El mes de septiembre fue testigo de la lucha que llevaron a cabo los colegios secundarios, en CABA, en contra de la
implementación de la llamada primero “Escuelas del Futuro” luego profundización de la NES. Reforma de la que se
sabe poco a pesar de su inminente implementación en 18 escuelas “pilotos” en 2018.
Ante tal panorama, los estudiantes se pusieron a la cabeza en la defensa de la educación. A fines de agosto las tomas
se llevaron a cabo por un puñado de colegios: Escuela Bellas Artes “Manuel Belgrano”, Liceo 9, Rogelio Yrirtia,
Antonio Devoto, Técnica Nº 33 y 35.
Con el correr de los días numerosos colegios se sumaron a la medida de fuerza pasando a ser una treintena. Las tomas no solo se desarrollaron en las escuelas “piloto”, sino también en los colegios históricamente más politizados, como el Mariano Acosta, Nicolás Avellaneda, Carlos Pellegrini, Nacional Buenos Aires, colegios que repudiaron ayer la NES y hoy su profundización.
¿Qué nos dicen los estudiantes?
Obviamente, los estudiantes salieron a defender la educación y recurrieron a las tomas para hacer sentir su voz. Resulta importante ver cuáles fueron sus acciones y declaraciones para también poder pensar los límites de ese proceso y así, nosotros, los docentes organizarnos en el mismo sentido: la defensa de la educación. Veamos. El 8 de septiembre la Coordinadora de Estudiantes de Base, que nuclea a varios Centros de Estudiantes, lanzó un comunicado solicitando un protocolo contra la violencia de género, la implementación de la ESI y el rechazo a la “Escuela del Futuro”. En la declaración sostuvieron que llamaban “a que se tomen todas las escuelas en rechazo a
las políticas neoliberales y anti educativas que intenta aplicar este gobierno enemigo de los intereses del pueblo”.
Ahora bien, esta reforma no trae nada nuevo, sino que busca profundizar la degradación educativa instaurada por
los gobiernos anteriores. Lo vimos con la Ley Federal, La Nueva Secundaria y el FINES 2. Este gobierno sigue los pasos de Cristina y de Menem en cuanto a educación se trata.
El 15 de septiembre, el Centro de Estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires y el del Carlos Pellegrini
dieron a conocer un comunicado conjunto. Allí destacaron: “de cara al ataque de quienes buscan mercantilizar
nuestra educación y ponerla al servicio de los intereses del mercado, la disputa que se plantea es sencillamente entre los que nacimos y fuimos levantados por la Escuela Pública, y vamos a dejar todo por defenderla, y los que apuntan a tirarla abajo y convertirla en una fábrica de mano de obra”. Aquí, el problema está en otro lado. Hace más de cuatro décadas que para Estado la educación dejó de ser un negocio. No se necesita mano de obra calificada porque sobra gente en el mundo de trabajo, por eso se apunta a una educación basura. La escuela siempre estuvo en relación a las necesidades del capital. Por eso, la crisis no está en la educación sino en las desigualdades que profundiza y genera el sistema capitalista en el que vivimos, ese que genera enormes bolsones de población desocupada y que por ende busca generar reformas que “abaraten” el lugar de la escuela.
Por eso facilitadores, por eso una educación flexibilizada y personalizada sin recursos, por eso la paraestatalización.
El 18 de septiembre la Escuela Superior de Educación Artística en Música Juan Pedro Esnaola, propuso en su comunicado la conformación de una mesa de trabajo que determine el diseño curricular de cualquier reforma en media, integrada por funcionarios del Ministerio de Educación, Docentes, Directivos, y Estudiantes. Abrir el diálogo es una lanza por tomar. No obstante, más que una mesa de diálogo, necesitamos de forma urgente la realización de un Congreso Educativo, integrado por estudiantes, docentes y familias, para discutir qué educación queremos. Los funcionarios, de todos los gobiernos, nos han demostrado para quién juegan gestionando la degradación educativa y la precarización laboral docente. No obstante, los sindicatos combativos han puesto todo su esfuerzo en el rechazo y el boicot y el problema es que los docentes nos quedamos sin política. Con las tomas levantadas hay que discutir entonces cómo seguimos.
Tomemos la posta
Las tomas de colegios nos dejo en claro que la lucha no puede descansar en los estudiantes. Si bien visibilizó el reclamo los docentes tenemos que organizarnos para llevar a cabo un plan de lucha a nivel nacional. Es fundamental
la realización de un congreso educativo y negarnos de forma rotunda a la implementación de la Reforma Escuela
del Futuro. La única manera de frenar estas reformas degradadoras es si participamos todos los educadores en conjunto con los estudiantes y sus familias.
Quienes sufrimos día a día la crisis educativa, la conversión de la escuela en una caja vacía tenemos la responsabilidad de mostrar que sabemos los orígenes del problema y tenemos soluciones. Para eso hay que salir de la lógica del boicot y ponernos a debatir una propuesta. No vamos a solucionar la crisis social de la escuela, pero podemos evitar la profundización de su degradación. Hay que organizar cada escuela en un espacio de debate y discusión. Ni el debate de la Ley de Educación Nacional ni el Congreso Pedagógico del alfonsinismo involucró
verdaderamente a las escuelas. Tenemos la oportunidad de hacerlo y no podemos desaprovecharla.