Movilizados y organizados. El retorno de los crímenes policiales y la conciencia de la clase obrera en Río Negro

en Clase obrera/El Aromo nº 60

a60_movilizados1Gerardo Wilgenhoff y Mariana Ávila
Razón y Revolución – Río Negro

Lo venimos anunciando desde las páginas de este diario: en Río Negro la policía mata, y lo hace de forma impune, avalada por un estado que desoye a las víctimas y protege a su aparato represivo. A su vez, se reitera la escena vivida hace algunos meses en Bariloche. En este caso, el hecho tiene como escenario a la ciudad de El Bolsón. La víctima, como siempre, integrante de la clase obrera, habitante de una de las dos ciudades que integran Bariloche, es decir, del “alto” y, los victimarios, miembros de las fuerzas del orden. En este contexto de disolución de las relaciones que dan forma al sistema.

Una vez más, otro obrero asesinado

Guillermo Garrido, de 24 años, era cajero de uno de los supermercados de la cadena La Anónima de la ciudad de Bariloche, donde residía. El  jueves 13 de enero se encontraba en la ciudad de Epuyen, provincia de Chubut, visitando a su familia, oriunda de esa ciudad. Cerca de las 20 horas retomó camino hacia Bariloche. Según los testimonios, conducía un Renault 12, acompañado por miembros de su familia e ingresó a la ciudad de El Bolsón, ubicada a 120 km. de la ciudad de Bariloche, a una velocidad superior a la permitida con el objetivo de alcanzar el ómnibus que lo trasladaría a su domicilio. En este trayecto, cerca de las 20:30 horas, colisiona en la esquina de San Martín y Belgrano con una VW SURAN.

Sin resistirse a la detención fue trasladado al hospital donde verificaron su estado físico y, cerca de las 22 horas fue conducido a un calabozo de la Comisaría 12º de esa misma ciudad, donde fue requisado y se le retiraron algunos objetos personales y los cordones de sus zapatillas. Sin embargo, según las declaraciones del subcomisario Carlos Cabrera, de la Unidad 12°, “no se detectó la presencia de un cinturón en el cuerpo del detenido pronto a ingresar al calabozo porque tenía una remera larga”. (1)

Alrededor de las 22:05 Garrido se dirigió al baño que utilizan habitualmente los policías acompañado por uno de ellos. A las 22:50, la mamá de Guillermo se hace presente en la comisaría y solicita permiso para ver a su hijo, pero su solicitud fue denegada, aunque el uniformado accedió a consultarle a Guillermo que quería para comer. Al llegar al calabozo se encuentra con el joven ahorcado con su propio cinturón colgado de la reja de la única ventana de la celda. Según el medico del hospital que se presentó a verificar lo sucedido, Guillermo Garrido falleció por asfixia.(2)

Inmediatamente comenzó el accionar del Colectivo Militante por los Derechos Humanos de El Bolsón que resolvieron, junto con los familiares de Garrido,  movilizarse el día 15 de enero en la Plaza Pagano para exigir a la justicia el esclarecimiento del hecho.  (3) La marcha convocó alrededor de 60 personas incluidas los familiares de Guillermo, el Colectivo Militante por los Derechos Humanos y varios partidos de izquierda. Aunque la convocatoria tuvo un tono pacífico, no estuvieron ausentes los enfrentamientos entre los obreros movilizados y las fuerzas del orden.

El lunes 17 de enero, el comisario Cabrera separó de sus cargos a dos oficiales y tres suboficiales quienes «tendrían algún tipo de responsabilidad» en el ahorcamiento de Garrido  (4). Se trata de los cinco efectivos que estaban en la guardia al momento del ingreso del joven, y el personal que luego se hizo cargo y fue quien alertó sobre su muerte. “Hubo un cambio de guardia, así que fueron separados los del turno tarde y noche que estuvieron en la guardia y debían velar por la seguridad del joven, así como quitar sus pertenencias”, agregó el segundo jefe de la Regional III de Bariloche, Mario Villalba.(5)

Por otra parte, Cabrera confirmó que la autopsia de Garrido dio como resultado el deceso por asfixia por ahorcamiento y negó la participación de sus subalternos “porque hubiese signos en el cuerpo imposibles de disimular” 6). Cabrera entra en una contradicción infantil. Por un lado separa de sus cargos a cinco policías que supuestamente tuvieron  responsabilidad en el hecho pero, acto seguido, niega la participación en el hecho de sus subordinados porque el cuerpo de Garrido no presentaba signos de violencia. El único error que según él tendría la policía es el de haber dejado ingresar a Guillermo a la celda con el cinturón puesto.  (7)

Pese a la separación de los oficiales y suboficiales de sus cargos, alrededor de 300 compañeros, que incluía a los militantes del Colectivo por los Derechos Humanos, organizaciones civiles y partidos políticos, se movilizaron junto a los familiares de Garrido el martes 18 de enero. La marcha recorrió desde Epuyen hacia la Plaza Pagano en El Bolsón,  para pedir por el esclarecimiento del hecho y exigir que el gobernador Saiz separe al ministro de gobierno Larreguy y a la cúpula policial. Esta manifestación coincidió con la del 17 de enero de la Multisectorial, en Bariloche, contra la represión policial, luego de siete meses de impunidad ante los asesinatos de Diego Bonefoi, Sergio Cárdenas y Nicolás Carrasco. La marcha se manifestó a favor de que “sea totalmente en paz, no hay ánimo de confrontar. Seguramente haremos conocer a la comunidad los hechos y nos pararemos frente a la comisaría. Desde que pasó la gran ausente es la justicia, y es momento de que actúe” 8). Con esta declaración, los voceros del Colectivo por los Derechos Humanos mostraban sus intensiones. A siete meses de los asesinatos de los jóvenes barilochenses que nunca fueron esclarecidos, la justicia aparece como la principal culpable del estancamiento en la causa del asesinato, y se espera que actúe a favor del campo popular.

Finalmente, el martes 28 de enero a las 13 horas unos 200 compañeros volvieron a marchar para pedir por el esclarecimiento de la muerte de Garrido. La movilización siguió con los mismos patrones que las dos anteriores: se desarrollo en forma pacífica y comenzó por la calle San Martín, dando vuelta por la Plaza Pagano hasta la Comisaría, donde los familiares de Guillermo pidieron justicia y el cese de los abusos policiales.

La muerte de Guillermo Garrido y de los jóvenes barilochenses no fueron los únicos casos de asesinatos cometidos por las fuerzas del orden en el último tiempo en Río Negro. Cuatro meses después de los asesinatos de Bariloche, en la madrugada del 24 de octubre en el barrio Lavalle, de la ciudad de Viedma, Guillermo Trafiñanco, un joven de 16 años que vivía en Bariloche y que se encontraba en esa ciudad para compartir el día de la madre con su familia, fue asesinado de un balazo calibre 9 milímetros en la espalda cuando una patrulla policial se acercó para identificarlo. El chico habría salido corriendo y el policía le disparó por la espalda. Según las pericias, el disparo fue realizado a 2,5 centímetros de distancia en dirección recta por el sargento Silvano Mesa cuando el mismo ya estaba en el piso y boca abajo. Según dichos del uniformado, se le había disparado el arma al querer agacharse para colocarle las esposas junto a su compañero, y fue ahí cuando se resbaló y se le disparó el arma. Sin embargo, los peritos comprobaron que el disparo no pudo haber sido como declaró Mesa. (9)

Al igual que como pasó con Diego Bonefoi, el cuerpo de este joven fue encontrado con una pistola, aunque no se pudo comprobar que le perteneciera.    La mamá de Guillermo Trafiñanco, María Virginia Ascencio, denunció que el chico era objeto de “una persecución policial” y que “varias veces” tuvo que “recurrir a la oficina tutelar (del Juzgado de Menores) porque los policías lo demoraban en la comisaría del barrio; antes le habían dado una paliza y no me animé a hacer la denuncia” (10). A su vez, la madre denunció que recibió amenazas de dos uniformados en el momento en que intentó acercarse al cuerpo de su hijo, le prohibieron verlo y la amenazaron con un arma, al mismo tiempo que  los policías disparaban a todos los pibes que los rodeaban. (11)

El barrio Lavalle presenta las mismas características que el alto barilochense. Ubicado a cuatro kilómetros del centro de Viedma, es uno de los lugares más pobres de la ciudad. Uno de los aspectos más negativos que presenta el barrio es el alto nivel de deserción escolar, la existencia de una sola escuela primaria, un jardín de infantes y una sola escuela secundaria nocturna. Estudiar para esos jóvenes significa trasladarse varios kilómetros. Según una fuente judicial de Viedma “Lavalle es otro mundo”, por la precariedad en la que viven los vecinos del lugar.  (12)

La estrategia de la clase obrera

Las marchas que se sucedieron en estos casos, y que buscaban esclarecer el hecho encarcelando a los culpables, fueron en general pacíficas, no se registraron en ellas hechos de gravedad como los sucedidos durante la rebelión obrera tras los asesinatos de Diego Bonefoi (15 años), Nicolás Carrasco (16 años) y Sergio Cárdenas (28 años). Efectivamente, las jornadas de movilización y reclamo ocurridas en junio de 2010 marcan el punto más álgido de la lucha de clases en Río Negro, teniendo como punta de lanza los casos de gatillo fácil. Esto podría explicarse principalmente por tres hechos. Dos de ellos se deben a características propias de la ciudad de Bariloche, la más grande y poblada de la provincia, y la que sufre, al ser la ciudad turística más importante de Río Negro, las peores discriminaciones que la burguesía ejerce sobre la masa obrera, al intentar ocultarlos de los turistas. La última hace referencia al peso en el número de asesinatos. En primer lugar, Bariloche es la ciudad más poblada, por lo tanto, suele movilizar un número mayor de individuos. En segundo lugar, en Bariloche, como venimos anunciando, conviven dos ciudades: el “bajo” y el “alto”. La primera que tiene acceso a todos los beneficios que brinda la ciudad al alcance de la mano y la otra que vive prácticamente al margen, sólo tiene acceso como fuerza de trabajo. La posibilidad de enfrentamientos está latente siempre que la discriminación y la injusticia se hacen presentes. Del “alto” es de donde proviene la mayoría de las víctimas de abusos policiales. Por último, fueron tres los asesinados del 17 de junio, lo que provoca un aumento de la indignación y la bronca.

Sin embargo es, posiblemente, mucho más importante el peso que la izquierda ha tenido en la organización del movimiento obrero de Bariloche durante y después de la revuelta. Efectivamente, los partidos de izquierda han tenido su participación en el despertar político de los sectores más radicalizados, impidiendo que decaiga la moral de los compañeros e incentivando a la lucha política por la obtención de sus demandas. Recordemos que las jornadas de junio de 2010 dieron origen a un organismo político heterogéneo, la Multisectorial que envolvía a diversas organizaciones civiles y políticas que incluía a los familiares y amigos de las víctimas, a la CTA y partidos políticos burgueses (Proyecto Sur) y de izquierda PO, MST y PCR. Esta alianza mantuvo desde el comienzo la conducción del organismo.

El papel de la Multisectorial fue, y hasta la actualidad lo sigue siendo, totalmente activo, acompañando en todo momento los reclamos de justicia de los familiares y amigos. Sin embargo, en su interior comenzó una diferenciación lógica. Por un lado, la CTA se separa del movimiento luego de no haberse adherido a la primera gran marcha de los días posteriores a los asesinatos. En un primer momento intentó aplacar el ánimo de la clase obrera al pedir la postergación de la movilización y, finalmente, se desentiende del movimiento al no aceptar la medida de la Multisectorial de tomar el municipio. Tampoco estuvo de acuerdo con los intentos de realizar asentadas en las escuelas. El MST terminó fusionándose con Proyecto Sur, que nuclea en su interior a los docentes más radicalizados. Ambos, junto con el PCR, se mantienen dentro de una estrategia reformista de clase. Efectivamente, sus demandas no logran dar un salto cualitativo en la conciencia de la clase obrera. Es el sector minoritario de la clase obrera que, agrupado en el PO, logra adoptar una estrategia revolucionaria. Sus demandas van más allá de las peticiones de justicia y esclarecimiento del hecho. No es casualidad que en los meses posteriores a la rebelión, cuando la clase obrera mantiene un alto grado de politización, el PO va a lograr un crecimiento en su interior, incorporando afiliados  de los barrios del “alto”. Sus demandas radicalizadas lo apartan de la Multisectorial aunque marchen juntos los días 17 de cada mes. Serán los sectores más radicalizados quienes el día 17 de febrero tengan una participación en el incendio de la Comisaría 2º, ubicada en pleno corazón de Bariloche, luego de que los policías fotografiaran desde su interior a los compañeros, acompañados de gestos descalificadores.

Un ejemplo ilustrativo de esta disociación es el proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura de Río Negro que se viene realizando desde el  31 de agosto de 2010 ante el descrédito generalizado en el que está sumido el Poder Judicial. Dicho proyecto busca “democratizar” el Consejo de la Magistratura incluyendo la participación de la ciudadanía en el proceso de designación de los jueces. Para ello se ha invitado a las organizaciones de Derechos Humanos, familiares de las víctimas de asesinatos, gremios, el Colegio de Abogados, la Universidad Nacional del Comahue, el Colegio de Magistrados y Funcionarios de la Provincia, entre otros. A su vez, el gobernador Saiz, creó la Comisión de Reforma del Código Procesal Penal para establecer un proyecto de ley que busca impulsar un sistema acusatorio y oral, asegurando la participación ciudadana través del juicio por jurados. La Multisectorial es un defensor acérrimo de estas reformas judiciales.

Mención aparte merece la juventud peronista agrupada en La Cámpora. Esta organización kirchnerista tuvo nula participación en el movimiento. Comenzó a crecer luego de la muerte de Néstor Kirchner, aunque nunca tuvo una participación activa dentro de las movilizaciones. El crecimiento de La Cámpora coincide con la interna interburguesa del PJ, que enfrentó al kirchnerista Miguel Picheto con el actual intendente de Gral Roca, Carlos Soria, por la carrera a la gobernación. Este último tuvo finalmente el aval de la presidenta para encarar su candidatura, luego de que Picheto se bajase de la interna. A partir de ese momento La Cámpora se fracturó entre quienes apoyaban a Soria y quienes se negaron a respaldar su candidatura. Estos últimos acusan a Soria de haber participado de la masacre de Puente Pueyrredón en 2002 y que, en este momento, le da la espalda al movimiento que reclama justicia por los asesinatos cometidos en Bariloche. Podemos concluir diciendo que, a juzgar por los militantes que acudieron a la marcha del 24 de marzo, donde su columna fue la más importante, esta organización nuclea a la mayor parte de la población que aún se mantiene en una estrategia reformista. En definitiva, en Río Negro, el sector mayoritario de la clase obrera se encuentra en este campo, que fue conquistado en poco tiempo por La Cámpora, a la que le siguen en importancia el PCR, MST y Proyecto Sur. Sólo un sector minoritario del proletariado, alineado en el PO, marcha con una estrategia revolucionaria.

Concluyendo… por ahora

De los casos analizados podemos concluir que las víctimas tienen entre 15 y 30 años y que todos son habitantes del “alto”, es decir, obreros de Bariloche. Pertenecen, por lo tanto, a la fracción más vulnerable de la clase obrera, aquella que no ve en el futuro expectativas certeras. Ahora bien, dos de estos casos quedan excluidos dentro de aquellos crímenes en los que el capital opera independientemente de la voluntad de los individuos. Son actos donde la voluntad individual está presente. Se trata del caso de Carrasco y Cárdenas, el primero estudiante y menor de edad, el segundo empleado que se inscriben dentro de este tipo porque fueron asesinados cuando formaban parte de la rebelión que le siguió a la muerte de Bonefoi, aunque sólo sea como espectadores. El objetivo final de sus asesinatos era comenzar la desmovilización de la clase obrera para inclinar la balanza de poder hacia el lado de la clase dominante. Aquí entraría un segundo caso de crimen cometido por el capitalismo, aquel que tiene como ejecutores a las fuerzas del orden por pedido intencionado de la clase dominante, con el fin de lograr el repliegue de la movilización popular. En este caso el asesinato viene a ser una especie de acción ejemplificadora para la clase obrera ya que lo que se busca es garantizar la reproducción del sistema.

No es el caso de Bonefoi ni deTrafiñanco ni de Garrido, ya que ninguno de ellos participaba ni formaba parte de la fuerza que se enfrentaba al Estado. Finalmente, estos tres casos pueden ser definidos como asesinatos  perpetrados por la voluntad individual, todas pertenecientes a las fuerzas de seguridad, pero que no responden a ningún mandato de la burguesía, sino que son el producto de la crisis de las instituciones burguesas. En este caso, las fuerzas de seguridad actuarían con un cierto margen de autonomía, sin apartarse del campo de la burguesía. Los asesinados son, en este caso, obreros. La policía se hace cargo del desprecio de la vida de los trabajadores. Pero, seguramente, ninguna autoridad burguesa hubiera autorizado semejante crimen, por el simple hecho de que sabe que los perjuicios (el seguro escándalo) son mayores que el beneficio (el posible amedrentamiento). El asesinato de Bonefoi como el de Trafiñanco y el de Garrido son el producto de la descomposición de las relaciones sociales capitalistas causadas por la crisis del sistema que ya no puede garantizar su propia reproducción.  (13)

Desde los asesinatos ocurridos en Bariloche el 17 de junio hasta la muerte de Guillermo Garrido el 13 de enero en El Bolsón, sólo han pasado seis meses. La clase obrera, en particular de Bariloche, se ha mantenido organizada y movilizada, aunque, por ahora en su mayoría, dentro de una estrategia reformista. A pesar de esta limitación, ha constituido una fuerza que se niega a desaparecer. En ella,  la izquierda ha jugado un papel importante, ha logrado poner un primer mojón y, aunque minoritaria aún, ha llegado para quedarse.

Notas:

(1) Desde el bosque, 20/01/2011.
(2) Ídem.
(3) A.N.B. 16/01/2011.
(4) Agencia Rodolfo Walsh, 18/1/2011.
(5) Ruta 40, 17/1/2011.
(6) Agencia Rodolfo Walsh 18/1/2011.
(7) Ídem.
(8) Ruta 40 19/1/2011.
(9) Ver www.loprincipal.com.ar, 9/11/2010.
(10) Página/12, 26/10/2010.
(11) Mensajero digital, 26/11/2010.
(12) Página/12, 26/10/11
(13) Para un acercamiento a estos problemas, ver Nicolás Villanova: “La vida rota. Un debate sobre el concepto de gatillo fácil”, enEl Aromo, nº 39, 2007.

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