS salió a decir que todo era una maniobra para quitarle derechos a los obreros. Pero lo cierto es que a los obreros de la construcción les quedan pocas conquistas por perder y que la dirección de la UOCRA en su conjunto ha sido un elemento activo en esa entrega. ¿O cree que Medina va a defender a los obreros de la construcción de nuevas derrotas? Por su parte, el PTS caracterizó que se trató de un intento de limitar el poder de movilización de los sindicatos argentinos, a pesar de sus direcciones burocráticas. ¿A esta altura el PTS guarda alguna ilusión en que esta dirigencia sindical va a movilizar a las masas obreras contra el ajuste?
Es evidente que personajes de la calaña del “Pata” deben ser repudiados. No solo deben pudrirse en la cárcel, sino que hay que aprovechar esta situación para denunciar a todos los burócratas, sean más chicos o más grandes. Porque ya no se trata solamente de simples burócratas. Sin importar la magnitud, estamos frente a burgueses que dirigen gremios. Y en especial, este un gremio particularmente descompuesto que se ha transformado prácticamente en una cáscara vacía que solo sirve de caja. En la rama de la construcción ya se ha puesto en pie un sindicato, el SITRAIC, que disputa la representación de la UOCRA. Esta es una excelente ocasión para instalarlo.