Leyes Rebeldes. La relación de fuerzas en el Congreso luego de la crisis del campo
La crisis política se instaló en el Poder Legislativo. Después de la derrota del kirchnerismo en el Congreso, se ha dado una nueva relación de fuerza en el recinto. Las líneas que siguen a continuación pretenden dar cuenta de cuál era y cómo es la relación de fuerza entre el gobierno y la oposición, luego del rechazo a la Resolución 125. También, si la política de apertura hacia el Congreso implica una democratización de la sociedad o, más bien, un aspecto del quiebre del orden político.
Por Ezequiel Gil Lezama
Laboratorio de Análisis Político – CEICS
Antes de la 125
Antes de su conflicto con el campo, el oficialismo contaba, en Diputados, con 154 legisladores (129 propios y 25 aliados). Por su parte, la oposición en su conjunto reunía a 103 diputados, desglosados de la siguiente manera: UCR, 24; Coalición Cívica, 18; Bloque Federal PRO y Recrear 17; Partido Socialista, 10; ARI disidente, 9 y otros, 24. En la Cámara Alta, por su parte, el oficialismo se constituía con 42 senadores propios más dos legisladores de partidos aliados; esos 44 legisladores más la potencial alianza política con los tres radicales K (Rached, Sánchez y Verani) dejaban al oficialismo con 47 integrantes, es decir las dos terceras partes de la Cámara.1 Cuando la resolución 125 pasó a diputados, el kirchnerismo tuvo que realizar serias modificaciones. Así, logró aprobarla con 129 votos a favor, 122 en contra, 2 abstenciones y 3 ausencias (con licencia).
En la votación varios legisladores se pasaron de bando. Una minoría lo hizo hacia el campo del gobier no y una mayoría (22 diputados) hacia el lado del campo. De los votos que aparecían en contra de las retenciones móviles o “indecisos” y terminaron votando a favor o absteniéndose (Gorbacz, ARI disidente), se destacan seis diputados del Frente Para la Victoria: Arriaga y Rossi (Río Negro), Salum (Salta), Moisés ( Jujuy), Osorio (La Pampa) y Herrera (La Rioja); dos radicales K (Serebrinsky, de Buenos Aires, y Cuevas, de Río Negro); uno del Frente Cívico santiagueño (Luna de Marcos) y el inefable Lorenzo Borocotó. En cambio, de los diputados oficialistas que se pasaron al “campo” (“díscolos K”) se cuentan 22, entre quienes se destacan Felipe Solá y Graciela Camaño (FPV), Clau dio Lozano y Daniel Katz (radicales K).
Felipe Solá junto a Laura Montero (Concertación), quien responde políticamente a Julio Cobos, pre sentaron un proyecto alternativo a las retenciones móviles. Este proyecto también fue apoyado por los diputados Thomas (FPVMen doza), Heredia (FPVCórdoba), Halak (FPVCórdoba), Zavallo (FPVEntre Ríos), Cremer de Busti (FPVEntre Ríos), Petit (FPVEntre Ríos), Katz (Con certación Buenos Aires), Montoya (FPVCórdoba), Daher (FPVSalta) y García (FPVLa Pampa). Es decir, hubo una gran cantidad de defecciones y ninguna incorporación. Por su parte, la oposición de Cobos ya estaba anticipada en la alianza que había armado con los kirchneristas críticos.
En el Senado la sangría oficialista alcanzó a 12 legisladores: Carlos Reutemann, Juan Carlos Romero, Sonia Escudero, Rubén Marín, Teresa Quintela, Elena Corregido, Roberto Urquía y Roxana Latorre (FPV) y Pablo Verani, Roberto Basualdo, Emilio Rached y Dora Sánchez (Concertación). Reute mann y Latorre presentaron un proyecto alternativo, que fue apo yado por las entidades agrarias, el ex gobernador entrerriano Jorge Busti y el actual mandatario santafesino Hermes Binner.
Después de la derrota
En la Cámara Baja, la Concertación Plural, luego de idas y vueltas, se rompió en dos bloques: uno res ponde políticamente a Cobos y el otro se mantiene aliado al gobierno nacional (radicales K “puros”). El primer conglomerado es presidido por Daniel Katz y lo conforman Laura Montero, Jorge Al barracín y Juan Carlos Scalesi. El segundo, será presidido por Hugo Prieto (Neuquén) y estará integra do por Silvia Vázquez, Norberto Erro, Gustavo Serebrinsky, Hugo Cuevas y Héctor Alvaro.4 En el interior del bloque oficialista, Feli pe Solá parece dispuesto a romper con el bloque. Primero lanzó una advertencia al gobierno nacional relativo a que si los diputados “dís colos” eran puestos en tela de jui cio, se iban sin dudarlo del bloque. Pero, a la vez, reclamó que Kirch ner convoque a un debate inter no dentro del PJ. Sugestivamente, de visita en Mendoza, adonde fue invitado por el diputado Enrique Thomas (otro “díscolo”), se reunió también con legisladores e inten dentes radicales K, aunque se en cargó de desmentir que estuviera en sus planes una alianza política con Julio Cobos.5
Lo cierto es que antes de recalar en la provincia cuyana, Solá estuvo en Mar del Plata reunido con allega dos del diputado Daniel Katz. Por otro lado, según deslizó un voce ro del ex gobernador bonaerense, éste tendría en sus planes, para formar un bloque disidente, a los diputados Gustavo Zavallo, Cris tina Cremer y María Petit (En tre Ríos), Arturo Heredia, Beatriz Halak y Jorge Montoya (Córdoba). Estos legisladores responden a De la Sota y Schiaretti (Córdoba), y a Jorge Busti (Entre Ríos). A este primer grupo se le suma rían la santiagueña Marta Velarde (quien ya rompió con el oficialis mo y formó un monobloque) y el mendocino Enrique Thomas.6 Sin embargo, este grupo, a excepción de Velarde, aún se mantiene dentro del bloque oficialista. En el Senado, por su parte, la única baja confirmada del oficialismo es la de la senadora riojana Quintela.
Al oficialismo le quedan alrededor de 130 diputados de aquellos 154. En realidad, en los hechos ha per dido el quórum propio. En el caso de senadores, aún no se han delineado nuevos bloques, pero no se ría extraño que comenzaran a urdirse nuevas conspiraciones.
En busca de un empate
Luego del revés, el gobierno buscó retomar la iniciativa política y en vió al Congreso un proyecto para la reestatización de Aerolíneas Argentinas y Austral. Había sido previamente acordado entre el gobierno y la empresa Marsans. En el mismo, el Estado se hacía cargo de la deuda de la empresa con la capacidad de reasignar partidas de previsión social. Como veremos, el kirchnerismo chocó, otra vez, contra la oposición propia y ajena.
El proyecto inició su trámite en la Comisión Bicameral de Reformas del Estado y Seguimiento de las Privatizaciones, que está integrada por seis diputados y seis senadores. La pregunta era quiénes debián elevar el dictamen a la sala. Bien, de los diputados, cuatro votaron a fa vor de las retenciones móviles: Ma riano West (Buenos AiresFPV), Alejandro Rossi (Santa Fe FPV), Graciela de la Rosa (Formosa FPV) y Ariel Basteiro (Buenos Aires En cuentro Social y Popular); y dos lo hicieron en contra: Rubén Lance ta (Buenos Aires UCR) y Esteban Bullrich (Capital Federal PRO).Por el lado de los senadores el panorama es similar, cinco votaron a favor: Eric Calcagno (FPV Buenos Aires), Daniel Filmus (Capital Federal FPV), José Mayans (FPV Formosa), Nicolás Fernández (Santa Cruz FPV) e Isabel Viudes (Corrientes Partido Nuevo); y uno votó en contra: Juan Carlos Marino (La Pampa UCR). Es decir, el oficialismo armó una comisión adicta.
A pesar de ello, el dictamen, tal como acordó el gobierno con Mar sans, resultó inviable políticamen te. Después de algunas críticas que se extendieron al propio bloque oficialista, Cristina tuvo que ceder ante ciertas modificaciones. La primera es la eliminación de dos artículos claves del acta–acuerdo: el primero es aquel que señalaba que el gobierno y Marsans acorda ban el mecanismo por el cual se fi jaría el precio de la empresa: ahora lo hará el Congreso. El segundo es el que cierra cualquier posibilidad para una eventual reprivatización acordada por el Poder Ejecutivo. Es decir, se desautorizó las trata tivas que el gobierno había hecho con la empresa.
En concreto, el nuevo proyecto propone que la valuación de Aerolíneas y Austral a cargo del Estado sea efectuada por el Tribunal de Tasaciones y monitoreada por la Comisión Bicameral de Segui miento de las Privatizaciones. El artículo 3 señala que “el precio de berá someterse, previo a su pago, a la aprobación del Congreso”.
Establece que “el Tribunal de Tasaciones de la Nación deberá realizar las valuaciones de la empresas” y que “la Comisión Bicameral de Reforma del Estado y Seguimiento de las Privatizaciones vigilará que aquellas valuaciones contem plen la real situación patrimonial de las empresas”. Con relación a la financiación, se espcifica que “el Poder Ejecutivo podrá instrumentar los mecanismos necesarios a fines de cubrir las necesidades fi nancieras derivadas de los déficits operativos de las empresas hasta el 31 de diciembre de 2008” y que “se deben realizar las adecuaciones presupuestarias correspondientes, informando sobre dichas transfe rencias a la Comisión Bicameral de Reforma del Estado”.8
Es decir, Néstor y Cristina han perdido gran parte del control de la Aerolínea. Además, se con templa un período de dos meses durante el cual Aerolíneas Ar gentinas será gerenciada por un Consejo de Transición mixta, de cinco integrantes, presidida por Julio Alak.9 Alak es el ex inten dente de La Plata. Fue un hombre del riñón del duhaldismo, conver tido al kirchnerismo y derrotado en el 2007 por un dirigente más afín a los patagónicos como Pablo Bruera. Ahora, parece retornar a la administración de la mano de Ju lio De Vido.
Tras los cambios, la cámara de Diputados aprobó, el 22 de agos to, por 167 votos a favor y 79 en contra, el proyecto del Ejecuti vo. Las modificaciones alinearon a sus legisladores (incluidos los “díscolos”), además de sumar a los diputados del ARI disidente (li derado por Eduardo Macaluse), del Movimiento Popular Neuquino, a los radicales “cobistas”(presididos por Daniel Katz) y a Clau dio Lozano, entre otros. Los votos en contra corrieron por cuenta de los diputados de la Coalición Cí vica, el PRO, la UCR y el Frejuli (Rodríguez Saá). Similar a lo ocu rrido en ocasión de la votación de la Resolución 125, en la Plaza de los Dos Congresos empleados ae ronáuticos y manifestantes de los gremios de camioneros, colecti veros y taxistas dieron su apoyo al proyecto del Ejecutivo.
Un breve balance
Aquella victoria electoral de octu bre de 2007 parece haber quedado lejana. Su principal virtud, la con quista de un quórum propio, se ha perdido. Con respecto a los nue vos proyectos, la partida está aún abierta, pero el gobierno ya fue desautorizado y perdió la facultad discrecional. Si los senadores aprueban el proyecto, el gobierno podrá esgrimir que esta vez no ha sido derrotado, aunque haya teni do que pactar con las provincias díscolas como Córdoba o Santa Fe y haya visto transformadas sus intenciones iniciales en forma sus tantiva. En otras palabras: para no arriesgarse a una nueva derrota, el gobierno la aceptó por anticipado. Tampoco existe, por parte de la oposición, la voluntad de tirar de masiado de la piola. Ni el gobier no ni el régimen pueden soportar una nueva derrota, que abriría aún más la crisis iniciada en marzo.
Notas
1 http://www.30noticias.com.ar/index.php?p=articulo&art=65482
2 http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1027829.
3 http://www.mediterraneaweb.com.ar/?p=993 y http://www.clarin.com/ diario/2008/07/11/um/m01713174. htm.
4 Crítica de la Argentina, 12 de agosto de 2008.
5 La Nación, 1 de agosto de 2008.
6 http://www.lapoliticaonline.com/nc/detalledenoticia/article/solabusca tropasparalaguerraconelkirch nerismo/
7 Clarín, 25 de julio de 2008.
8 http://www.infobae.com/contenidos/3988071008940Losdiputa dosaprobaronlanacionalizaci%C3%B3n Aerol%C3%ADneas
9 Clarín, 18 de julio de 2008.