¿Populismo conservador? – Nicolás Grimaldi

en El Aromo nº 85

El elemento novedoso en Venezuela, en estos años, es el surgimiento de una “nueva derecha” que, a diferencia de los períodos anteriores, establece lazos económicos-políticos con la población sobrante y se construye una verdadera base de masas. Veamos de qué se trata.

Por Nicolás Grimaldi (Grupo de análisis internacional-CEICS)

En Venezuela, en los últimos años, observamos un acercamiento entre fracciones crecientes del proletariado y las organizaciones identificadas con la derecha. Según los apologistas del chavismo, aquellas masas que votan al MUD están compuestas por “lúmpenes” y desclasados, a los cuales no les preocupa el ajuste que traman los opositores y que el oficialismo, nos dicen, sería incapaz de impulsar. El chavismo sostiene que el plan de Capriles es acabar con las misiones, aunque este último ya anticipó varias veces que va a mantenerlas, e incluso aumentarlas. Parece una paradoja: la derecha defendiendo los planes. Y en efecto lo es. Para entender un poco más esta relación y comprender por qué la derecha tiene ese apoyo en una parte de la población sobrante, observaremos cómo se maneja Capriles en relación a Maduro. ¿Hay tanta diferencia? Veamos.

Maquinarias asistenciales

Comencemos observando la relación existente entre el gasto social y el presupuesto del gobierno venezolano. En el 2010, el gasto público real representaba el 54% del presupuesto, mientras que en el 2013 representó el 31%. El gobierno se jacta de haber incorporado las denominadas “Misiones Bolivarianas”, “Proyectos Banderas”, y demás programas sociales financiados por PDVSA. Se estima que entre el 2001 y el 2013, PDVSA aportó 826 mil millones de bolívares para la implementación de diferentes programas sociales por parte del gobierno. También, debe sumársele el FONDEN, que cuenta con más de 200 mil millones de bolívares. Las Misiones, surgieron como un mecanismo del Gobierno para atender a los sectores con niveles de pobreza y de pobreza extrema. Sin embargo, un estudio realizado por la Universidad Simón Bolívar en el 2014, indica que las misiones alcanzarían al 8,4% de la extrema pobreza y al 11,7% de la pobreza.1 Con todo, este aspecto de la asistencia social sufrió severos recortes. En 2012, el número de las misiones bajó de siete a cinco. En el 2013, se recortaron 7 mil millones de dólares de la ayuda, afectando a las misiones Barrio Adentro y Ribas.2
Observemos ahora qué sucede en las tierras del principal dirigente opositor: Miranda. Este Estado posee una población de 3.159.048 habitantes, de los cuales alrededor del 18% vive en situación de pobreza y un 7% de “pobreza extrema”.3 Si observamos el desarrollo del gasto social realizada a través de las distintas secretarías de gobierno, encontramos que en el 2010 representaba el 48% del presupuesto, y en el 2013 bajó a 36%. En relación a la llegada de esta asistencia a los sectores de pobreza y de pobreza extrema, encontramos que hasta el 2012, el 40% de los beneficiarios del plan Hambre Cero se encontraban en situación de pobreza extrema.4
Como vemos aquí, tanto el chavismo como la oposición impulsan la asistencia social en sus gobiernos, aunque el oficialismo lo ha hecho en una escala mucho mayor debido a la utilización de PDVSA. Sin embargo, al verlos en términos relativos, los porcentajes de presupuesto destinado al gasto social son similares. Este fenómeno responde a una tendencia que se ha dado durante el chavismo, que es la consolidación de una parte importante de los venezolanos como población sobrante.

La derecha “solidaria”

El gobierno de Miranda ejerce la asistencia social a través de varias formas, ya que existen al menos 43 planes sociales. Una parte importante del presupuesto social es destinado a la implementación del programa bandera de Capriles llamado “Hambre Cero”. Este plan consta de cinco etapas: alimentación, educación, salud, vivienda y capacitación. Consiste en la entrega de bonos para adquirir materiales de construcción, entrega de alimentos, asistencia en salud y educación, formación para el trabajo e impulso a microempresas. Está inspirado en el programa Bolsa de Familia implementado por Lula, y de llegar a la presidencia, su propuesta es aportar el 5% del ingreso petrolero a este plan para darle índole nacional.
Otro programa muy importante es Hogares Mirandinos, que funcionan para que las madres que van a trabajar puedan dejar a sus hijos durante ese lapso de manera gratuita sin tener que pagar a una niñera. Existen más de 40 Hogares Mirandinos, con una inversión de más de 9 millones de bolívares. También existe el Plan Crecer, que en 6 años de funcionamiento otorgó más de 3 mil créditos para emprendedores, generando más de 20 mil empleos, y del cual el 90% de sus beneficiarios provienen del plan Hambre Cero. Adicionalmente, encontramos el Fondo Social Miranda, que es un instituto autónomo perteneciente a la Gobernación, que otorga aportes individuales, familiares y colectivos para cubrir las necesidades de los sectores más pobres, además de formular, ejecutar y evaluar programas sociales. A través de este Fondo, se realizan planes y donaciones a sectores de la clase obrera. Aquí pueden aportar diferentes sectores, como el mismo Maduro ha hecho en su momento. Los principales programas que se impulsan desde este fondo, son el Plan Mi Descanso, destinado a entregar camas a los sectores más pobres y el Plan Feria de Oportunidades que da capacitación a los ciudadanos de acuerdo a sus necesidades y su campo laboral. Para este programa hay convenios con instituciones como la Universidad Simón Bolívar, la embajada de Italia y empresas privadas. Por otro lado encontramos el Plan Mi Vivienda, que lleva desembolsados más 3 mil millones de bolívares. Finalmente, las Cestas Mirandinas, que consisten en la venta de alimentos a un precio subsidiado, que en el 2013 desembolsó más de 7 millones de bolívares y benefició a más de 200 mil personas.
El presupuesto de Miranda, así como del resto de los Estados, depende casi exclusivamente del Fondo de Compensación y del Situado Constitucional. El primero, forma parte del Consejo Federal de Gobierno, y consiste en financiar las inversiones públicas los Estados. El segundo, destina un 20% de los ingresos ordinarios de la Nación a repartir entre los Estados de la siguiente forma: un 30% se divide en partes iguales, y el 70% restante se entrega de acuerdo a la población de cada región. Miranda es el segundo Estado más poblado y por ejemplo, para el 2015, el Fondo de Compensación significó el 7% del presupuesto, mientras que el Situado Constitucional representó el 87%.5 Ahora bien, desde el 2012 viene dándose en Miranda una pelea por el presupuesto. Capriles aduce que el Gobierno central mantiene una deuda de más 1.200 millones de bolívares con Miranda, que se le ha entregado menos dinero que el que le correspondía y que no se tiene en cuenta la inflación para el reparto. Por su parte, Maduro sostiene que priorizó su campaña, y le ha observado el aumento de 17 mil empleados públicos en comparación con la administración de Cabello. Lo cierto es que, de allí en más, Capriles ha tenido dificultades para pagar aguinaldos y salarios. Esto también repercutió en un descenso de los beneficiarios sociales, como vemos en el siguiente cuadro.
Como podemos observar, desde el 2012 comienza a caer los beneficiarios de los principales instrumentos de asistencia social por parte de Miranda. Hambre Cero descendió un 70%, Cestas Mirandinas, un 30%, mientas que la entrega de cestas gratuitas a beneficiarios de Hambre Cero, un 60%. Esta situación afectó electoralmente a la oposición, que pasó del 57,1% en las parlamentarias del 2010, al 52,3% de las presidenciales del 2013 y perdió contra Chávez en el 2012 (aunque por un margen mínimo, 0,49%), y obtuvo la mitad de municipios en las elecciones del 2013. Este crecimiento del chavismo, se debe también a la creación de la empresa estatal Corpomiranda S.A., en 2013, para impulsar la reconstrucción de carreteras, la instalación de bases para las Misiones Bolivarianas, rehabilitar escuelas, construcción de viviendas, créditos a la producción, etc.
En Miranda también se ubica el municipio de Sucre, cuyo alcalde es Carlos Eduardo Ocariz, del MUD, y concentra a poco más del 22% de la población del Estado. Es, además, donde se encuentra la parroquia obrera de Petare, que contiene al 60% de los habitantes del municipio.6 Este barrio es un verdadero fuerte para la oposición, que triunfó en las elecciones presidenciales del 2012 y 2013, por 8 y 15 puntos, respectivamente. También Ocariz triunfó por casi 10 puntos en el 2013. Los planes más importantes aplicados en este municipio son el bono de alimentación para trabajadores, que absorbió 66 millones de bolívares en el 2014, y el plan Mi Propiedad, que lleva entregados más 100 mil títulos de propiedad. En total, en el 2014, desembolsó más 50 millones de bolívares en gasto social.

La política de lo posible

Como vemos, tanto el oficialismo como la oposición se encargan de distribuir migajas entre la población. No importan lo que digan: ninguno puede gobernar sin algún mecanismo de control de la población sobrante. El elevado gasto social por parte del Gobierno, a partir de PDVSA, le permite generar adhesión entre la población sobrante de Venezuela. Sin embargo, la oposición también tiene lo suyo, por lo que la idea de que Capriles va a eliminar los planes sociales no parece tener mucho asidero. El elemento novedoso, en estos años, es el surgimiento de una “nueva derecha” que, a diferencia de los períodos anteriores, establece lazos económicos-políticos con la población sobrante y se construye una verdadera base de masas. Pero esos vínculos dependen de la capacidad financiera. La crisis que vive el país constituye una verdadera oportunidad para la creación de una izquierda revolucionaria. El problema es que nadie ha puesto manos a la obra.

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Notas
1Condiciones de Vida de la Población Venezolana 2014, UCAB, 2014.
2Véase http://goo.gl/upTQtO
3Datos obtenidos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
4Anuario Estadístico 2012, disponible en http://goo.gl/aEyY5p
5http://goo.gl/X9i17I
6XIV Censo Nacional de Población y Vivienda, Instituto Nacional de Estadística, diciembre, 2014.

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