Safer Sex in the City. The Experience and Management of Street Prostitution

en Prostitución y Trata

Compilación de artículos sobre la prostitución en Canadá, Holanda y Alemania. Trata temas como la violencia, las legislaciones abolicionistas, reglamentarista y prohibicionista y los derechos laborales de las prostitutas.

Este libro desarrolla la prostitución en países reglamentaristas como Holanda, Alemania y Canadá. En sus 12 capítulos desarrolla temas desde posturas tanto abolicionistas como reglamentaristas. El capítulo 1 abarca la problemática de la prostitución callejera desde el eje de la violencia. El capítulo 2 analiza los mecanismos de prevención llevados a cabo por las prostitutas y los diferentes tipos de violencia que estas sufren por parte de sus clientes. El capítulo 3, por otra parte, estudia los homicidios hacia prostitutas y la importancia que el conocer antes a los clientes tiene para ellas como mecanismo de prevención.  Igualmente, el capítulo 4 observa los homicidios de prostitutas que desarrollan su actividad en la calle, y como estos son vistos a través de la literatura. El capítulo 5 compara los asesinos seriales y los asesinos simples en el ámbito de la prostitución. El capítulo 6, desarrolla los homicidios de los hombres que ejercen prostitución. El capítulo 7 aborda las legislaciones abolicionista, reglamentarista y prohibicionista, así como los derechos laborales de las prostitutas. El capítulo 8, a su vez, hace un conteo de los motivos o los desencadenantes por los cuales se ingresa en la prostitución.  El capítulo 9 analiza la prostitución en Inglaterra y su legislación prohibicionista. El capítulo 10 abarca la influencia que tiene la prostitución callejera en el espacio urbano. El capítulo 11 analiza el caso de Canadá y el estatus ilegal de la prostitución callejera en ese país. El capítulo 12 estudia el caso de la prostitución en América.

Cada uno de los artículos que se compilan en este libro analizan la victimización, explotación y violencia de la cual son objeto tanto las mujeres como los hombres en situación de prostitución. Lejos de apoyar esta actividad, analizando los casos donde la prostitución es considerada legítima por el Estado, contempla el lado “oscuro” de su legalización. Analiza los efectos negativos que esta actividad tiene para las personas que la ejercen y cómo esto contribuye a los prejuicios patriarcales.

Capítulo 1: Sexo y Violencia: La Experiencia y la Administración de la Prostitución Callejera

En muchos países, la prostitución se ejerce a escondidas porque no sólo es ilegal sino que además es reprobada moralmente y se la considera una actividad degradante y pervertida. Por este motivo, también se considera que la vida de las mujeres que la ejercen no es tan importante como de la del resto de ellas. Asimismo, los “clientes” saben que las ofensas no son denunciadas por las mujeres; y que, cuando lo hacen, sus testimonios no tienen credibilidad por el mero hecho de ser prostitutas.

La mayoría de las mujeres que se prostituyen en la calle fueron víctimas -aunque sea una vez- tanto de abuso sexual, como de robos y secuestros. Todos estos ataques fueron efectuados por clientes.

Capítulo 2: La relación entre las estrategias de control empleadas por las Prostitutas y los Niveles y Variantes de la Violencia efectuada por los Clientes

Entre las estrategias de prevención de la violencia llevadas a cabo por las prostitutas que ejercen su actividad en la calle, se encuentra, por ejemplo, no usar drogas. Además, se evita ir a ciertos lugares y proveer “servicios” solamente a clientes que son seleccionados por las mujeres.

La reprobación social de la que la prostitución es objeto, implica que por un lado, la hostilidad pública sea mayor y que, por otro lado, ésta no sea denunciada. Esto se debe también al hecho de que las trabajadoras también reciben actitudes hostiles por parte de la policía. Entre los tipos de violencia experimentados, las mujeres que ejercen prostitución han sufrido desde violaciones, pasando por golpes, hasta ser secuestradas, amenazadas de muerte y hasta pueden sufrir intentos de homicidio. La mayoría de los hechos de violencia comienzan a partir de discusiones sobre el pago, los servicios ofrecidos y el uso o no de preservativo.

Las relaciones entre el cliente y la trabajadora sexual se dan en un marco de relaciones de control. Por un lado, las mujeres ven a los clientes como dependientes de ellas, lo que les da el control de las condiciones del “servicio”. Entre los mecanismos de control se encuentran seleccionar al cliente, determinar las condiciones en las que el encuentro será llevado a cabo. También, algunas mujeres llevan armas consigo para protegerse en casos de violencia. El uso de drogas por parte de las prostitutas hace que los clientes tengan menos respeto por ellas y estén expuestas a mayor riesgo. Sin embargo, muchas de ellas afirman que utilizar drogas las hace sentir más confiadas ante un encuentro con un cliente. Por otro lado, entre los clientes se encuentra la expectativa de llevar el control del encuentro. De esta manera, las expectativas masculinas y las de las prostitutas se contradicen, y éstas últimas no cumplen con el rol sumiso que los hombres piensan que deben tener. Según su visión, la mujer debe servir como vehículo para llevar a cabo los deseos del hombre. La mayoría de los actos de violencia hacia las mujeres se debe al resentimiento y odio que los clientes tienen hacia ellas.

El uso de la violencia por parte de los clientes se debe a un intento de estos de llevar en sus manos el control del encuentro sexual. El consumo de prostitución puede deberse justamente al deseo que los consumidores tienen de ejercer algún tipo de violencia.

Capítulo 3: Homicidio de Prostitutas. La influencia del contacto previo en el Comportamiento del Perpetrador

Las trabajadoras sexuales, por la naturaleza de su trabajo, forman parte de un grupo social vulnerable. Además, estas mujeres también son víctimas de violencia doméstica, perpetrada tanto por el cafillo como por los clientes. El hecho de que haya competencia entre las trabajadoras hace que no exista solidaridad entre ellas para cooperar detectando situaciones riesgosas. Otro elemento de riesgo es que las víctimas no reportan casos de violencia ante la policía.

En las relaciones entre cliente y prostituta, los sentimientos del primero hacia la segunda son los de una persona hacia un objeto. El cliente no siente ni sabe absolutamente nada de la persona con la que está perpetrando el encuentro. Entre los posibles victimarios se encuentran los “predadores”, los fiolos y cualquier persona de la calle.

Capítulo 4: El homicidio en la prostitución callejera. Una mirada sobre la literatura y una comparación de las mujeres trabajadoras y no trabajadoras sexuales víctimas de homicidio

La violencia contra las trabajadoras sexuales que ejercen su actividad en la calle es más frecuente que la que sufren las mujeres que trabajan en privados, saunas y demás. Hay una tendencia de que las prostitutas son el grupo más expuesto a los homicidios, perpetrados estos por los mismos clientes.

En los casos de violencia, entre los desencadenantes más comunes se encuentran el desacuerdo entre el tiempo y la calidad del “servicio” y el posterior pedido de devolución del dinero y el alcoholismo de los clientes.

La mayoría de las prostitutas son asesinadas por sus clientes. También los episodios de violencia pueden ser realizados por los fiolos, los vendedores de droga y hasta la policía. La dificultad para resolver estos casos se debe a que pocas veces son denunciados,  además de la mala opinión que se tiene sobre la víctima y la poca credibilidad que su testimonio tiene. Las trabajadoras que ejercen prostitución en la calle son aún más vulnerables que el resto de las prostitutas por su estilo de vida.

La violencia hacia las prostitutas es la forma más extrema de violencia hacia las mujeres en general. Las prostitutas en particular no son vistas como personas o seres humanos, si no que son un tipo de mujer que es vista como un objeto. Estos episodios suceden de repente, y sobre todo cuando las mujeres están drogadas o borrachas.

Capítulo 5: Comparación entre los Asesinos Simples y los Asesinos Seriales de Prostitutas

Las prostitutas tienen el índice más alto de víctimas de homicidio. Sus clientes son los mayores asesinos. Entre los asesinos seriales, la mayoría de ellos tenía antecedentes de ataques sexuales. Esto sugiere que una de las motivaciones más prominentes de los asesinos seriales es el sexo.

Capítulo 6: La seguridad personal de Los Hombres que Ejercen Prostitución

Los hombres que ejercen prostitución han sido en su mayoría víctimas de violencia verbal, física y sexual. Sus clientes son mayoritariamente hombres. Los escorts, que trabajan a través de agencias, son contactados por sus clientes luego de haber tenido una comunicación previa con el fiolo o cafillo. Por otro lado, los escorts que trabajan por su cuenta tienen ellos el contacto directo con el cliente, brindándole sus datos personales, lo que lo expone a ser más vulnerable. También estos hombres pueden trabajar en la calle y también tienen contacto directo con el cliente en las calles, plazas, etc.

La mayoría de las víctimas ha sufrido violencia tanto por parte de algún cliente como de los proxenetas, otros trabajadores sexuales y hasta de la gente común. Los que trabajan para un proxeneta, concuerdan en que no pueden hablar ni decir nada de lo que hacen porque están amenazados.

“Vos no podes decir ni una palabra… Cuando hay chicos involucrados, si abrís la boca estás en peligro…”

Sexualmente explotados, muchas veces no pueden decidir con qué clientes estar o no estar o con cuántos por jornada y tampoco qué tipo de servicios ofrecer. Incluso, muchos de ellos han sido abusados sexual y psicológicamente por parte de los proxenetas.

Además de ser vulnerables ante los clientes y los cafillos, los trabajadores sexuales sufren la homofobia de los policías, lo que hace que sean susceptibles a ser perseguidos por ellos y a no poder denunciar los casos de violencia de los que son víctimas.

Entre los lugares más seguros para ejercer la prostitución, los hombres eligen sus propias casas o los hoteles. Contradictoriamente, muchos de ellos saben que al consumir drogas o alcohol comprometen su seguridad personal, pero también son conscientes de que sin el consumo de estas sustancias no serían capaces de prostituirse. La mayoría de los hombres afirman que han tratado de suicidarse varias veces o que se han auto flagelado producto del malestar mental que la prostitución les genera.

Capítulo 7: Ellos obtienen lo que se merecen: derechos laborales para los trabajadores sexuales

Hombres, mujeres y transgénero que trabajan en la prostitución son constantemente objeto de abusos, violencia y explotación. Una causa de esto es su exclusión de los derechos humanos, como resultado de la ilegalidad de su actividad. Cada régimen tiene su propia participación dentro de las legislaciones sobre la prostitución. Estas legislaciones se dividen principalmente en “Prohibicionista”, “Reglamentarista” y “Abolicionista”.

Modelo Prohibicionista. La prostitución es vista por este modelo como un comportamiento pervertido y criminal. Por este motivo, los trabajadores sexuales deben ser castigados y re-educados. Todas las actividades relacionadas con la prostitución están terminantemente prohibidas y son criminalizadas, incluyendo a los trabajadores.

Modelo Reglamentarista. La prostitución es considerada –siempre y cuando sea reglamentada- como un mal inevitable y necesario. Es aceptada pero al mismo tiempo considerada como una amenaza a la salud pública y al orden social. Por este motivo, la prostitución se controla a través de reglamentaciones. Entre estas se incluye los chequeos médicos obligatorios para proteger la salud pública, la prohibición de ejercer en ciertas áreas o lugares. Si estas medidas no son cumplidas, los trabajadores son castigados con multas o prisión.

Modelo Abolicionista. Los trabajadores sexuales no son vistos como criminales, pero sí como víctimas. La prostitución es vista como incompatible con la dignidad humana, o como explotación sexual de las mujeres. La idea principal de este modelo es que ninguna mujer en su sano juicio podría elegir este trabajo libremente. La manera de abolir la prostitución es penalizando tanto a los proxenetas como a los clientes y a cualquier otra persona que requiera este tipo de servicios.

La prohibición de la legalidad de la prostitución desencadena en la asociación de esta actividad con el crimen organizado y dificulta que los trabajadores sexuales puedan organizarse. Ninguno de los tres modelos ha mostrado interés o preocupación por los derechos laborales o habitacionales de los trabajadores sexuales. Como resultado de esto, están en una situación vulnerable de extrema explotación, abuso y explotación.

Si se considera a la prostitución como un trabajo, deben crearse nuevos instrumentos para combatir la violencia y a la explotación que caracterizan esta actividad. Los trabajadores sexuales deben poder elegir libremente su trabajo, tener derecho a ejercerlo en condiciones seguras y a estar protegidas de abusos y violencia y derecho a organizarse. El primer paso para lograr esto es hacer una distinción entre el trabajo sexual como una actividad consensuada entre adultos (que debería estar afuera del código penal) y los actos de violencia o abuso o la prostitución de menores.

Capítulo 8: Desde la Entrada hasta la Salida – Abordando la Prostitución Callejera

Las mujeres más susceptibles de convertirse en prostitutas son aquellas debido a que han vivido situaciones de abuso y otras experiencias críticas durante su niñez que les generan un bajo autoestima. Entre estas duras situaciones se pueden enumerar:

  • Sufrir Bullying o acoso por parte de familiares o pares;
  • Ser abusadas sexualmente por un padre, padrastro, hermanos o vecinos. También por algún doctor durante un chequeo médico.
  • Sufrir ellas mismas o sus madres violencia doméstica.

Estas experiencias generan un sentimiento de soledad e incomprensión y un bajo autoestima, haciéndolas más vulnerables de ingresar en la prostitución.  El motivo más recurrente de ingreso en la actividad sexual es la necesidad económica combinada con una vulnerabilidad emocional. Rescatar a las mujeres de la prostitución debe ir de la mano de medidas preventivas y de apoyo para que no recaigan en esta actividad.

Capítulo 9: Haciendo más vulnerables a los vulnerables. Las contradicciones de la política de prostitución callejera en Inglaterra

La prostitución está desapareciendo lentamente de las calles de Inglaterra. Recientes reformas legales han exacerbado y acelerado este proceso, dando como resultado un proceso gradual de eliminación de la prostitución callejera y una visibilidad de la prostitución en Inglaterra. Sin embargo, las trabajadoras sexuales todavía pueden seguir siendo explotadas, lastimadas o asesinadas cuando trabajan puertas adentro. Por este motivo, las leyes deben reconocer que el sexo siempre va a ser vendido y demandado. Esto además solo hace que se escondan de la vista estas actividades, criminalizándolas y contribuyendo a que la explotación sea mayor.

Capítulo 10: Al borde de la línea: trabajo callejero como un espacio de contestación

La prostitución callejera modifica el espacio urbano en el sentido de que las trabajadoras tienen derecho a ocupar un área en particular de su elección para desempeñar sus actividades. El desempeño de actividades sexuales afecta la moral que recae sobre esa área. Tanto los clientes como las prostitutas prefieren lugares relativamente escondidos, donde los servicios sexuales pueden ser canjeados por dinero con un relativa anonimidad.

Capítulo 11: Violencia y estatus ilegal de la prostitución callejera en Canadá

Muchas de las mujeres que trabajan como escorts denuncian que los cafillos están más interesados en hacer dinero que en cuidar su seguridad. Sin embargo, las mujeres que desempeñan su actividad como escorts no forman parte del alto índice de homicidios que lideran las prostitutas callejeras. La estructura de la prostitución en agencias es tan reglamentada que muchas veces los clientes se tienen que identificar al contactar a la agencia.

La policía atribuye los bajos índices de resolución de homicidios de prostitutas a la dificultad para identificar a los sospechosos porque son desconocidos para sus víctimas. Sin embargo, algunos activistas denuncian que los homicidios de prostitutas no son tratados como cualquier otro, si no que les dedican mucho menos tiempo y recursos a su investigación.

La mayoría de los ataques hacia trabajadoras sexuales son premeditados, si no que son producto de la actitud que el atacante tiene hacia las mujeres y la sexualidad.

Capítulo 12: el control sobre la prostitución en América: Repensando las políticas públicas

Las mujeres que ejercen prostitución en la calle son vulnerables a situaciones de explotación, a sufrir episodios de violencia y otros tipos de victimización. Asimismo, son susceptibles de ser violadas o abusadas. En este sentido, las políticas públicas ofrecen poco respaldo a la prevención de estas situaciones. Las prostitutas que ejercen en agencias son menos vulnerables de ser víctimas. Pero una vez que sufren algún tipo de violencia son más reacias a denunciar debido a la ilegalidad de su actividad. Esto demuestra que la criminalización de la prostitución no hace más que perjudicar a las trabajadoras sexuales.

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