Comunicación popular y abolicionismo. Historias que abren caminos

en Ponencias

Graciela Collantes1 y Sol Benavente2

No se trata de hablar,
ni tampoco de callar:
se trata de abrir algo
entre la palabra y el silencio.
Quizá cuando transcurra todo,
también la palabra y el silencio,
quede esa zona abierta
como una esperanza hacia atrás.
Y tal vez ese signo invertido
constituya un toque de atención
para este mutismo ilimitado
donde palpablemente nos hundimos

Roberto Juarroz

Hay historias fundantes. Hay historias que abren historias y caminos. Hay historias que son contadas y otras que no. Hay relatos sobre esas historias que, con más recursos, con más poder, buscan imponerse. Sin embargo, los ecos de las otras historias resuenan, laten, se mantienen encendidos. ¿Qué hace que unas voces sean más legítimas que otras? Nos preguntamos con la uruguaya Lilian Celiberti  “…cómo poner en diálogo imaginarios en disputa construidos por diferentes actores/as en el proceso de nombrar sus luchas y opresiones, y hacer de ese diálogo un campo de praxis política que permita incorporar y/o desmantelar imaginarios colonizados” (2010: p.5). Para nosotrxs el desarrollo de estrategias de comunicación propias, donde nuestras experiencias, nuestras alegrías, nuestros dolores sean transmitidas sin intermediarios es una apuesta política para incidir en la escena pública, pero también, para sanar. En este diálogo fecundo nos encontramos Cine en Movimiento (CEM) y la Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos (AMADH). Cine en Movimiento acercando las herramientas del lenguaje audiovisual y de la comunicación, y las mujeres de AMADH compartiendo sus saberes, amasados en la dura experiencia y en la batalla diaria por vencer la indiferencia y la violencia. Este texto forma parte de este diálogo y se expresa a través de dos voces que van construyendo el relato3. 

Caminos

La Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos (AMADH) es hoy una organización que lucha y trabaja fundamentalmente por los derechos de las mujeres en situación de prostitución, pero que enfrenta también las otras violencias que como mujeres atravesamos en nuestros ciclos vitales.  AMADH tiene su historia, que como viejo secreto de familia se ha invisibilizado sistemáticamente dentro de la memoria colectiva del movimiento de mujeres. Nace en 1995 cuando un grupo de mujeres en situación de prostitución se organizan en el marco de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) para hacer frente a la violencia policial, institucionalizándose en aquel momento como AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina).

A pesar de que el ejercicio de la prostitución no está prohibida en nuestro país, la persecución y violencia policial habilitada en la Ciudad de Buenos Aires por los Códigos de Contravenciones y Faltas, fue el contexto donde las integrantes de AMADH comenzaron a organizarse. En las comisarías, en los calabozos, en los patrulleros, en la casa del verdugo, las mujeres se animaron a reconocerse y encontrarse en los mismos problemas, en las mismas violencias diarias, con las mismas necesidades urgentes. ¿Cuáles eran los motivos, los argumentos, las verdades inventadas que sugerían que eso era normal y aceptable?

Nos habíamos unido por una causa, que era frenar la represión, sacarnos la policía de encima, enfrentarnos a ese sistema.  Muchas de nosotras recién habíamos podido sacarnos a los proxenetas de encima. Yo sentía en ese momento que estábamos jugadas, ¿Qué más nos podía pasar? Ya nos habíamos escapado por los techos y terrazas tantas veces, nos habían quebrado los huesos tantas veces, todo lo que nos hicieron padecer…. Estábamos asqueadas de todo, hartas, nos unió la desesperación. Fue la valentía de nosotras, de decir hasta acá llegamos.

Era el año 1995, la topadora del neoliberalismo ya había arrojado a sus márgenes cientos de miles de personas, sin trabajo, sin vivienda, sin educación, sin oportunidades. En esa adversidad, mujeres y travestis en situación de prostitución comienzan a preguntarse y demandar por sus derechos.

Rescato de ese momento el trabajo y decisión colectiva. No era tan solo yo, o casos aislados, era masivo en ese momento, el sistema que estaba preparado para la explotación, la enorme cantidad de mujeres, chicas trans que estábamos en la calle y que necesitabamos un espacio, alguien que nos defienda. Como si fuera un paraguas político lo tomamos en ese momento, alguien que salga y diga: frenen un poco tanta violencia.

A ese proceso inicial de organización, se le impone la idea de luchar por la reivindicación de la prostitución como “trabajo sexual”. Sin embargo, un sector de las mujeres y travestis allí organizadas entre las que podemos nombrar, entre muchas otras, a Lohana Berkins, Graciela Collantes, Mimi Sifon, Aida Bazan, Margarita Peralta, se enfrentaron a ese posicionamiento y se fueron de la organización, impulsando nuevos procesos organizativos:

Ese fue un proceso muy doloroso, que implicaba romper con algo que nos había unido. Si estoy en esta lucha es porque creo en lo colectivo y en los cambios, y en ese momento nos sentíamos muy unidas. Cuando viene la propuesta de que nos empiecen a decir trabajadoras sexuales porque teníamos que romper con la estigmatización y hacernos visibles, yo me preguntaba ¿soy una trabajadora sexual? Vimos que iba en serio cuando nos proponen hacer un sindicato de trabajadoras sexuales en la Argentina; opinaba otra gente de afuera, las que estábamos ahí, no hablábamos, no estábamos preparadas para opinar.  Hasta que un día saqué el estatuto ese que nos presentaron y fui a ver a una amiga que le tenía mucha confianza y había aprendido mucho de ella. Le dije estoy preocupada, porque yo no siento que soy una trabajadora sexual pero no sé cómo decirlo. No quería romper, estaba tan bueno eso de estar unidas luchando y ya la policía no nos tocaba, que tenía miedo de romper eso, no? Era como mágico.  Pero algo adentro mío me decía que no era posible, en la calle se escuchaba otra cosa. Es más, hicimos una asamblea en ese momento en ATE de 120 compañera, de las cuales 80 dijeron que no sentían que eso era un trabajo. Después me junté con otro compañero y él me explicó que era un sindicato, busqué información porque había algo que no cerraba. A mí me hacía ruido. Si yo no elegí esto, a mí me lo impusieron, me resistí muchas veces, yo quería hacer otra cosa. No había oportunidades de elección. Yo me acordaba de mi historia, pensaba en la historia de mis otras compañeras, y eso me hizo tomar una decisión. Me planté y dije yo no firmo nada, no estoy de acuerdo con esto. Sabía que me tenía que ir, y ahí se levantó otra compañera y dijo yo me voy con vos, y otra más y otra más.. Y quedaron solo dos compañeras, Elena y Caterina.

En el 2018, más de veinte años más tarde, desde AMMAR y desde la posición reglamentarista, se atreven a afirmar que “las abolicionistas en su mayoría jamás ejercieron la prostitución sino que opinan desde la teoría”. A lo que le responden algunas de las sobrevivientes que formaron parte de aquel momento fundacional pero del que se alejaron por no sentirse representadas:

“No nos la contaron, estuvimos ahí! desconocés tu propia historia: las que fundamos AMMAR fuimos Aída, Mimí, Graciela, Lohana, Jorgelina, Carmen, para nombrar alguna que por suerte estamos vivas para poder contarla. En ese momento éramos reprimidas, perseguidas y criminalizadas con arrestos en las comisarías de la ciudad de buenos aires N° 50, 16 , 18, 38, 40. La policía siempre estuvo en complicidad con el proxenetismo, nos extraña que quieras invisibilizarnos desconociendo que nuestra organización AMADH (Asociación de Mujeres argentinas por los Derechos Humanos) fue un desprendimiento de AMMAR, justamente porque pensamos que de venir de tanta violencia sistemática para nosotras aferrarnos al abolicionismo nos permitió empezar a empoderarnos. También nos parece sumamente contradictorio, que la secretaria general de Redtrasex que se prostituía con nosotras en el barrio de Flores y caíamos en detenciones sistemáticas en la comisaría 50, si no pagábamos la coima, ella sabe muy bien nuestra historia y de donde venimos, así que mejor lo dejamos ahí. Te queremos informar que casualmente nos fuimos de AMMAR respetando lo que quería la mayoría de las compañeras, cuando lo definimos en una asamblea en ATE en el 2002. Cuando quieras podes acercarte a AMADH, a conocer nuestro centro educativo de terminalidad primaria con espacios de formación laboral, respetando lo que solicitan las mujeres y travestis que todavía están en las esquinas. Te informamos que muchísimas mujeres y travestis se acercan a nuestra organización pidiendo una salida económica que no sea la prostitución. No entendemos la diferencia que hacés entre la academia y el territorio, cuando negás que haya abolicionistas en prostitución. Te contamos que somos muchas las que hemos levantado la cabeza, y hemos sobrevivido a este sistema y vamos a seguir luchando contra este sistema violento y sus naturalizaciones. Muchas replican los métodos de explotación que usaron con ellas mismas. No solemos responder a posteos ni a provocaciones, nuestra lucha abolicionista va por otro lado que no son las denuncias que vos querés reflejar a la sociedad con un discurso tramposo y mentiroso. Nuestra lucha va por la incidencia en políticas públicas de educación, trabajo, salud y vivienda. y no quieran imponer una posición que nosotras hace más de 20 años dejamos. Hubiéramos avanzado bastante si ustedes no hubieran estado poniendo piedras en el camino , sin aprietes. Continuar negando la vinculación de las redes de trata y la explotación sexual, eso también es violencia para las sobrevivientes. Le reclamas y hostigas al periodismo cuando no se dice lo que vos querés escuchar. Te guste o no estamos vivas! y seguiremos apostando a la igualdad y a erradicar todo tipo de opresión. Compartimos la foto de nuestros primeros reclamos de derechos de libertad contra la persecución policial, en 19954”.

Diario Crónica, sábado 29 de julio de 1995

Todxs lxs pájaros son lindxs

Lxs pájarxs vuelan, en la oscuridad, entre los árboles: “Claudia es dominicana. Le prometieron un lindo trabajo, no sabía que la traían a una esquina: “Si hubiera sabido que me traían a una esquina, no hubiera venido. Pero como hice deuda, y no tenía para pagarla, me tuve que quedar”; “Mariela piensa ¿qué voy a hacer si no sé hacer nada?: ¿A quién le importa si tengo o no tengo para comer? ¿Y mi familia? Bien, gracias, no los veo hace un montón de años”. También revolotean y repiten en el encierro: “Mariana ha sido abandonada por su pareja. Se ha quedado con tres hijos, hoy tendrá que ir más temprano a la esquina: No tengo dinero, tengo que pagar el alquiler, sino, me quedo en la calle”; “Olga se está preparando, hoy tiene que hacer mucho dinero: Pablo tiene que arreglar el auto, si no hago mucha plata, me voy a ligar una paliza5. Esas voces que retumban detrás de las sombras emiten un mensaje claro y abrumador: la prostitución es un entramado de relaciones de desigualdad, vulnerabilidad y violencia.

Sus enunciadoras son las integrantes de la Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos (AMADH). Desde la organización luchan contra la estigmatización y discriminación que sufren las mujeres que están o han estado en situación de prostitución, exigiendo el cumplimiento de las premisas abolicionistas que rigen nuestro país y que implican el desarrollo de políticas públicas integrales y ampliación de derechos, sistemáticamente negados para estas mujeres. Frente a la construcción irresponsable de la prostitución como lugar de absoluta autonomía, donde se ocultan las causas y consecuencias, las complicidades, las responsabilidades que esconde el “libre” comercio del sexo, se planta el abolicionismo, vibilizando los abandonos, abusos, violencias, maternidades múltiples y solitarias, migraciones, falta de oportunidades para terminar la escuela o tener un trabajo, o un lugar seguro donde vivir, que enmarcan muchas de las historias de vida de las mujeres que atraviesan situaciones de prostitución.

Defendemos el abolicionismo porque es la única herramienta que nos hizo reconocernos como mujeres con derechos, todas coincidimos que no se tienen que maltratar ni perseguir a quien se quiere prostituir. El abolicionismo es una herramienta fundamental para entender la prostitución y como se debe comportar un Estado, un gobierno, con las personas que atraviesan esta situación.

Desde el reglamentarismo luchan para que el Estado reconozca a la prostitución como cualquier otro  trabajo, desde el abolicionismo luchamos para que el Estado reconozca las desigualdades y violencias que forman parte del entramado de la prostitución y que actué para poder transformar esa realidad. 

Palabrandar6

Cuando está en el cerebro está en idea.
Ahora, cuando mueves tu lengua ya está en palabra.
Falta la acción, o sea la de organizarse.

Subcomandante Moisés

Lejos de las perspectivas instrumentalistas, podemos concebir la comunicación como un escenario complejo de producción de sentidos y disputa por la construcción simbólica de la realidad. No obstante, en una sociedad hipermediatizada, los medios masivos de comunicación hegemonizan estos procesos, formateando la opinión pública en función de los intereses de los grandes poderes. Ante esa muralla comunicacional, emergen diversas estrategias que buscan romper con el discurso único -occidental, capitalista y patriarcal- e instalar en el debate público otras miradas, otros saberes, otros sentidos. Históricamente, a las personas en situación de prostitución se les ha negado su condición de sujetos y de ciudadanas; desde esa posición marginal, sus voces son apenas audibles. Contra esa invisibilización sistemática se organizaron las integrantes de AMADH, frente a la estigmatización y criminalización mediática así como frente a su ausencia en la construcción de las políticas públicas.

Los medios de comunicación masiva, como en otros temas, mantienen sobre la prostitución, posiciones hipócritas. Mientras se indignan con los casos de trata de mujeres para explotación sexual, que son en realidad, mucho más numerosos y visibles de los que se muestran7, señalan tapándose la nariz, a quienes, ejerciendo la prostitución, ocupan la vía pública. Lo que no dicen, es que la línea es muy delgada. Sin contextualizar, sin problematizar, sin comprender. Mientras muestran los cuerpos desnudos, ocultan los negocios entramados, las relaciones implícitas y complicidades. En estas noticias, las mujeres no son sujetos, sino números y su única existencia es como víctimas. La trata y la esclavitud se configuran como el límite moral, aunque detrás resuene el tenebroso “algo habrá hecho”: ¿qué hacía, qué personas y lugares frecuentaba, cómo se vestía?

¿Cómo relacionarse como organización con esa gigante caja de resonancia que son los medios masivos de comunicación y sus lógicas/tiempos de construcción de informaciones y posiciones para visibilizar las múltiples violencias que atraviesan las personas en situación de prostitución? Hasta el día de hoy, me cuesta. siempre me resistí a salir en los medios de comunicación, a contar mi historia, a exponerme, privilegié protegerme a mí y mi familia. Aunque haber salido, hubiera beneficiado nuestra lucha. Es muy terrible la forma en que los medios tratan estos temas… Allanan un prostíbulo y muestran a la mujer, y no al proxeneta.

A la violencia y la brutal indiferencia, le respondieron con máscaras, banderas, escraches, denuncias, marchas, volantes, murales, revistas, videos, posts en las redes sociales, programas de radio, entrevistas, obras de teatro, reuniones, recorridas territoriales, actos, recitales, disertaciones, asambleas, celebraciones.  Múltiples expresiones comunicacionales que procuran ocupar un lugar en el escenario público, es decir, aquel espacio donde las sociedades definen lo común, “… aquello que concierne a todos y como ámbito donde se desenvuelve la ciudadanía para la consideración y el debate de los asuntos comunes y para la re-construcción del tejido social” (Uranga y Vargas, s/f).

¿Cómo representar el sinfín de adversidades y dificultades que amenazan a lxs sujetos más excluidos y vulnerables que, al ignorarse, no entran en la trama del sentido común ni en los fundamentos de las leyes y políticas públicas que organizan nuestra sociedad? Las producciones de AMADH ofrecen imágenes y miradas otras que parten de lxs sujetxs desplazadxs de los privilegios que la democracia propone. Creaciones que reconocen y traducen sus experiencias y saberes en lenguajes y estéticas; cuando los modos de representación se desestabilizan, se sacuden las verdades que a ellos estaban atados. 

Tapa Revista Nº1,
Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos

Lxs pájarxs que abrieron estas líneas se volvieron emblema, recorrieron encuentros de mujeres, charlas y congresos sobre trata, festivales de cine, de acá y de allá. Con ellxs, también desarmaron clichés sobre la trata y la explotación sexual, el cortometraje de ficción “¿Sabemos todo?” y los spots “La soga”, “Escape” y “La casa” realizados íntegramente por las integrantes de AMADH, junto a Cine en Movimiento. Cuando las marcas de la violencia logran traducirse en poesía y relato propio, las mujeres recuperan su condición de sujetos y su capacidad de intervenir sobre esa realidad. Procesos de educación/comunicación que abren la posibilidad de reflexionar, producir y crear. De lo que se trata es de “…romper la división entre aquellos que están sometidos a la necesidad de trabajo de los brazos y aquellos que disponen de la libertad de la mirada” (Ranciere, p.64).

La prostitución te envuelve en un círculo por años. Pasa un año y otro año y otro año. En este círculo de violencia no podes identificar otras opciones. Hasta que un día pasa algo y te encontras con que no sabes nada y no tenes a quien recurrir. A esto nos enfrentamos con la organización, ofreciéndole a las compañeras nuevas posibilidades, donde descubran sus capacidades.

Palabrandar, caminar la palabra. Romper la inmanencia y ponerse a andar. AMADH asumió que el trabajo y la lucha para defender los derechos fundamentales como el trabajo, la educación, la salud, la vivienda para todos y todas, son apuestas colectivas, mingas que alimentan la construcción de lazos, amistades, alianzas, redes. En esos entramados la comunicación va palabrandando, creando nuevas posibilidades de ser y estar juntos/as.


Bibliografía

– Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos y ATEM 25 de noviembre, De la represión a la inclusión.

– Críticas, comentarios y propuestas sobre el tratamiento de las personas en prostitución, en el marco de las reformas de Códigos Contravencionales y de Faltas, s/f

– Uranga ,Washington y Vargas,Teresita, Lo público: lugar de comunicación. Hacia la redefinición de procesos y  estrategias comunicacionales comunicacionales, s/f, disponible en www.washingtonuranga.com.ar

– Rancière, Jaques ( 2010), El espectador emancipado, Bordes Manantial, Buenos Aires. 

Cortometrajes 

“Todos los pájaros son lindos”: http://www.youtube.com/watch?v=oH4HMN0XX1U

“¿Sabemos todo?”: http://www.youtube.com/watch?v=ldIngdeILwY

Spot “La casa” https://www.youtube.com/watch?v=jMxfe64jA28

Spot “Escape” https://www.youtube.com/watch?v=q-bzM1REvVI

Spot “La soga” https://www.youtube.com/watch?v=dO0aGw9w9kE

Notas

1 Graciela Collantes es una de las fundadoras de AMMAR y luego de AMADH. Declarada Personalidad Destacada en el campo de los Derechos Humanos por la Legislatura de Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Periodista de investigación (Universidad Popular de Madres de Plaza de Mayo), integrante de la Red PAR.

2 Sol Benavente es Magister en Comunicación y Cultura (UBA). Integrante de AMADH, Cine en Movimiento y el Observatorio de Comunicación y Derechos (DERCOM) de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA).

3 Durante estas páginas, para diferenciar las dos voces presentes en el texto, destacamos en cursiva las palabras de Graciela Collantes y/o de otras integrantes de AMADH.

4 Nota publicada en el Facebook institucional de la Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos (AMADH) el 20 de abril del 2018

5Guion del cortometraje “Todos los pájaros son lindos” realizado por las integrantes de la Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos, junto a la Asociación Civil Cine en Movimiento y la Comisión Argentina para los Refugiados y Migrantes (CAREF) durante el año 2008

6Palabrandar: caminar la palabra, concepto elaborado por el Movimiento Zapatista

7Graciela afirma al respecto: “Antes estaba más oculta la trata, pero también era explotación. Antes no podía haber una “loca suelta”, si no tenías un proxeneta que arreglaba, no podías ni caminar… Se decía, me acuerdo, “todo bicho que camina, va a parar al asador”.

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