En la provincia de Buenos Aires la reforma avanza en forma fragmentada: especial, escuelas piloto de la Escuela 2030, adultos. Sin lugar a dudas, la reforma de adultos fue la que cobró mayor visibilidad. La defensa de los bachilleratos generó una variada gama de intervenciones que fueron desde la tibieza de la conducción celeste, a las acciones de las seccionales multicolor y la emergencia de Asambleas de Docentes Autoconvocados en muchos distritos. Conviene revisar el estado de discusión y la importancia de intervenir sobre todos los problemas que el cierre de los bachilleratos encubre.
Un hilo conductor
Por lo general, la consigna que se impuso en la lucha fue “no al cierre de los bachilleratos”. Para nosotros, expresa un problema porque estamos en presencia de una reforma que planea cambiar estructuralmente toda la Modalidad de Adultos y no solo a los BAO. No puede entenderse el cierre de los BAO sin ver la creación de las aulas de aceleración que van a procesar el fracaso escolar y cómo los CENS fueron transformados en circuitos semi presenciales similares a los FINES. A su vez, y tal vez precisamente por eso, pocos señalan la continuidad de las políticas educativas entre el gobierno kirchnerista y Cambiemos. En consecuencia caemos en la disyuntiva progresista de “educación popular (modelo k) vs avance neoliberal (Cambiemos)”. Incluso no faltó quien dijo que los alumnos de los bachilleratos se iban a ir a las escuelas de adultos privadas: una locura en una modalidad donde más del 85% de la matrícula es estatal. Lo que muchos no ven, o no se animan a decir, es que hay un hilo conductor entre Menem, los Kirchner y Macri.
La necesidad de reformar la educación para Adultos aparece en la LEN kirchnerista. Allí se habilitó la posibilidad de enseñar en lugares que no fueran escuelas, flexibilizando y adaptando los contenidos al contexto sociocultural. El Plan Fines nace del vientre de la LEN. Por eso, la burguesía pudo ensayar todo este tiempo con ellos, además de que le permitió mejorar los índices de escolaridad y promoción. En su momento, cuando denunciamos los peligros del Plan Fines, todo el arco político progresista (incluso compañeros de izquierda) nos insultaron y menospreciaron. Ambos sostenían que esta era la única educación a la cual podían acceder las capas más pobres de la clase trabajadora. A su vez, argumentaban que el Plan Fines II llegaba allí donde no había una escuela y que allí donde hubiese un docente y un alumno podía darse el acto educativo. El tiempo lamentablemente nos dio la razón. Las sedes se extendieron por toda la provincia, compitiendo con la Secundaria Media y CENS. Si bien los Fines pueden desaparecer en el 2019, el régimen académico, laboral y de cursada de los mismos se comienza a instalar en varias ramas de la educación incluida la de Adultos tradicional.
De pie, luchar
Los compañeros de la Corriente Nacional Docente Conti-Santoro venimos participando de las distintas asambleas docentes que se van organizando en los distritos. Entendemos que es necesario dar un salto e impulsar una organización a nivel provincial que supere lo distrital. No debemos seguir esperando y apelando a la burocracia celeste para que luche con nosotros. Ellos son parte del problema ya que firmaron, junto al gobierno, la Resolución N°118/10 del CFE y han defendido a capa y espada la expansión del Plan Fines. Inclusive fueron ellos quienes, a través de sus cuatro representantes gremiales (dos por SUTEBA y dos por la FEB) aprobaron por unanimidad las reformas pedagógicas que dieron lugar a la normativa de reforma de los BAO en el Consejo General de Educación de la provincia. Sabiendo esto, es lógico que la burocracia peronista no mueva un dedo en defensa de la modalidad de Adultos. Lo poco que hicieron les valió para lavarse la cara y nada más. En cambio, las acciones discutidas y resueltas en las asambleas independientes, convocaron más docentes y alumnos que toda la burocracia junta. Eso nos tiene que dar la pauta de lo que se puede lograr actuando de manera independiente a la dirección celeste. Por eso es un error ir detrás de la burocracia. No podemos arrastrar a los compañeros detrás de sus verdugos.
Es nuestro deber tomar la degradación de contenidos que esta reforma trae consigo como eje de nuestra batalla. No podemos levantar solamente consignas sindicales. El docente es un obrero intelectual que educa a cientos de alumnos de la clase obrera todos los días. Por eso, es importante que luchemos por un régimen académico acorde a las necesidades de clase de nuestros alumnos. No nos puede dar lo mismo una cursada diaria que una semi-presenical, un curriculum dividido en cuatro áreas que uno complejo y secuenciado. Esto implica pasar de la lucha meramente sindical a la política. Por eso, la Corriente Nacional Docente Conti-Santoro sostiene que es necesario poner de pie un Congreso Educativo con todas las fuerzas de izquierda que se delimite de la burocracia celeste. Allí debemos analizar los problemas históricos del sistema educativo y elaborar un programa de acción que tome los problemas sindicales, políticos y pedagógicos. Hace ya un lustro que venimos insistiendo con esta idea: la fineslización de la educación vino para quedarse y es la forma en que opera la degradación. Teníamos razón. Es hora de darle curso a una salida hacia adelante y por eso llamamos a todos los sectores en lucha a poner en pie un Congreso Educativo.