En el último tiempo vivimos una verdadera avanzada de sectores que reclaman la legalización y reglamentación de la prostitución. Como mostramos en la nota siguiente, quien aparece dirigiendo la batuta es AMMAR, una organización que parece progresista, porque se define como sindicato y reclama por demandas “obreras”. Pero en realidad detrás de las palabras lo que se oculta es una defensa de los proxenetas. De la mano de esta gente, los medios de comunicación y sectores intelectuales difunden un discurso de defensa del “trabajo sexual”.
Frente a este panorama las abolicionistas, las que nos negamos a que nuestros cuerpos se conviertan en una mercancía, tenemos que organizarnos para dar esta batalla. Por eso diferentes organizaciones feministas decidimos poner en pie un Congreso Abolicionista Internacional.
Desde allí buscamos difundir el abolicionismo como herramienta de lucha contra el sistema prostituyente y de defensa de las personas en situación de prostitución. También queremos que se escuchen las voces de las sobrevivientes a la prostitución y de las que compañeras que lucharon antes que nosotros, aquí y en otros lugares del mundo, y honrar a las que fueron referentes del movimiento abolicionista nacional y ya no están: las compañeras travestis Lohana Berkins y Diana Sacayán.
Buscamos también correr el eje que únicamente centra el debate en las personas prostituidas y abarcar la problemática de manera más general. Apuntamos especialmente a poner sobre la mesa la responsabilidad de los varones prostituyentes, que son actores imprescindibles de la opresión de las mujeres y de su explotación.
Este tipo de sexualidad no solo afecta a las compañeras prostituidas, sino que nos afectan a todas al crear un imaginario que nos degrada y nos convierte en un “cacho de bofe”. La prostitución es la institución por la cual los varones disputan, acuerdan, entregan, adquieren, roban, regalan los cuerpos de las mujeres, travestis y trans como mercancías o piezas de intercambio. Ni que decir que sus “consumidores” son cómplices de un crimen mundial, las redes de tratas organizadas para la explotación sexual.
Es cierto que el Estado argentino es abolicionista. En los papeles, se supone que no debe perseguir a las personas en situación de prostitución sino a los proxenetas y tratantes que se benefician de la explotación sexual. Se supone… Hoy por hoy sabemos que la prostitución y la trata aumentan día a día. El abolicionismo del Estado es de palabra, pero no se ve en los hechos. Por el contrario, encubre toda la trama de negocios y mafias.
Lo que todo esto nos enseña es que necesitamos un abolicionismo real. Por eso, convocamos a participar del Congreso a las agrupaciones feministas, partidos políticos, organizaciones sociales, de derechos humanos, sobrevivientes, personas en situación de prostitución, artistas e intelectuales. Y a todos los que desean construir una sociedad mejor.
El Congreso se va a realizar del 17 al 19 de mayo, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, en la calle Puan 480. Se desarrollarán mesas de exposición con ponencias y debates. También habrá paneles con sobrevivientes del sistema prostituyente y compañeras que nos contarán las experiencias de lucha contra ese sistema. El segundo día la modalidad será de talleres de debate con distintos ejes de cara a la unifcación de estrategias y agenda. Ya confrmaron su presencia compañeras Alemania, España, Inglaterra, EE.UU., Puerto Rico y Uruguay.
Si realmente querés terminar con este sistema de degradación que convierte nuestros cuerpos en una mercancía más, no podés faltar. Te esperamos.
Seguí las novedades en el facebook I Congreso Abolicionista Internacional.