A diferencia de lo que pasó en Colón, en el Departamento Uruguay no fuimos a las elecciones. La estrategia de la burocracia Celeste fue impedir que el frente que habíamos formado con los compañeros de Tizas Negras y Rojo y Negro se presentara. Con una doble vara y argumentos burocráticos, consumaron la proscripción de nuestra lista. A río revuelto ganancia de pescadores y hubo quienes aprovecharon en forma oportunista la volteada. Creemos que lo que venimos diciendo es tan válido hoy como ayer: si queremos ganar dentro de tres años la provincia necesitamos un frente Multicolor.
Idas y vueltas
La presentación de nuestra lista estuvo atravesada por las dificultades comunes a la naturaleza de la tarea: alcanzar casi sesenta nombres para cubrir cargos, juntar todo el papelerío, firmar planillas con todos los candidatos en forma grupal e individual, conseguir avales; todo eso, claro está, trabajando en el medio porque los únicos “militantes” profesionales son los de la Integración que detentan licencias gremiales. A la tarea ya de por sí engorrosa se sumó el aditamento de los palos en la rueda de la burocracia quien controla la Junta Electoral Departamental (JED).
Para hacer un racconto somero podemos mencionar algunas de las arbitrariedades que se cometieron con nuestra lista. En primer lugar, la JED no permitió la presentación de nuestra lista en los plazos legales sino que inventó plazos imposibles. Por ejemplo, rechazaron la lista de congresales y nos dieron un plazo de una hora para conseguir reemplazos, cuando llegamos, habían pasado quince minutos y no nos permitieron presentarla. De palabra nos rechazaron la lista completa de CDD sin posibilidad de subsanar y enmendar los problemas formales de requisitos de algunos de los candidatos. Sabíamos que le Ley Electoral fijaba 48hs para subsanarlos previa notificación fehaciente pero la JED parecía desconocerlo.
Frente a ese cuadro, decidimos elevar una nota de queja a la Junta Electoral Provincial (JEP) y grande fue nuestra sorpresa: el marido de una de las representantes de la JED participaba de aquella instancia superior, por lo cual, en una clara contradicción de intereses, todas sus resoluciones eran favorables a ocultar los desmanejos que habían realizado en Concepción del Uruguay.
En aquella instancia provincial obtuvimos una resolución por minoría que nos daba la razón, pero la mayoría se impuso a pesar de que la propia abogada del sindicato admitió que debía existir un criterio amplio que favorezca la participación. La conclusión es clara: en todo momento primó la intención de proscribirnos. Por lo cual, elevamos a la justicia provincial el pedido de participación. Ya en los intestinos del aparato judicial, primero la jueza Viviana Edith Murawnik –por estos días cuestionada por sus declaraciones favorables a Cambiemos- rechazó el pedido argumentando que existían otros procedimientos. Hoy, la demanda de participación espera una resolución que puede no llegar nunca, pero sirvió para que muchos muestren lo que realmente son.
Las solidaridades y las miserias
A medida que la maniobra de la burocracia Celeste se iba consumando y los medios de prensa se hacían eco, no fueron pocas las agrupaciones que se solidarizaron con nuestra situación. Como antecedente es peligroso para todos. Alternativa Docente, el Colectivo Cimarrón y diferentes delegados de escuelas y militantes, nos fueron haciendo llegar sus apoyos junto a otras agrupaciones del resto del país.
El ausente lógicamente en este escenario fue la Agrupación Carlos Fuentealba (PO/Tribuna Docente) de la misma ciudad de Concepción del Uruguay. Tragicómico dado que el frente Convergencia de Luchadores fue discutido con ellos, quienes con palabras rimbombantes nos hablaron de constituir un “frente único clasista antiburocrático” pero luego que las negociaciones se empantanaron por su propia soberbia, no fueron capaces de tomar una palabra a favor de la situación que nos tocaba vivir. Entonces, ni frente, ni clasista, ni antiburocrático.
Queremos hacer llegar a todos esta situación porque el método “Multicolor” busca la unidad clasista. Y frente a un caso de este tipo, nadie podía hacerse el desentendido, la democracia sindical nos afecta a todos. Solo aquel que hace el cálculo mezquino y miserable podía callar. Claramente, es otro elemento más que demuestra nuestra caracterización de esa fuerza: en su interior viven elementos de orden burocratizantes, sórdidos que buscan auto-referenciarse y construirse como la cara amigable de la burocracia. Quienes así actúan no son más que meros usurpadores del nombre “multicolor”. Como su moral es distinta de la nuestra, nosotros, frente a la proscripción, llamamos a votar a la única lista que se presentaba como alternativa a la burocracia integracionista, el mal menor, sosteniendo de facto la esperanza multicolor. Entendimos que no hacerlo era consolidar aún más el poder de la patronal en el sindicato.
Así planteado el escenario, los resultados trajeron una gran victoria de la burocracia celeste. Si tomamos como referencia las elecciones de CTERA, donde la lista Celeste obtuvo 804 votos, en esta nueva elección elevó a 1.138. Mientras tanto, la Fuentealba (PO/Tribuna Docente) vio reducido su caudal de 450 votos para la mesa de CTERA a 398. Esto representa un retroceso para la lista “clasista”, que podría haber sido mejor de haber acompañado la estrategia frentista.
Las perspectivas
En el marco provincial, la lista de Rojo y Negro vio agrandarse la brecha que los separa de la lista Celeste que por tercer mandato consecutivo se mantuvo en el poder. En este marco, la creciente atomización de las fuerzas progresistas no encuentra un catalizador. Es decir, mientras la tendencia en el país es a la conformación de espacios amplios y multicolores, en la provincia de Entre Ríos, es una vacante. Solo cuando dos aparatos se pusieron de acuerdo -en realidad uno le torció el brazo al otro- el nombre “Multicolor” pisó estas tierras. Y luego fue un sello de goma, sin ningún contenido.
Las rencillas internas, los personalismos, las mezquindades nos están privando de constituir una herramienta que se ha mostrado útil para otros espacios. Estos tres años, en un contexto de ataque a nuestros derechos debería, por urgencia de las circunstancias, obligarnos a discutir la conformación de una Multicolor entrerriana. Sacando las lecciones del caso, quienes hoy no estuvieron a la altura de las circunstancias podrán dar mañana un paso al frente.