Los (poderosos) amigos del Comandante. Las posiciones del empresariado en Venezuela – Nicolás Grimaldi

en El Aromo nº 72

chavez Habitualmente se intenta reivindicar la figura de Chávez como un impulsor del socialismo en Venezuela. Sin embargo, su gobierno entabló una relación muy estrecha con ciertas fracciones burguesas. Algunas, ya existentes. Otras, enriquecidas al calor del “socialismo” chavista. A continuación presentaremos las relaciones del chavismo con la burguesía venezolana. Aquella que lo apoyó y aquella que no.

Nicolás Grimaldi
LAP

Se suele llamar “boliburguesía” a aquellos empresarios que se han enriquecido a través de establecer relaciones económicas con el Estado. No obstante, esta categoría debería tener en cuenta al conjunto de la burguesía que apoyó al régimen. Los más visibles, se caracterizan por haber crecido a pasos agigantados. Pero esta relación dista de ser sólo económica. Estos empresarios están sospechados de corrupción y evasión fiscal. Incluso el chavismo se vio obligado a romper con muchos de ellos, a partir del estado público que adquirieron los hechos de enriquecimiento.
Esta “boliburguesía” también trazó lazos políticos con el régimen que le dieron injerencia sobre los rumbos políticos del país. Rafael Ramírez, Ministro de Energía y Petróleo y actual presidente de PDVSA y Diosdado Cabello, Presidente de la Asamblea Nacional, son los integrantes del Estado que mantienen una relación más estrecha con los “boliburgueses”.

¿Quiénes son?

Algunos de los “boliburgueses” más conocidos son  Wilmer Ruperti, Ricardo Fernández Barrueco, Omar Farias, Rafael Sarría, Pedro Torres Ciliberto, Carlos Kaufman, Franklin Durán, José Zambrano, Arné Chacón, Orlando Castro y los hermanos Castillo Bozo. A continuación detallaremos la trayectoria de los tres más importantes: Wilmer Ruperti, Ricardo Férnandez Barrueco y Omar Farías.
Wilmer Ruperti es un empresario, inversionista y magnate del transporte marítimo venezolano. Es fundador, presidente y CEO de Global Ship Management, compañía naviera líder en el transporte petrolero en Venezuela, que posee contratos con PDVSA para la distribución del crudo en el resto de Latinoamérica. Además controla Panamá Pioneer Shipping Corporation y PMI Trading Inc.  Es el único accionista y presidente del Canal “i”, transmisora en la que invirtió 21 millones de dólares para reorganizarla e impulsarla, convirtiéndola en un canal dedicado al entretenimiento, aunque conserva  sus espacios de opinión e información que siempre favorecen al gobierno. Durante el paro petrolero del 2002, Ruperti decidió no sumarse a la convocatoria de detener la actividad petrolera. Mantuvo su compañía en funcionamiento, movilizando todas las encomiendas y envíos que pudo, lo que le valió el reconocimiento de Chávez [1]. Se transformó así en un empresario sumamente exitoso, llegando a que se lo señale como uno de los dueños del Banco Activo junto al Ministro del Poder Popular de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez Carreño y a su cuñado, Baldo Sanso.
Ruperti no fue ajeno a los escándalos de corrupción. El primero de ellos por una presunta estafa generada a una empresa rusa con mayoría de acciones del estado, Compañía Naviera Novorossiysk. El fraude se habría cometido haciendo que los  barcos fueran primeramente transportados a una empresa de Ruperti, donde se los alquilaba a PDVSA a una tarifa muchísimo más alta. Se alteraban los documentos para evitar riesgos y dar la impresión que los envíos eran  hechos directamente con PDVSA. Además se habrían pagado sobornos para mantener engañados a los rusos [2]. En razón de estos manejos, en el año 2008, el gobierno europeo promovió un juicio contra Ruperti por 17 millones de dólares, acusándolo de “fraude masivo”. El segundo, con la PDVSA argentina. Cuando esa empresa fue creada, la mano derecha de Ramírez, Diego Uzcateguí, negociaba los contratos para la distribución del petróleo con Claudio Uberti, mano derecha de De Vido. Los contratos eran sumamente perjudiciales para PDVSA, pero muy favorables para Ruperti. Así, algunos funcionarios de PDVSA se opusieron y se terminó  entregando los contratos a unos allegados de Ruperti en Uruguay [3].
Para el año 2012, hubo una fractura entre Ramírez Carreño y Ruperti. PDVSA mantiene una deuda de más de 300 millones de dólares con Global Ship Management. Algunas explicaciones alegan una pelea personal entre ambos. Otras se lo atribuyen a la delicada situación de PDVSA, a raíz de la dificultad de asumir sus compromisos, lo que llevó a una devaluación del Bolívar para mejorar sus finanzas o bien a un intento del gobierno de despegarse de cierto personal político que ya no le resulta redituable. Lo cierto es que la publicación de estas irregularidades podría llevar a que el gobierno se vaya deslegitimando.
A mediados del año 2012, se difundió una grabación donde el secretario personal de Ruperti, Luis Peña, le entregaba un manojo de dinero –en su propia casa- al candidato a diputado de la oposición en Zulia -Caldera- quien terminó siendo expulsado de su partido. Anulada su candidatura e iniciada una causa judicial en su contra, esa gobernación fue ganada por el oficialista Cárdenas Arias y fue el propio Ruperti quien le envió la filmación a Chávez para darlo a conocer [4]. Otra demostración de la vinculación Ruperti/Chávez es que, durante el 2012, le regaló unas pistolas pertenecientes a Bolívar, adquiridas en el 2004 por 1,6 millones de dólares. De todas maneras, Chávez ya lo había distinguido con la “Orden del Libertador” debido a sus “servicios a la patria”.
Fernández Barrueco es empresario alimenticio. Entre 2007/2008 se creó Pdval (Productora y Distribuidora de Alimentos Venezolana S.A), un programa cuyo esquema de mercado competía con la red privada de comercialización de productos. Barrueco comenzó siendo parte de este emprendimiento, con el que se buscaba aprovechar la importación, apoyada en la industria petrolera por su factibilidad en el acceso al mercado de divisas.
En octubre del 2000, casi contemporáneo al comienzo del gobierno de Chávez, Fernández creó la empresa matriz que se convertiría en la mina de oro de su emporio: la Industria Venezolana Maizera Proarepa. Encontró su oportunidad de alzar vuelo en diciembre de 2002, durante el paro petrolero, cuando puso a disposición del gobierno su flota de vehículos para el transporte de alimentos. En marzo de 2003, fue invitado como asesor por el Alto Mando Militar para el diseño del programa Mercal, a partir de cual se buscaba abastecer de alimentos a la población a precios bajos. Para el año 2005, una auditoría realizada por la filial venezolana de KPMG ubicó el patrimonio de Fernández Barrueco en más de $1.6 mil millones de dólares. Sus únicos pasivos fueron de $18.977 adeudados al SENIAT. En ese momento, era propietario de 41 compañías, principalmente de servicios, agricultura, agroindustria, pesca, productos forestales y el transporte marítimo. Sus empresas agroalimentarias eran las principales proveedoras de la Misión Alimentación, del Ministerio de Poder Popular para la Alimentación. En 2008 compró Molinos Nacionales y atuneras en Ecuador. Para ese mismo año, su grupo empresarial Industria Venezolana Maizera Proarepa, controlaba directa o indirectamente 270 empresas, empleaba 5.000 personas y poseía una de las mayores flotas pesqueras latinoamericanas, según una auditoría elaborada por FTI Consulting [5]. En 2009 decidió volverse banquero y compró Confederado, Banpro y Bolívar Banco. Posteriormente concretó la adquisición de Mi Banco y Banco Canarias, como también la empresa de bolsa de cambio U21. Con estas negociaciones se convirtió en el dueño del 5,1% de los depósitos totales de la banca. Para fines de ese año, el chavismo arremetió contra una gran parte de los banqueros expropiando cerca de 80 empresas relacionadas con éstas. En ese mismo año, Pdval suspendió las compras de alimentos a las empresas de Barrueco, por estar imputado por delitos financieros. Este ataque se debía a la ruptura que se produjo con el sector banquero a raíz de la crisis del 2008, donde varios dueños de bancos fueron presos, aunque inmediatamente recobraron su libertad. Barrueco fue liberado recién en diciembre del 2012. Algunas fuentes lo vinculan como uno de los testaferros de Adán Chávez, hermano del fallecido presidente, en sus empresas.
Omar Farías es un empresario del sector seguros. Su empresa, Seguros Constitución se ubica entre las cinco más importantes de Venezuela. La empresa fue creada en el 2005, luego de que Farías dejase de ser un mero corredor de seguros para pasar a controlar la empresa Sofitasa y cambiarle el nombre a Constitución. En el 2007, decide la internacionalización de la empresa, logrando expandir sus negocios a Ecuador, República Dominicana y Panamá. Ese año, también, adhiere su empresa a la corporación OFL compuesta por otras empresas de su poder como son MedNet (asesora y administradora de servicios de salud), DentalNet (servicios odontológicos), Botimarket (farmacia), RPF (Red de previsión funeraria), Asistanet (Clínica de atención médica primaria), Net Asistencia (servicio de grúas) y Caravana de la Salud (clínicas móviles). Con esta corporación actualmente realiza atención médica gratuita a los pobladores venezolanos en diferentes municipios, además de mantener una relación de suculentos contratos con el Estado. El negocio estaría en gestionar y administrar los servicios de salud que no son brindados directamente por el Estado y el Ministerio de Salud, como los planes de salud Dental.
Como vemos, los “amigos” de Chávez no se han privado de acumular en todo este tiempo, extendiéndose a otras ramas e incluso logrando una escala que requiere una cabeza financiera. En este sentido, la división entre el capital “productor” y bueno, contra el “financiero” y malo cae por su propio peso.

La FEDE…
La relación del chavismo con Federación de Cámaras de Comercio y Producción de Venezuela (FEDECAMARAS) es diferente a la que tiene con la “boliburguesía”. FEDECAMARAS representa un total de entre 130 y 150 mil empresas afiliadas. Sus dos máximas autoridades son: Jorge Botti, (presidente) y Jorge Roig (vicepresidente). A su vez, posee diversos directores para cada uno de los sectores que representa, a saber: Agricultura, Banca, Comercio, Construcción, Energía, Industria, Medios de Comunicación, Pecuario, Telecomunicación, Transporte, Turismo y Seguro.
Esta Federación se presentó como opositora al régimen desde un primer momento. Chávez había asumido en 1999, luego de la caída del pacto “Punto Fijo” de 1958. Ese pacto comprometía a los partidos gobernantes Copei, Acción Democrática, la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV) y a FEDECAMARAS. El acuerdo suponía la obligación de armar un frente común para gobernar, más allá de quién ganara las elecciones. Con estos partidos políticos desarmados, las dos entidades corporativas (CTV y FEDECAMARAS) se presentaron como los canalizadores de la oposición al chavismo. Así fue como entre ambas  planearon el paro del 10 de diciembre del 2001 y el golpe de Estado que destituyó  a Chávez en abril del 2002. El impulso de estas acciones estaba marcado por la sanción de 49 leyes económicas y los proyectos  de reforma agraria y de Ley de Hidrocarburos, lo que significó también la salida del gobierno de generales como Miquilena y Lameda, que formaron parte de los golpistas.
Gestado el golpe, el presidente de FEDECAMARAS, Pedro Carmona, asumió la presidencia para luego ser destituido por la movilización popular a favor de Chávez. Una vez repuesto, para contrarrestar el peso de “la FEDE”, Chávez creó entidades afines como ANAGRAVEN, EMPRENVEN, FEDEINDUSTRIAS, entre otras, formadas por pequeños capitales como cooperativas que apoyaron -por ejemplo- el ingreso de Venezuela al MERCOSUR. FEDECAMARAS, por el contrario, prefería profundizar relaciones con la Comunidad Andina de Naciones (CAN) o con Colombia.
El desencanto de FEDECAMARAS con el gobierno se explica por la cantidad de empresas que han quebrado durante estos años, según afirma su presidente actual. Se trata de un total de 170 mil empresas de las 617 mil que había en 1999. La razón de las quiebras está relacionada con la política cambiaria del chavismo que implantó un bolívar sobrevaluado a 4,3, 10 bolívares en el mercado paralelo, con un estricto control de cambios. De esta forma los empresarios ven disminuida su capacidad competitiva a nivel internacional y recortadas sus chances de conseguir dólares para realizar sus inversiones e importar, lo que se traduce en una baja participación por parte del sector privado. Hoy la inversión se centra en un 7 u 8% del PBI, calificado como “bajísimo” por Botti y la meta de FEDECAMARAS es elevarlo a un 20%, lo que requeriría de una inversión de 13.200 millones de dólares por año. Por lo tanto, también es falso que el chavismo siempre (y sólo) defienda a los capitales chicos y que los grandes están siempre (y solos) en la oposición.
La entidad empresarial también cuestiona la política de estatización de empresas. Para Botti, se nacionalizaron 402 empresas en el año 2011 y más de 1600 empresas durante el proceso chavista. Para el empresario, la razón vuelve a ser el control del mercado cambiario que “acorrala” a las empresas para luego estatizarlas. A raíz de ello es que FEDECAMARAS ha venido pidiendo una devaluación para mejorar la competitividad de las empresas, cuestión que no ha sido solucionada por la última devaluación del 30%.
Ahora bien ¿qué plantea la entidad para el futuro venezolano? En principio, si bien Maduro se ha referido a estos empresarios como “parásitos”, para Botti parece entusiasmado con este recambio [6].
Sostuvo que si “el dólar debe valer 20 que valga 20, que fluctúe y que el gobierno deje de devaluar la moneda de forma encubierta”. También llamó a un “acuerdo nacional” para afrontar el futuro venezolano.

A modo de conclusión

El chavismo favoreció a una fracción de la burguesía venezolana. En particular, aquella ligada a la producción y comercialización petrolera y la alimenticia. El Estado ha intervenido para facilitar esa acumulación. La situación de Ruperti y Barrueco se repite en Omar Farias, Rafael Sarría,  Arné Chacón. Estos dueños de las finanzas fueron sobreseídos en tiempo récord, por la crisis del 2008, gracias a sus contactos políticos. FEDECAMARAS ha sido la fracción que menos recibió. Las limitaciones para el acceso a divisas la perjudicó sobremanera y el chavismo prefirió ampararse en el pequeño y mediano capital nucleado en federaciones como ANAGRAVEN o FEDEINDUSTRIAS. La muerte de Chávez puede indicar el inicio de un nuevo camino para estas fracciones, que estarán sujetas a las decisiones que adopte el sucesor. Si decide profundizar la devaluación y liberar las divisas, recortando el gasto social en las Misiones, puede granjearse los favores de “la FEDE”. No obstante, desarmar todo lo armado puede costarle una rebelión general. Esto también lo sabe Capriles, que dejó en claro que “Maduro no es Chávez”.  Se sabe. Hay que ver si la crisis lo hace evidente.

NOTAS:
1 http://goo.gl/0lOkE.
2 http://goo.gl/yMijW.
3 http://goo.gl/cjTUO.
4 http://goo.gl/k4dHW.
5 http://goo.gl/PIKHd y  http://goo.gl/WGZQU.
6 http://goo.gl/h95Fq

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