Vivir del Estado – Por Agustina Desalvo

en El Aromo nº 77

Santiago del Estero como reservorio de población sobrante. 

Luego del auge de la industria forestal, no se gestó en Santiago del Estero una actividad capaz de dar empleo productivo. Convertidos en población sobrante para el capital, los obreros viven de transferencias estatales. Cuando esos recursos se agotan, la crisis toma un carácter estatal. Si en este contexto de ajuste, las calles de la provincia vuelven a incendiarse, no diga que no le avisamos…

Por Agustina Desalvo (TES-CEICS)

El desarrollo del capitalismo en Santiago del Estero data de fines del siglo XIX con la expansión de la actividad forestal, cuyo auge fomentó el crecimiento de la población. Sin embargo, luego de sucesivas crisis, la industria se agotó definitivamente hacia la década del ‘60. Esto impactó demográficamente sobre la provincia, lo que quedó evidenciado en los datos censales, que indican un descenso de la población durante esa década y la siguiente. Hacia fines de los ‘60, comenzó un proceso de expansión de la frontera agrícola desde la región pampeana hacia otras zonas del país. Santiago del Estero se vio afectada por este proceso a partir de la incorporación de sus tierras para la puesta en producción de cultivos de origen pampeano. Esta expansión cobró un nuevo impulso en la década del ‘90 con el auge del cultivo de soja. Desde la década del ’70, la población volvió  nuevamente a crecer. Sin embargo, ese crecimiento se produjo a un ritmo menor al del total del país, lo que puso de manifiesto los límites de la expansión agrícola, que no llegó absorber a la totalidad de la mano de obra disponible.

Por ello, la provincia de Santiago del Estero puede considerarse inviable en términos económicos. Es decir, incapaz de sostener y reproducir a su población a partir de sus propios recursos. En este sentido, actúa como reservorio de población sobrante para el capital, que mayormente recurre a ella en los momentos de siembra o cosecha de la actividad agrícola. Dicha sobrepoblación subsiste además, a partir del empleo estatal, que no es más que una de las formas que adquiere el desempleo encubierto, de los planes sociales y las pensiones. Como veremos a continuación, la mayor parte de los recursos que sustentan a esa población no se gestan, sin embargo, dentro de la provincia sino que provienen del presupuesto nacional.

Del empleo estatal y los planes sociales

Santiago del Estero se sustenta casi en su totalidad a partir de recursos nacionales. O sea, no reproduce a su población a partir de recursos generados en el seno de la propia provincia. Al comparar con Buenos Aires, en el período 1991-2010, vemos que mientras en esa provincia más de la mitad de los recursos son propios, en Santiago esto sucede sólo con el 15% o menos (según el año) de los recursos totales. Por otro lado, Santiago del Estero tiene, en relación a la PEA (Población Económicamente Activa) ocupada, un porcentaje mayor de empleados públicos que Buenos Aires, aunque menor que Formosa y muy similar a Chaco. En el año 2009, la cantidad de empleados públicos en Santiago (14%) respecto a la PEA ocupada duplicaba a la de Buenos Aires (7,7%). La importancia del empleo público puede mensurarse también si se tienen en cuenta los índices de desocupación del aglomerado Santiago-Banda que, en algunos casos, son menos elevados que aquellos que se registran en el Gran Buenos Aires. En el 2009, por ejemplo, mientras que en el GBA era del 9%, en Santiago era del 5,4%. Sin embargo, esto no indica que la situación de esta última sea mejor que la de la primera en términos de ocupación de la población. Por el contrario, los elevados porcentajes de empleo público en Santiago respecto de Buenos Aires, son una manifestación del desempleo oculto y expresan, además, una de las formas que asume la sobrepoblación relativa (SPR). En efecto, la SPR latente, que corresponde parcialmente al “desempleo encubierto”, refiere a aquellas situaciones en las cuales, genéricamente, dos personas se encuentran realizando el trabajo de una. Un claro ejemplo de esto es, entonces, el empleo estatal.

Otra forma de cuantificar la importancia de la intervención estatal en la reproducción de la población es comparar la incidencia del gasto público social[i] y del gasto público total. Al comparar Santiago del Estero con Buenos Aires y el total nacional, se observa que, en la mayor parte de la década de 1990, el gasto nacional (social y total) se ubica por encima del de Santiago del Estero y Buenos Aires (gráfico 1). Sin embargo, la tendencia se invierte luego de la crisis de 2001, y el gasto (social y total) de Santiago se eleva por encima del de Buenos Aires, y más aún del total nacional. De 2005 en adelante el gasto social (gráfico 2) prácticamente duplica al total nacional, y aunque la brecha no es tan grande con Buenos Aires, sí la observamos más claramente al considerar el gasto total. La notable diferencia en la evolución previa y posterior a la crisis del 2001 podemos explicarla, a modo de hipótesis, por la disponibilidad de recursos (merced al aumento de los precios de las materias primas agrarias en los mercados internacionales) que permite elevar el gasto. Es decir, en el momento en que el Estado dispone de los recursos, los destina a aquellas regiones en que se hace más imperioso contener la emergencia de una SPR. En este sentido, se destaca la situación de Santiago del Estero, en donde tanto el gasto social como el gasto total por habitante comienzan a elevarse rápidamente, superando ampliamente los valores nacionales e incluso los de Buenos Aires.

Al observar algunos mecanismos específicos de sostenimiento de la SPR, encontramos una evolución similar. Es el caso de las pensiones no contributivas, otorgadas por el Ministerio de Desarrollo Social, que tienen como objetivo brindar asistencia económica a personas en estado de vulnerabilidad social, sin bienes, recursos, ni ingresos que permitan su subsistencia. Existen tres tipos de beneficios: por vejez (personas de 70 años o más sin acceso a jubilación), invalidez (dirigidas a quienes presentan 76% o más de invalidez o discapacidad) y para madres de 7 o más hijos (destinadas a quienes sean o hayan sido madres de siete o más hijos nacidos vivos, biológicos o adoptados). Contemplando la evolución del porcentaje de pensiones no contributivas sobre la PEA, observamos que en Santiago del Estero superan ampliamente tanto a Buenos Aires como al total nacional. A su vez, mientras que en estos dos últimos casos tienden a mantenerse estables, en Santiago suben año a año (gráfico 3). Sin embargo, contradictoriamente, los beneficiarios del seguro de desempleo son menos en Santiago que en Buenos Aires y en el total nacional. Ello podría deberse a que este tipo de beneficio se aplica a personas recientemente despedidas de un empleo en blanco. Por ello, no sirve como mecanismo para sostener a los desocupados crónicos, situación que parece corresponder a una porción importante de la población sobrante santiagueña. Abonando esta última hipótesis, observamos la evolución de la cantidad de beneficiarios del Plan Jefes y Jefas de Hogares Desocupados (PJyJHD) como porcentaje de la PEA, desde su implementación hasta 2011 (gráfico 4). Se trata de un programa social que, como en el caso de las pensiones no contributivas, está destinado especialmente a sostener a la población desocupada estructural. Por ello, como en el caso de las pensiones, observamos que en Santiago hay proporcionalmente más beneficiarios que en Buenos Aires.

Evitar el estallido

La importancia que tiene el Estado para la reproducción de la población obrera de Santiago del Estero quedó manifestada el 16 de diciembre de 1993, cuando fueron incendiadas y saqueadas la Casa de Gobierno, el Palacio legislativo, Tribunales y los domicilios de los principales dirigentes políticos y sindicales.

El empleo público es una de las formas que adquiere la SPR latente, cumpliendo una función similar a la de la asistencia social o el seguro de desempleo. Sobre todo en las provincias del interior del país, el empleo estatal está caracterizado por la baja productividad y los bajos salarios. Con el ajuste del Estado de la década del ‘90, Menem y De la Rúa depuraron el sector, sincerando la situación de cientos de “desempleados encubiertos”. En la Legislatura de Santiago del Estero, en noviembre de 1993, se aprobó la Ley Ómnibus, cuyo principal objetivo era deshacerse de esa masa de trabajadores improductivos. Cuando sucedieron los hechos de diciembre de 1993, la población santiagueña que se desempeñaba en el Estado hacía tres meses que no cobraba su salario. No es raro, por lo tanto, que uno de los principales protagonistas de estos hechos, que trascendieron bajo el nombre de “Santiagueñazo” y que pueden considerarse un eslabón del Argentinazo del 2001, haya sido la clase obrera empleada en la administración pública. Atendiendo a estos antecedentes, durante la década siguiente, el gobierno K supo contener a la SPR provincial otorgando dinero en forma de planes sociales y empleo estatal. Ello explica que, en las elecciones de agosto del 2011, el Frente para la Victoria (FPV) hubiera obtenido en Santiago del Estero el 80,15% de los votos, ubicándose de este modo en la cima del electorado K.[ii] En este contexto de ajuste, en el cual las transferencias nacionales al interior del país comienzan a resentirse, nadie debería sorprenderse si la provincia arde una vez más.

Gráfico 1

Gasto público total según cantidad de habitantes. Santiago del Estero, Buenos Aires y Nación. 1993-2009. En pesos constantes del 2001.

grafico 1desalvo EA77

Fuente: Elaboración propia en base a censos de población-INDEC y series de la Dirección Nacional de Política Macroeconómica-Secretaría de Política Económica y Planificación del Desarrollo-Ministerio de Economía de la Nación.

Gráfico 2

Gasto público social según cantidad de habitantes. Santiago del Estero, Buenos Aires y Nación. 1993-2009. En pesos constantes del 2001.

 grafico 2

Fuente: Elaboración propia en base a censos de población-INDEC y series de la Dirección Nacional de Política Macroeconómica-Secretaría de Política Económica y Planificación del Desarrollo-Ministerio de Economía de la Nación.

 

Gráfico 3

Porcentaje de pensiones no contributivas sobre PEA, total país, Buenos Aires, Santiago del Estero, 2006-2011.

 grafico 3

Fuente: Elaboración propia en base a censos de población del INDEC y datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Secretaría de Seguridad Social. Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), Gerencia Gestión Presupuestaria.

                                            

Gráfico 4

Porcentaje de PJyJHD sobre PEA, Buenos Aires y Santiago del Estero, 2004-2011.

 grafico 4

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de los censos de población del INDEC y de la Unidad de Información Provincial Integrada (ProvInfo) – Secretaría de Provincias – Ministerio del Interior y Transporte.

Nota: Como se observa, el número de beneficiarios disminuye, hasta casi desaparecer, ya que el PJyJHD va siendo reemplazado por la Asignación Universal por Hijo.

Notas

[i] Dentro del presupuesto nacional, el rubro gasto público social corresponde a los montos que se destinan a políticas sociales.

[ii] Ver Cominiello, Sebastián: “Los planes del régimen. Presupuesto estatal y elecciones en el interior”, en El Aromo, n° 62, septiembre-octubre de 2011.

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