David Viñas: Un intelectual cotidiano

en El Aromo nº 2

 

El Aromo está embarcado en un «mapeo» de la intelectualidad de izquierda argentina. En esta ocasión ha entrevistado a David Viñas, uno de sus referentes desde hace medio siglo. En dos horas de amena charla definió la trayectoria política de Contorno: «De Contorno hay que decir que se ha sobrevalorado teniendo en cuenta la trayectoria de algunas personas que, me parece, participaron. Quienes eran el núcleo de esa revista eran León Rozichner, Ramón Alcalde, Adelaida Gigli, mi hermano Ismael, y el que habla. Pero era una revista estudiantil, ninguno era un militante. Según lo que se planteó en ese momento, puede ser una revista que teorizó desde todo punto de vista y de manera muy explícita la temática nacional. La prueba es que, en el momento en que el acento de la revista estaba puesto sobre la literatura nos ocupamos de dos escritores como Martínez Estrada y como Roberto Arlt. Es decir, queríamos cubrir la zona del ensayo y la zona de la novela. En los años ’50 hacia el ’60, que sale Contorno, plantea una doble polémica, frente a la línea liberal y frente al comunismo, encarnadas esas ideologías en dos figuras que quizá se hayan desvanecido ahora, pero que en ese momento eran muy visualizables como uno de ellos que era Ivanisevich, Ministro de Cultura entonces del peronismo clásico, era una de las bestias negras de la revista. Y la otra, el otro personaje, era el escritor Eduardo Mallea, que encarnaba la línea liberal, sobre todo en el campo de la cultura. Se buscaba de manera si usted quiere rudimentaria, otra alternativa. La otra referencia de la década de los ’50 era el impacto del pensamiento sartreano, del Sartre que empezaba a impregnarse teóricamente de componentes marxistas. Y ya sobre el ’59, ’60, en el último período de ésta revistita, el impacto de la Revolución Cubana.”

EA- ¿Cuándo se empieza a plantear en Contorno la cuestión de la militancia?

«En mi criterio las personas que se ocupan ahí, más profesionalmente fueron Alcalde e Ismael. Incluso a partir del ’58 fueron altos funcionarios del gobierno de Frondizi. Es decir, ahí hubo una apuesta, una apuesta con respecto de lo cual se sintieron defraudados cuando el asunto del petróleo. Alcalde en ese momento era ministro de Educación en Santa Fe, Ismael era Director Nacional de Cultura. Cuando Frondizi hace un giro de 180 grados -por lo menos-, respecto de sus planteos anteriores, tanto Ismael como Alcalde empiezan a organizar el Malena, supongo que a partir de también algunos grupos de izquierda que se habían distanciado también de Frondizi, y otras gentes que venían de diversas formaciones como podían ser algunos socialistas. Pero de cualquier manera ahí se van produciendo sucesivas mutaciones respecto del acento predominantemente cultural o culturalista hacia lo específicamente político y que además estaba radicalizado.”

EA- Se disuelve en el ’58 ¿Es verdad?

«Eso es lo que usted señala. Se va politizando. O el acento en lo político se va “intensificando” -digamos así-, en los últimos números de Contorno. Donde mi vinculación va siendo cada vez más distante. Mi relación con el Malena era muy distante, pero yo puedo entender que la presencia que se le daba a los intelectuales teniendo en cuenta lo que había sido Contorno antes, se va como disolviendo. Y esa disolución es reemplazada por la acentuación en lo específicamente político. Es decir, ellos se convierten en políticos profesionales. En militantes de tiempo completo.”

El reportaje resulta prolífico en definiciones de trayectorias intelectuales de ayer y hoy: «Hoy Sebreli apoya la candidatura de López Murphy, después de haberle dado clases… Digo, para saber qué cosa es un intelectual crítico. Porque él por ahí aparece todavía reivindicándose marxista. Digo: marxista un cazzo, él está cada vez más integrado al sistema, aplaudido por La Nación, que tiene perfiles muy concretos, no es un tipo de la parroquia. Y en esa zona habría que hablar también. Porque él reivindica con cierta euforia la izquierda de Contorno, pero en ese momento él era peronista, estaba fascinado con el peronismo, porque ellos iban a unos cursos que daba Puiggrós, y habían descubierto unos valores del peronismo oficial entendámonos, no de los sectores populares-. Digo, trayectorias, ‘subir al caballo por la izquierda y bajar por la derecha’. Para saber de quién estamos hablando. Si no, si se homogeneiza a todos… A lo sumo podemos decir ‘dormimos en la misma cama pero no soñamos lo mismo’; Asís: «al que yo conocí cuando caminaba por la calle Corrientes y era un joven militante de la Federación Juvenil Comunista y terminó siendo embajador [de Menem] en trabajosísmos lugares, supo ser embajador en Lisboa, lo que implica no hacer nada, cobrar sueldos especialmente sabrosos.».

Polémico, señala «curiosidades» de Abelardo Castillo y su Grillo de Papel «sonaba como una revista, como una cosa de estudiantina, y muy ligada a la figura de Sábato» y de Altamirano «que es una persona que también hay que tomar desde esa perspectiva. Porque yo lo conocí obstinado militante del PC, después del PCR y recuerdo un documento de la revista Libros, firmado por él y por la Sra. Beatriz Sarlo donde define al gobierno de Isabel (digo, para saber quién es quién) define al gobierno de Isabel Perón como gobierno revolucionario.».

También se define a sí mismo. Le preguntamos qué hizo él en aquellos años de lucha: «En el ’60, estuve en Venezuela que me deportaron por estar en la manifestación castrista que hicieron, en el mes de diciembre me echaron por participar en un acto a favor de la Revolución Cubana. Se hizo el ciclo “Dar la cara”, acercándonos a los sesentas. Fui profesor en Rosario. Pero políticamente no hice nada. Ideológicamente. Había que denunciar las cosas. Había que denunciar el gobierno, la dictadura de Onganía, eso fue el ’66.”

EA- ¿Y se podría definir algún grado de compromiso, militancia, dentro de su propia producción?

«Sin duda que sí. Nunca escribí una cosa que fuera un pasatiempo, una cosa decorativa»

EA- ¿Cómo concibe su producción artística?

«Siempre una cosa crítica. Soy un intelectual crítico, desde ya. Algunas conferencias, charlas, que he dado últimamente en la Universidad de las Madres, conferencias y participaciones en la conferencia que tiene Herman Schiller, que todas son críticas o intentan serlo, respondiendo a cada una de las coyunturas que se van dando desde ya.

Finalmente nos dejó un «aguafuerte» sobre la actualidad de la cultura post-19 y 20: «Yo creo que fue un episodio. Digo, el proyecto cultural fue muy precario. Digo, hay formulaciones que reiteran siempre ciertos planteos que se hicieron al final de la dictadura. Lo que fue entonces considerable, estimable, Teatro Abierto y demás. Creo que eso ya son postulaciones de tipo progresistas, socialdemócratas, con buenas intenciones, pero que teniendo en cuenta cual es la situación ahí podemos hacer un análisis de lo cultural, crisis en el mundo editorial, ahí viene una concentración fabulosa, quiero decir, el modelo del local ahí en la calle Santa Fe»

EA: ¿Donde estaba el cine Splendid?

«Ése es el modelo. Ya viene encadenado, de hecho todas las librerías están siendo absorbidas. Porque digo, ahí (teniendo en cuenta las características de esa franja de tipo artesanal) habrá siempre cierto resquicio, si ud. se dedica a poner una librería que se especialice en venta de libros del siglo XIX, que los compran los japoneses, las universidades norteamericanas, etc. Digo, genera el modelo ese, el «modelo farmacia» también tuvo un reducto de clase media, simplemente vamos aquí a Corrientes pasando Callao, aquí en la Diagonal. Es decir, ¿cuál es el modelo que el sistema capitalista está imponiendo inmediatamente en lugares como éste? En el campo teatral, está la gente que trabaja “artesanalmente” en producciones independientes, pero creo que se puede hacer una apuesta como la que se hizo en el momento que ascendía al poder el gobierno de De la Rúa. Creo que el eje es ese, polarización que es una hipótesis para discutirla- y desvanecimiento, evaporación de la zona intermedia. En algunas zonas de la cultura, todavía existen esos grupos. Yo creo, si es que vamos a hablar en serio, no hablemos de cultura, hablemos de mercado cultural. Esto [señala un código de barras en un libro] ya lo llevamos todos. Somos mercancías. Si desconocemos esto estamos soñando. Porque esto apareció hace relativamente poco tiempo, cuatro o cinco años. La mercantilización feroz de toda la producción cultural. Eso, liquidación de eso que está ahí enfrente: Teatro San Martín, Teatro Cervantes, cualquiera de los gobiernos que vengan, es decir administraciones -entendámonos, gerencias- liquidación del Banco Nación, liquidación del Banco Provincia. Y el gran proyecto a partir de ¿qué cosas tenemos para vender? Creo que el proyecto fundamental, de las relaciones del gobierno de estas características ese es el proyecto que se puede seguir a partir de este tocayo que se llama Rockefeller, que es construir un enclave desde el Tigre hasta La Plata (ya se está construyendo, las torres, yo las veo desde el Instituto, yo las veo allá al fondo, en Puerto Madero). Digo, la tierra, lo único que tenemos para vender. Ahí es muy concreto, ahí lo trajeron a David Rockefeller, al Tigre, sobre todo pensando en lo que ya se está viendo que es la venta de departamentos a gente que va a venir del exterior, que va a tener un departamento en Bs. As., de 250.000 dólares por lo bajo, para gente que viene a cazar o andar de jodaina, porque una cosa que previsiblemente va a crecer de manera organizada. También ésta de los taxis, las librerías, y lo que rodea, que es todo el mundo de la prostitución. Hago apuesta ante escribano publico, éste es el proyecto fundamental que tiene esta gente.»

EA- Una especie de Habana de Batista…

«Usted lo ha dicho. Puesta al día. No le queda otra. Vender tierras. Esto incluso la gorda [Carrió] lo dice…»

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