Negocios villeros. La lucha de la villa 31 y la disputa por la renta urbana

en El Aromo n° 46

Por Natalia Alvarez – En artículos anteriores1 hemos realizado una primera caracterización de la evolución en las últimas tres décadas de la población en villas en la Ciudad de Buenos Aires. Actualmente, la villa 31 se encuentra en el tapete por el conflicto cruzado entre Ciudad y Nación, que reclaman su jurisdicción para llevar adelante un proceso de desalojo. Mientras tanto, su población ha dado muestras de organizarse para resistir y ha amenazado con realizar piquetes por toda la ciudad.

Cuántos son y cómo viven

Según datos oficiales del 20072, en la Ciudad de Buenos Aires existen 23 villas de emergencia ubicadas mayoritariamente en el sur de la ciudad. Según los datos de la Sindicatura de la Nación, la zona sur concentra el 72% de las villas de capital y aproximadamente el 20% de los asentamientos precarios.3 Se calcula que 170.397 personas habitan en villas. Las fuentes sólo nos permiten realizar una estimación debido a que sus datos resultan inconsistentes por diversas razones. En primer lugar, se trata de proyecciones poblacionales elaboradas a partir de censos efectuados en cada villa. A su vez, los relevamientos fueron realizados durante distintos años. Además, muchas veces son los referentes de las villas quienes suministran las cifras a los organismos oficiales. Las 31 y 31bis resultan un ejemplo elocuente de estos problemas estadísticos: mientras el Instituto de Vivienda de la Ciudad estima que la población residente en la primera es de 9.500 personas y de 7.500 en la segunda, los referentes hablan de 16.800 y 15.600, respectivamente. Así, cabe suponer que la cantidad de personas que vive en villas en la Ciudad de Buenos Aires es superior a la defendida por los organismos oficiales.

En todas las villas apenas un 21,8% de las calles son pavimentadas, sólo el 8,7% de las veredas se encuentran completas, el 15,7% de los desagües pluviales están entubados, el 20,7% posee cloacas, el 66,8% accede a agua corriente de red y el 23,8% a gas natural. Sólo el 14,1% de los hogares se encuentra en cercanía a un hospital público y apenas la mitad a un centro de atención primaria (49,9%). Tal como vemos, las condiciones de vida de los villeros se encuentran más que degradadas.

Las villas 31 y 31 bis, según los datos oficiales, tiene las peores condiciones de vivienda de toda la Capital. En la 31bis, el 80% de las viviendas se tabulan como de baja calidad. Ello implica que carecen de acceso elemental a los servicios públicos y entre los materiales con los que son construidos los “hogares” predominan las chapas, cartón, tergopol, madera, pisos de tierra, etc. En la 31, en idénticas condiciones se encuentra el 65% de las viviendas. Los restantes 20% y 35% respectivos no se encuentran en situación mucho mejor: también carecen de acceso a los servicios elementales pero en sus construcciones hay más chapas y, si tienen suerte, un poco de cemento.

Breve historia de la 31

Desde sus orígenes la Villa 31 tiene un componente claramente obrero. Nacida en la década del ’30 para albergar a los obreros portuarios, a lo largo de su historia fue escenario de intensas luchas contra recurrentes intentos de desalojo. Durante la última dictadura militar, se llevó a cabo una erradicación compulsiva feroz. La población de la villa fue trasladada por la fuerza fuera de la Capital y arrojada en el conurbano bonaerense. Las viviendas fueron arrasadas por las topadoras municipales. Si a principios de los ’70 la población rondaba las 50.000 personas, luego de aquella nefasta experiencia sólo permanecerían allí apenas 200 habitantes. A partir de 1983, la villa volvió a poblarse y a medida que la crisis fue avanzando su población tendió a crecer.

En los años noventa, fue dividida por la construcción de la autopista Illia. Hoy ocupa los barrios de Retiro y Recoleta. De acuerdo al informe elaborado por la Sindicatura, el sector correspondiente a la villa 31(entre la autopista y el puerto) ocupa una superficie de 10 hectáreas y media. En cuanto a la 31 bis, se estima que tiene una superficie aproximada de 10 hectáreas. En su mayor parte, estas tierras pertenecen al ONABE (Organismo Nacional de Administración de Bienes del Estado). Los terrenos restantes son propiedad de Repsol-YPF, de la Administración General de Puertos y de los ferrocarriles. Sólo la pequeña parte propiedad de Repsol se encuentra valuada en 25 millones de dólares.4

He aquí una de las pistas para dilucidar las perspectivas que marcarán el futuro próximo de la villa. En el marco del proceso de auge inmobiliario el capital volvió a enfocar sus miras sobre esas tierras. En este sentido, la demanda inmobiliaria ha estado fundamentalmente dirigida a las zonas del norte y centro de la Ciudad. En el año 2007, los barrios con una mayor superficie autorizada para construcciones nuevas fueron Caballito, Palermo, Villa Urquiza, Belgrano, Almagro, Nuñez y Puerto Madero.5

Un negocio en marcha

El conflicto actualizado recientemente en torno a las villas 31 y 31bis debe ser entendido como parte de una ofensiva más del capital contra las viviendas de la clase obrera. Si bien el PRO sostiene un proyecto de erradicación compulsiva desde su campaña electoral, coyunturalmente intenta establecer como eje de la cuestión la “seguridad” de las construcciones. Antes de asumir, Macri prometía la urbanización de las villas existentes en la Ciudad -promesa incumplida hasta la fecha-, aunque la villa 31 constituía una excepción. En este caso el proyecto consistía en la erradicación de sus habitantes y la destrucción de sus viviendas.

Con el caballito de batalla de la seguridad, en el mes de octubre, el Gobierno de la Ciudad solicitó a la Justicia en lo Contencioso Administrativo Federal una medida contra el Gobierno Nacional, en tanto el ONABE, propietario de la mayor parte de los terrenos, no estaría ejerciendo su función de control sobre las construcciones. También pidió que “se condene a la Nación a demoler todas las construcciones existentes en el predio en contradicción a la normativa local sobre edificación, seguridad y protección del medio ambiente”. La jueza Cecilia de Negre resolvió, el 28 de octubre, ordenar al ONABE que “arbitre los medios necesarios para impedir la prosecución de nuevas construcciones en las villas 31 y 31bis”. Sin embargo, por el momento, no hizo lugar al pedido de demolición. Si, como pretende Macri, se aplicara la normativa local sobre edificación, seguridad y protección del medio ambiente la villa sería erradicada en su totalidad.

A partir de la ofensiva del gobierno porteño, la discusión entre Ciudad y Nación comenzó a girar en torno a las competencias de unos y otros para frenar las construcciones. El ONABE sostiene que, de acuerdo a la autonomía de la Ciudad, el poder de policía en cualquier punto de la misma corresponde exclusivamente al gobierno porteño. De acuerdo con ello, dicho organismo solicitó a la jueza que convocara a una audiencia pública. El pedido fue aceptado, y la mesa de diálogo fue llamada para el 20 de noviembre. Por supuesto, ninguna de las partes convocadas cuestiona el proyecto de demoler las viviendas obreras. En realidad, tras los argumentos esgrimidos por unos y otros, la disputa entre Nación y Ciudad gira en torno a la propiedad de los terrenos. Rodríguez Larreta, jefe de gabinete de Mauricio Macri, declaró a través de Clarín: “Desde antes de asumir le venimos reclamando a la Nación esos terrenos para hacernos cargo nosotros de un problema que ellos no solucionaron. Mientras no lo hagan, todo lo que suceda allí, será responsabilidad de la Nación”.6 Si Nación no cede los terrenos es por su elevado precio, del que no podrá obtener provecho si la villa sigue en pie. Por ello, detrás del proyecto erradicador se alinea todo el personal político burgués, si bien el gobierno Nacional no lo ha impulsado aún en forma directa por una cuestión de coyuntura política.

Los abogados de los habitantes de la villa solicitaron participar de la audiencia pública. La justicia rechazó el pedido. Ante esto, el día de la audiencia, los habitantes de la villa, junto con sus organizaciones, cortaron durante más de ocho horas la autopista Illia. El corte se inició pasadas las 9 de la mañana y se extendió hasta las 18hs. Ahí reclamaban el desarrollo de un plan de urbanización sin desalojos. El corte fue levantado y se convocó a una asamblea en la Villa para determinar los pasos a seguir. El plan de urbanización ya existe y fue elaborado por un grupo de arquitectos de la UBA.

Si bien el 25 de noviembre se realizó una reunión entre algunos referentes de la villa y funcionarios de los ministerios de Espacio Público y de Desarrollo Social, para apaciguar el conflicto, la respuesta del gobierno no apunta a dar una solución. En las declaraciones de la ministra de Desarrollo Social quedan evidenciadas las intenciones del gobierno: “Avanzaremos en conjunto para limitar el crecimiento poblacional […] hacer obras, […] reclamar el traspaso de los terrenos de la Nación a la Ciudad, y realizar un censo y un plan de urbanización, que necesariamente tendrá una parte de relocalización porque es imposible que entren todos y ellos lo aceptaron. Si alguien hiciera un piquete, no sería un verdadero representante de la gente de la villa.”7 Mientras tanto, los vecinos ya prometieron realizar más cortes sorpresa en toda la Capital si sus reclamos no son escuchados. Amalia, una de las delegadas de la villa, declaró: “Si no tenemos respuestas, vamos a volver a los cortes. Ellos no son quienes para decidir que no va a haber más protestas.”8 Pese a la reacción de los vecinos, Macri parece dispuesto a erradicar la villa siguiendo los pasos de la última dictadura militar. Los vecinos, por su parte, se mantienen en alerta.


Notas

1Roxana Telechea: “Casa tomada. La (falta) de vivienda en la Ciudad de Buenos Aires”, en: El Aromo, nº 38.
2Sindicatura General de la Ciudad, Informe Especial UPE Nª3, Diagnóstico Institucional: “Asentamientos Precarios, Villas, NHT, Inmuebles intrusados, Barrios Municipales y Complejos Habitacionales”, 2007.
3Idem.
4http://www.pagina12.com.ar/ diario/elpais/1-88908-2007-07-30.html
5En otro artículo hemos desarrollado esta problemática. Nicolás Villanova: “Altos desencantos, grandes construcciones. Los vecinos ante la edificación de mega torres”, en: El Aromo, nº 34. Edificación 2007, Dirección General de Estadísticas y Censos, Ministerio de Hacienda, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. http://estatico.buenosaires. gov.ar/areas/hacienda/sis_estadistico/ edificacion_07.pdf
6http://www.clarin.com/diario/2008/10/04/laciudad/h-01774055.htm
7http://www.clarin.com/diario/ 2008/11/25/laciudad/h-01809656.htm
8http://www.pagina12.com.ar/diario/ sociedad/3-115638-2008-11-26.html

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