Patos con piel de pingüinos. Las primarias en Entre Ríos

en El Aromo nº 62

a62_patosRodolfo Leyes
RyR-Interior

En números anteriores, explicamos que la provincia de Entre Ríos era una especie de bastión K.1  Una especie, porque si bien no lo era plenamente, podíamos anticipar su triunfo en las elecciones primarias. En especial, cuando no debía enfrentarse con el único que podía ofrecer una oposición real, como el peronismo federal, que se salteó las internas, fue dividido y sin candidatos de peso.

Las elecciones primarias en Entre Ríos vinieron a confirmar el apoyo de la mayoría de la provincia al gobernador. Inventando una pseudo-interna que no dirimía nada, el mandatario Sergio “Pato” Urribarri se enfrentó a Gerardo González, un político de tercera línea y actual director general de comercio interior de Entre Ríos. Es decir, un hombre de la gobernación. En efecto, las últimas elecciones fueron una puesta en escena del oficialismo que, buscando legitimar y echar una mirada por encima del hombro sobre el  alicaído y ex gobernador Jorge Busti, presentó dos boletas. La de Urribarri, encabezada por él mismo, barrió a su contrincante, que en el escrutinio final obtuvo un pobre 2,46%. Pasada la vergüenza, González, recomendó a sus seguidores que votaran a su jefe y ex– rival. La presidenta sacó un poco más del 45%. “En Entre Ríos sacamos 110 mil votos más que hace un año y pico. Eso no es un dato menor”, afirmó el Gobernador. Sin embargo, en la provincia, Cristina no superó la media del país (50%) ni pudo sacar más votos que el gobernador. La boleta del “Pato” alcanzó el 47%, un poco más que el gobierno nacional.

En nuestra nota anterior advertíamos que el kirchnerismo en la provincia no era más que la continuidad del menemismo- bustismo. De hecho, Urribarri mismo proviene de ese aparato, desde los tiempos de diputado provincial en plena década menemista. El “Pato” se radicó en la ciudad del “caudillo” Busti, Concordia, lo que le valió del cargo de encargado de los fondos compensatorios de Salto Grande (CAFEGS), en 2003, cuando Jorge Busti estaba en su tercera gobernación.

El lector que no es oriundo de la provincia tal vez no lo sepa, pero el método de elección de candidatos a diputado es, por demás, original. No se priorizó la experiencia en las áreas en las que se desempeñarían, ni tampoco los antecedentes. No, nada de eso: las pre-candidaturas se sortearon. Sí, tal como se lee: se pusieron los nombres de todos en un recipiente y se fueron sacando los papelitos. Toda una muestra del funcionamiento del peronismo entrerriano. Párrafo aparte merece el examen de los distritos agrarios, donde ganó Cristina. La burguesía rural entrerriana, igual que la clase obrera votó al gobierno. Igual que a nivel nacional, en Entre Ríos ganó, principalmente, el PJ, como expresión del régimen. Los dueños de la provincia no son los pingüinos, sino los patos.

La oposición

En el segundo puesto se ubicó, muy lejos, la UCR (UDESO), con el 16,85%. El tercero, para el frente de Binner, con el 13,25%.  Casi pisando sus talones, los restos del peronismo federal, Duhalde con el 12,35% y Rodríguez Saá con a penas el 6, 39%.

Para el cargo de gobernador, por no tener rivales internos, no se presentaron Atilio Benedetti (UCR), Jorge Busti y Armando Saliva (PRO). A nivel provincial, los partidos centenarios (PS-UCR) juntaron su tropa. Los socialistas apoyarán en octubre al candidato de la UCR, Benedetti, formando el Frente Cívico y Social, que incluye a la Coalición Cívica (si faltaba alguien…), mientras los socialistas ponen de candidato a diputado provincial a Lisandro Viale, actual diputado nacional por el PS, en la misma boleta. Con lo cual, igual que en Santa Fe, se demuestra que el “socialismo”, la CTA y Libres del Sur no tienen ningún empacho en acordar con una alianza que incluye a De Narváez.

Sin embargo, a nivel nacional, van por separado. Consultado sobre las próximas elecciones de octubre, un referente de la UCR-ER expuso toda su esquizofrenia:

“Nosotros tenemos nuestro candidato que es Raúl (sic) Alfonsín y creemos que es el mejor candidato que podemos tener. En esta contienda, Binner será nuestro adversario político. No tenemos absolutamente nada que ver con Binner en el orden nacional”.

En todo esto no podía faltar el fenómeno mediático y representante de la patronal campestre, Alfredo De Ángeli, quien no supo cómo explicar que el triunfo del oficialismo, más que sincerarse y decir que “hay mucha gente a la que le va muy bien con este gobierno”.2  Lo cierto es que los patrones del campo están amasando mucho dinero y no hay ninguna razón para que confíen en algún otro representante.

La izquierda  

En Entre Ríos no hubo milagro. El Frente de Izquierda obtuvo poco más de 7.800 votos, que representan el 1,16%. Por lo tanto, no podrá presentarse en octubre. Aquí, la campaña por la democracia no atrajo gente. En contrapartida, se dejó pasar la oportunidad de utilizar la campaña para explotar el potencial vacante que tiene la izquierda en todos los frentes en esta provincia.

Hace poco más de un mes, los trabajadores citrícolas del noreste provincial amenazaron con cortar la ruta 14, columna vertebral del MERCOSUR cuando fueron enviados al paro. Los trabajadores de los frigoríficos de Concepción del Uruguay comenzaron con una lucha por mejoras inéditas, que terminó con el descabezamiento de los delegados. En la costa del Paraná, los trabajadores pesqueros también amenazaron con cortar el transito del puente Rosario-Victoria si no ampliaban los cupos de pesca. En números anteriores, nos referíamos a la situación de los trabajadores forestales. En una de esas empresas, un obrero tercierizado por la empresa española Iberpapel S. A., recibió un baño en agro-tóxicos que lo tenían postrado en una cama y desempleado. Su nombre era Daniel Ortiz, misionero, como tantos otros. Semanas después, toda la región fue sacudida por la noticia de su muerte. Un mes antes, la noticia había sido la muerte de un niño de 14 años, misionero también, que se había caído de un tractor, trabajando en un establecimiento forestal y había sido aplastado por la rueda trasera del móvil. Casos como estos podían haber sido utilizados para potenciar la campaña electoral, explicando los límites del capitalismo, en vez de pedir “un milagro para Altamira”. Nada hubiera garantizado el piso del 1,5%, pero con una campaña socialista, al menos se hubiese conseguido una mayor inserción real en la clase obrera y ganado más simpatizantes a la causa. Se optó por el voto a cualquier precio y nos quedamos con las manos vacías.

Notas

1 Rodolfo Leyes: “Desde arriba y con ropa prestada. Las bases políticas del kirchnerismo en Entre Ríos”, en El Aromo, nº 60, 2011
2 De Ángeli confió que “hay gente a la que le va bien” pero negó que el campo haya apoyado al oficialismo: www.analisisdigital.com.ar/noticias.php?ed=1&di=0&no=151919

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

*

Últimas novedades de El Aromo nº 62

Ir a Arriba