Las razones de la adaptación. Entrevista a Diego Lerman, director de la película «La mirada invisible»

en El Aromo nº 59
aromo59_miradaNatalia Álvarez
Grupo de Investigación de Educación Argentina – CEICS
Como acostumbramos siempre que hacemos una reseña, le damos espacio al autor de la obra criticada. En este caso, el director del film arriba reseñado, Diego Lerman, se prestó muy amablemente a una entrevista, donde plantea sus puntos de vista.

¿Cómo surge el interés por realizar esta adaptación cinematográfica del libro “Ciencias morales” de Martín Kohan?

Surge a partir de la lectura de la novela. Me parecía una novela sumamente atractiva para adaptar. Después, habían algunos elementos que contenía con los que yo quería involucrarme, sumado a una mirada que considero bastante original: una historia ambientada en la dictadura con bastantes capas y profundidades de lectura. A partir de eso, fue que decidí intentar hacer una adaptación y, una vez que tuve el guión, quise hacer una película.

Desde tu punto de vista como creador, ¿el film busca mostrar la educación durante la dictadura, la dictadura a través de la educación o ambos?

El epicentro era el Colegio Nacional Buenos Aires. Es a partir de eso, de esa institución elitista y cultora de un tipo de educación y de un proyecto de país. La trama estaba centrada ahí y en un sistema de control y cómo está dividido en distintos escalones. Uno de los elementos que me resultaba más atractivo era que eso haya hecho pie en ese colegio, tan particular de la Argentina. Otro elemento que me parecía muy estimulante y que me cautivó era el hecho de que esté todo contado desde la preceptora, María Teresa, alguien nuevo que ingresa a esa institución a cumplir una función y un rol. De alguna manera, el punto de vista que tenía la novela -y que yo respeté en la película- era el estar aferrado a un personaje, percibir tanto el mundo como el micromundo que rodea a la trama, a partir de los ojos de ella. Es así como se organiza la puesta en escena y todo lo que vamos viendo. Los estudiantes, por ejemplo: no es que sean así en la vida común, son así frente a ella. Para mí era muy estimulante tomar una película ambientada en una época histórica a partir de un lugar absolutamente subjetivo. No ir al pasado para contar “la historia” con mayúscula sino para contar la historia desde un personaje y desde un lugar absolutamente individual.

Pensando en la composición de los personajes, ¿qué elementos del libro decidieron modificar? ¿Cuáles fueron las razones?

Bueno, una adaptación -yo esto lo digo crudamente y, por suerte, coincidimos con Martín- es una traición. No hay fidelidad posible. Entonces, hay de mi lado una apropiación del punto de partida que es la novela de Martín. A partir de ahí, es iniciar una búsqueda. Hubo elementos que, por distintos motivos, fueron apareciendo en esta búsqueda y los fui sumando o modificando. En ese marco hay varios. El más radical fue el cambio de época. La novela transcurre en paralelo a Malvinas y a nosotros nos pareció mejor hacerlo previo a Malvinas y que termine con el desenlace. Eso un poco respondía a un trabajo de campo que hicimos y un poco, también, a lo que nos convenía dramáticamente. También el final es radicalmente distinto. Ahí sentíamos que el personaje tenía que tomar en algún momento una decisión y hacer una catarsis. Después, hay personajes que no existían, como la abuela, y la composición de la familia era otra. Una cosa es un libro y yo, a la hora de hacer el guión, pensaba en hacer una película.

¿Esa modificación del final expresa un cambio de época, un cambio de mirada de lo que fue la dictadura o respondió a una necesidad de adaptación del guión?

Mi cabeza a la hora de trabajar, ya sea en una adaptación o en un guión original, no trabaja desde un lugar analítico del que pueda surgir una pregunta como: ¿esto responde a qué? Trabaja con estar dentro de la maquinaria de un personaje y de entender que eso resultaba lo más orgánico frente al contexto que estaba viviendo -un personaje que acababa de ser violado y que transgrede normas constantemente. Entonces, dentro de ese verosímil encontré que un estallido en el final era lo más afín para terminar la película. Por eso llegué a esa decisión. Tiene que ver más con un proceso menos racional y analítico. A la hora de escribir un guión uno se va dejando llevar y va entrando en los personajes, intentando ser fiel a ellos mismos y a lo que van viviendo.

¿Por qué no aparecen elementos o indicios de lucha contra el régimen dictatorial dentro de la escuela? ¿Por qué esa pasividad y aceptación a lo establecido?

Hay elementos de resistencia. Tiene que ver primero con un punto de vista. Está contado desde el punto de vista de una preceptora y no desde el punto de vista de un estudiante. Nosotros no sabemos nada de la vida privada de los estudiantes. Por otro lado, el año en el que está situada es el ‘82. Ya se había masacrado y habían desaparecido varios estudiantes. Por otro lado, el nivel de control había sido radicalizado y establecido. Entonces, a partir de eso, había un sistema ya aceptado. Por otro lado, sí hay actos de rebeldía -dentro de esos matices- como pueden ser dos alumnos que se agarran a trompadas o una preceptora confiscando una revista, “Aristócratas del saber”, que circulaba en su momento. Entonces, lo que ella ve juega un rol. No quiere decir que los alumnos no se rebelen o no hagan lo suyo pero no es ese el punto de vista de la película. La película no sabe qué hacen los alumnos en sus casas ni en su vida privada. Sólo sabe cómo se muestran frente a la autoridad, ya sea el maestro o el preceptor.

En todo caso, entonces, la pregunta tendría que ser por qué contar la historia a través de la mirada de la preceptora…

Sí, a mí me parecía sumamente atractivo porque era contar a través de los ojos del poder. De un poder perverso y absolutamente decadente en esa época. Entonces, era como contar ese poder desde dentro de ese poder mismo. Esa fue una de las cosas que me cautivó de la novela de Martín. En vez de contar aquella historia que ya vimos tantas veces, era contar algo desde un lugar novedoso desde el mismo seno del poder a través de una institución emblemática. De una manera minimalista, mostrar esos engranajes y esos sistemas que se habían reproducido en diversas instituciones.

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