Bárbaros – Romina De Luca

en El Aromo nº 93

aprenderBárbaros. Sobre qué evaluaron las Aprender 2016 y la necesidad de organizar la disputa de los resultados

Romina De Luca – GES

Como venimos insistiendo, más pruebas eran innecesarias. Pero para poder disputar la explicación de los resultados tenemos que conocer qué fue lo que se evaluó. En este número, una primera nota evaluando el cuadernillo para lengua y matemática de la escuela primaria.


Durante el operativo Aprender 2016, en general las distintas intervenciones apuntaron a combatir las pruebas explicando las consecuencias que tendrían sobre el sistema educativo y sobre los docentes, los intereses ocultos del gobierno o bien solo “pegarle a Macri”, buscando la integración al operativo tal como lo hizo la CTERA. Pero, hasta ahora, poca atención se prestó al test en sí y cuando se lo hizo solo fue para reforzar ad hoc alguno de los puntos ya señalados.

Conviene ver qué se midió y detenerse sobre cuáles fueron los conocimientos y habilidades medidos. Como venimos insistiendo, más pruebas eran innecesarias, habida cuenta que hace más de veinte años que nuestros alumnos son sometidos a test, tan estandarizados como las Aprender. Pero para poder disputar la explicación de los resultados tenemos que conocer qué fue lo que se evaluó.

Quiénes son

Este año, el operativo Aprender traía junto a los cuadernillos curriculares uno de “contexto”. A través de él, se buscaba conocer algunas cuestiones asociadas al perfil del alumno y de su escuela.1 No se trata de un elemento completamente novedoso porque ya en las viejas ONE -antepasado del Aprender- se realizaba de forma conjunta a la evaluación un cuestionario realizado por el Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas y se contaba ya con un cuadernillo complementario para determinar la “vulnerabilidad social” de los estudiantes. Inclusive allí, a la hora de medir las “incivilidades” ya se interrogaba sobre aspectos vinculados al trato y las formas de intervención de los docentes para con sus alumnos.2 El cuestionario del Observatorio buscaba medir el “clima escolar”, esto es el nivel de violencia en las escuelas, práctica que se realiza en varias partes del mundo por organismos similares que construyen estadísticas a través de la percepción de los protagonistas.

En las preguntas de contexto del Aprender 2016, el cuadernillo de primaria interrogaba sobre edad, sexo, con cuántas personas vive el alumno, cuántas habitaciones tiene su hogar, percepción de AUH (Asignación Universal por Hijo), conocer descendencia de pueblos originarios, nivel educativo de madre y padre. También posible trabajo infantil, por lo que se consulta al alumno si realizó alguna actividad como ayuda en el trabajo a madre y padre, en el cuidado de hermanos menores, realización de tareas domésticas, de trabajo rural o bien en la reparación y construcción de la vivienda. El uso del tiempo libre también es uno de los puntos evaluados (si el alumno lee, sale con amigos, hace deportes, accede a otros “bienes culturales” como el cine y el teatro). El uso y acceso a la tecnología: si tiene celular propio y desde qué edad, si tiene tablet, internet, consola de juegos, cable; qué uso le dan a las tic’s (escolar, recreativo) y el tiempo de uso de esos aparatos en la vida cotidiana. Está claro que buena parte de las preguntas no se corresponden con la realidad de la mayoría de nuestros alumnos. Al igual que como lo hizo con el plan para terminar el secundario online, Macri demuestra, una vez más, que no conoce el país que pretende gobernar. Para buena parte de la población obrera este cuestionario no habla de su contexto real de vida. Lo único que se hizo fue copiar el cuestionario de FESBA (Finalización de Estudios Secundarios) que ya se implementaba en CABA.

En lo que refiere a las preguntas de contexto educativo se indaga por el grado/año de acceso al nivel inicial, repitencia, nivel de faltas (con preguntas muy específicas como si el niño faltó hasta 8 veces, entre 8 y 17, de 18 a 24 o más de 24), acceso a clases de apoyo, qué siente cuando está en la escuela (alegría, aburrimiento o nerviosismo). Un nivel de detalle que no está presente en la mente de un niño de 13 años. También se consulta por las dificultades educativas en el plano individual: el alumno debe responder si lo que más le cuesta es prestar atención en clase, determinada materia, tomar apuntes, participar, opinar, hacer las tareas o deberes, responder en evaluaciones o trabajar en grupo. En el mismo sentido, se les consulta a los alumnos sobre cómo creen que les va en lengua y matemáticas (si entienden rápido, si les va bien y si la materia les resulta entretenida) si leen y escriben bien y si resuelven problemas matemáticos en forma sencilla. Si bien fueron ampliamente negadas por las autoridades oficiales, las preguntas sobre los docentes no faltaron. Según el gobierno, se trataba de medir factores del “clima” escolar. Si los maestros pueden explicar sin que nadie los interrumpa, si se enojan, si explican lo suficiente (“hasta que lo entendés”, sugiere el cuadernillo) y si “escuchan”, son algunos de los ítems del cuestionario para evaluar a los maestros. Además del docente, otros son los factores evaluados para medir el “clima”: cómo es la relación entre compañeros en el aula, si hay burlas y peleas, cómo se siente el alumno en ella, si es un lugar en el que desea estar, etc. El uso de las nuevas tecnologías en el aula también es un punto de examen: qué te piden que hagas, con qué frecuencia. Lo cierto es que un cuestionario inútil, basado en la ignorancia de las condiciones materiales de los alumnos y en su percepción subjetiva.

2 + 2 =?

A decir verdad, los cuestionarios curriculares son bastante elementales. El cuestionario de Lengua para 6º año de la escuela primaria cuenta de dos lecturas y un total de doce preguntas para cada texto. Tanto en el cuadernillo de lengua como en el de matemática los alumnos deben responder un total de 24 preguntas con cuatro posibles opciones de respuesta. El cuadernillo de lengua cuenta con dos textos, uno informativo y un cuento. El texto informativo se titula “El vuelo de las aves” y consta de una bajada, el cuerpo principal del texto separado en tres partes y tres imágenes de distintas aves con descripciones breves o epílogos. Los títulos son indicadores del contenido que se desarrolla en cada apartado. La bajada destaca: “las aves son animales vertebrados y su cuerpo está cubierto de plumas; éstas conservan el calor corporal (…) Poseen un esqueleto compacto y una musculatura muy desarrollada que les permiten volar”. Las tres primeras preguntas consultan: según el texto todas las aves son animales… (vertebrados es una de las opciones), un ave puede volar porque tiene… (un esqueleto compacto y musculatura desarrollada es la primera opción), las plumas les sirven a las aves para… (mantener la temperatura corporal). Las seis primeras preguntas tienen ese nivel de complejidad o su contenido está directamente asociado con información destacada en recuadros o epígrafes cortos de información definida y acompañada por una imagen lo que facilita su localización.

Luego se les pide a los alumnos que completen con el conector adecuado. Uno de los acápites se titula “hay aves que no vuelan” y los alumnos deben completar la siguiente oración eligiendo el conector: todas las aves poseen alas (elegir entre: “porque”, “entonces”, “ya que”, “aunque”) no todas vuelan. También elegir un sinónimo para locomoción -desplazamiento, inmigración, impulso, velocidad- desplazamiento es la palabra que aparece en el texto asociada al vuelo; además elegir en qué tipo de libro podrían encontrar la información del texto (diccionario de lengua, antología, manual de ciencias naturales o folleto turístico). El segundo texto tiene un esquema de trabajo similar, pero varía el tipo de texto ya que se trata de un cuento de Emma Wolf.

El cuadernillo de matemática contiene 24 ejercicios. Dentro de los ejercicios solicitados, se interroga a los alumnos “si dos personas tienen que resolver el ejercicio 600×50 y la cuenta que hicieron es 6×5=30 ¿cuántos ceros les falta para llegar al resultado final?” Algo similar se indaga cuando se consulta sobre si dos personas quieren comprar 18 alfajores a 12$ cada uno “¿qué calculo les permite conocer cuánto van a gastar?: 12×20 y restarle 12, 12×20 y restarle 18, 12×20 y restarle 24, 12×20 y restarle 36”. Un tercer ejercicio pide una suma sencilla con medidas de peso: un kilogramo, más 0.150kg, más 0.400kg y 0.350kg. En otro se testea si tienen la capacidad de sumar medidas de peso convirtiendo una fracción de kilo a gramos. Otro, muestra un círculo divido en 8 partes, dos de ellas aparecen pintadas. Se les pide a los alumnos que respondan si el sombreado representa: un 8%, un 18%, un 12% o un 25%. Por qué no, una regla de tres: “si 28 alumnos van a salir de excursión en bote y en cada bote pueden viajar máximo 12 alumnos, cuántos botes cómo mínimo se deben contratar”. Un ejercicio similar para estimar gastos por día. Luego una pregunta de asociación: ¿para qué situación debes conocer el perímetro?: cubrir un piso con baldosas, construir el marco de un cuadro, pintar una pared o forrar una caja. O sumas de ángulos en un triángulo rectángulo con uno de los ángulos dados. En un ejercicio posterior, se les interroga cuánto deben sumar los ángulos de un triángulo rectángulo. También se les pide averiguar el perímetro de un triángulo con base por altura dada y también se les presenta a los alumnos la longitud de cada lado. Un ejercicio de multiplicación: si de un torneo participan 15 escuelas y cada una presenta un equipo con 12 jugadores ¿cuántos alumnos participan? Se trata de ejercicios más que elementales.

Conocer para qué

Dejando de lado el debate en torno al método elegido para la prueba, el sistema “choice”, conviene pensar en el nivel del test. Tal como vimos, el cuestionario apenas examina un nivel muy básico de lectura para extraer información lineal del texto, inclusive siendo guiados gracias a acápites y epígrafes. Recordemos que el currículum oficial establece que al terminar la escuela primaria los alumnos deberían ser capaces, en la lectura escrita, de realizar inferencias, resumir y reformular el texto, conectar adecuadamente las ideas, realizar interpretaciones propias y las que favorecería un determinado género lingüístico, deducir el significado de palabras desconocidas a partir de otras empleadas en el texto. Sobre un total de 12 preguntas solo 2 remiten a esto último en una de las lecturas. El resto limita la evaluación a un ejercicio de búsqueda lineal en el texto. Algo similar ocurre con matemáticas: nada más allá de la regla de tres simple y cálculos simples con usos diversos del sistema métrico.

Así las cosas, el test es también el correlato de la degradación educativa: medirá lo mínimo. Si los resultados fueran similares a los de las ONE 2013 tendríamos que el 28% obtendrá resultados bajos. Bajos dentro de un patrón que mide un nivel de comprensión lectora elemental. ¿Nos animamos a afirmar que ese grupo verdaderamente sabe leer? Las pruebas evidenciaron y van a evidenciar la degradación del proceso pedagógico. Degradación que alcanza niveles escandalosos pero que lo único que hacen es copiar la degradación de las relaciones sociales capitalistas de producción. A este sistema le sobra población y la escuela para esas capas enormes de la clase obrera es ese lugar de contención, adoctrinamiento ideológico y embrutecimiento. La política educativa de las últimas décadas fue la encargada de hilvanar y traducir esa situación. Quienes convirtieron a la escuela en un aguantadero difícilmente vayan a sorprenderse del resultado. Simplemente, van a echarle la culpa a los docentes. Quienes defienden a la educación pública a secas defienden una escuela degradada, ideológica y clasista. El resultado de las Aprender expresa los límites de un sistema social. Va a mostrar que a los patrones poco les importa la educación de la población que nunca va a emplear. Debemos usar el resultado de las pruebas para mostrar en las escuelas, a nuestros compañeros docentes, a los padres y a nuestros alumnos, los límites de este sistema social que nos condena a nosotros y a nuestros hijos al embrutecimiento masivo y al retroceso cultural sin fin. Hay que organizar la batalla y de nosotros depende.

Notas

1En la nota trabajamos con el cuadernillo de Lengua y Matemática para 6º año de la escuela primaria Modelo 5.

2Entre otros puede consultarse Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas- Ministerio de Educación: La violencia en las escuelas. Un relevamiento desde la mirada de los alumnos, Buenos Aires, Ministerio de Educación y Universidad de San Martín, 2008.

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