Azúcar negro. Tercerización, flexibilización y accidentes de trabajo los ingenios El Tabacal y La Esperanza

en El Aromo nº 60
a60_azucarJulia Egan
TES-CEICS

Para la campaña 2007/2008, Argentina se ubicó dentro del top ten de productores mundiales de azúcar. En 2009 tan sólo los ingenios Ledesma (Jujuy), San Martín del Tabacal (Salta) y el Concepción (Tucumán) fueron responsables del 41% de la producción nacional de azúcar (blanca y cruda), la cual se ubicó en 2.122.110 toneladas. De éstas, 877.513 fueron destinadas al mercado mundial, donde, al cerrar el año, el azúcar cotizó a 699 dólares FOB (sin contar los costos posteriores a la carga de la mercadería para su entrega), por lo cual el ingreso estimado se acercaría a los 613.381.587 dólares.(1)

El secreto de tus costos

Según una encuesta realizada en 2007, la actividad azucarera primaria (producción propiamente dicha de la caña y que incluye la cosecha) está mecanizada en un 78%, aunque la tarea de plantación aún consume una importante cantidad de mano de obra. Además, han crecido mucho las empresas contratistas de servicios de cultivo, plantación y cosecha. Esto tuvo como consecuencia directa la reducción de los costos de producción, que para la temporada señalada se encontraban por debajo de la media mundial.(2)  Sin embargo, hay otra cuestión que incide en la obtención de ese beneficio: las pésimas condiciones de trabajo a las que se ven sometidos los trabajadores de la actividad.

En El Tabacal, segundo productor nacional por detrás de Ledesma, para 2008 de un total aproximado de 2.500 trabajadores el 60% estaba en negro o tercerizado. Además, las denuncias de trabajo infantil eran frecuentes y la empresa no cumplía con el convenio, particularmente con el pago de un premio anual.(3)  Respecto de los accidentes de trabajo, un obrero relataba como un residuo casi deja ciego a un compañero: “A un capataz, empleado de convenio de la empresa, le entró un hongo de la cachaza. En tres días este muchacho perdió la córnea, tuvo suerte de que lo llevaron de urgencia a Salta, y tuvo la suerte de encontrar un donante y en ese momento le hicieron el trasplante”. En relación con las afecciones propias del trabajo, es muy común el dolor de garganta constante producto de la tierra que se levanta con el viento. Pero lo peor son las enfermedades originadas por la contaminación: “Los aceites se derraman y van al suelo, y con el tiempo van a las napas (…) Hace dos semanas atrás hubo cuatro trabajadores de cosecha mecánica internados en el hospital, porque tomaron agua del campo que les produjo unos cólicos”.(4)  Otra enfermedad común es la bagazosis, que se origina a partir de la inhalación de polvos de bagazo enmohecido. El bagazo es el residuo que genera el tallo de la caña una vez que se le exprimió el jugo, y es apilado a la intemperie para posteriormente ser usado como combustible. Sin embargo, si esto se hace cuando aún se encuentra húmedo, puede generar un jugo que luego fermenta y produce neumonitis por hipersensibilidad.(5)  A esta enfermedad no sólo están expuestos los trabajadores de los ingenios sino toda la población que vive en los alrededores.

En julio de 2009, los obreros del ingenio se declararon en paro para denunciar esta situación. Reclamaban agua potable (en vez de la de acequia), baños, vestuarios, el pago de los días de lluvia, la recategorización de los trabajadores, que se terminase con la tercerización de los servicios en la planta industrial y en el campo y la reincorporación de los despedidos en la toma de fábrica de 2008.(6)  En palabras de Aldo, un trabajador del ingenio, la Cámara Empresarial “no reconoce la elección de los delegados, no permite a los integrantes de la Comisión Directiva del gremio ingresar a la fábrica o al campo (…) En esta oportunidad los compañeros del campo se han sumado de lleno y defienden el petitorio y sus derechos tanto como nosotros en la fábrica. Esta unidad de campo y fábrica es fenomenal y nunca antes vista.”(7)

En el caso del ingenio La Esperanza de Jujuy se vive una situación particular, ya que en el año 2000 la empresa declaró su quiebra y, desde aquel momento, los trabajadores han resistido su cierre para mantener una importante fuente de trabajo de la provincia. Allí, la principal lucha es en contra de las medidas de flexibilización llevadas adelante por los síndicos, que fueron nombrados por el Estado para administrar la empresa. En 2006, los trabajadores se enfrentaron a la empresa y al sindicato cuando acordaron la implementación de un cuarto turno. Con ello, se incorporarían 100 puestos de trabajo a costa del quite de un bono anual de 1.500 pesos, aunque no se registraron medidas al respecto.(8)

En julio de 2008, se denunció que los síndicos habían suprimido los 30 minutos para el desayuno, habían enviado cartas de embargo contra viviendas de trabajadores indemnizados y habían quitado la cobertura social por 60 días luego de terminada la zafra. El 14 de noviembre, 140 trabajadores marcharon por las calles de la localidad de San Pedro y cortaron la ruta 34 reclamando que el Estado garantice el financiamiento de la interzafra y la cosecha de 2009, lo cual da cuenta de las necesidades salariales y la preocupación que genera el desempleo temporal.(9)  En febrero y marzo de 2010 los trabajadores de La Esperanza realizaron cortes de ruta y movilizaciones a la Casa de Gobierno y a los Tribunales de San Pedro para evitar el cierre de la empresa, que finalmente fue alquilada al Grupo Roggio con el compromiso de operar la fábrica y mantener los puestos de sus 2.200 trabajadores. La asamblea de trabajadores exigió mantener la planta de personal, replantar mil hectáreas de caña de azúcar, una bonificación de mil pesos para activar la zafra y un veedor obrero en la administración, además del aumento salarial del 35% que reclamaban los gremios de Salta y Jujuy.(10)

Las luchas por el salario

En el contexto del paro del 2009, por condiciones de trabajo, se reclamó un 30% de aumento. Para conseguirlo, mil obreros sitiaron las oficinas de la empresa para obligar a los gerentes a negociar. Allí, se asentó una vigilia que los acompañó en los lugares de trabajo hasta el día 30. Luego de 25 días de huelga los trabajadores levantaron la medida habiendo conseguido un 22,5% de aumento salarial, al igual que el resto de los ingenios de Salta y Jujuy, además de un premio al presentismo y la conformación de una comisión de seguimiento de las empresas tercerizadoras.(11)  La empresa pagó un 75% de los días de huelga a los efectivos y un porcentaje menor a los temporarios. Asimismo, se consiguió que se retirara el pedido de desafuero de los delegados sindicales y los telegramas de intimación enviados a más de 800 trabajadores, el pedido de quite de la personería del sindicato y el compromiso a no realizar despidos hasta el fin de la zafra. En mayo de 2010, se exigió un aumento del 37% y la equiparación con la escala de los ingenios tucumanos.(12)  Esto implicaba el cobro de un salario básico de 2.280 pesos que la empresa se negaba a pagar, razón por la cual una asamblea general votó paros progresivos. Pero éstos no llegaron a concretarse ya que se firmó un acta que llevó el básico a 1.934 pesos, con un aumento en dos cuotas más un adicional en negro. Se acordó que para abril del 2011 se blanquearán sumas hasta conformar un básico de 2.280 pesos, de modo tal que se parta del mismo piso y composición del salario que los ingenios tucumanos.

En La Esperanza, en octubre de 2002, los obreros comenzaron a reclamar por su incorporación a las negociaciones nacionales en las cuales se estaba intentando acordar un aumento que rondaba el 30%.(13)  Por su parte, la sindicatura ofreció una suma no bonificable a partir del mes de septiembre, acuerdo establecido con el Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio La Esperanza sin previa consulta con las bases.(14)  Producto de estas circunstancias, una asamblea de 400 trabajadores de planta, transporte y campo decidió parar la fábrica y tomarla. Al día siguiente una marcha que nucleó alrededor de 2 mil personas y organizaciones sociales y gremiales (CCC, CEDEMS, ADEP, ATSA, Municipales) se dirigió a la planta para solidarizarse. Ese mismo día fue emitida la orden de desalojo acompañada por un fuerte operativo policial, razón por la cual los trabajadores acordaron levantar la medida a cambio de que no se llevase adelante la orden, no se realizaran despidos, se cumpliera el convenio nacional y se despidiera a los síndicos Pedano y Cura por negligencia y fraude. Este problema resurgió en junio del 2003, al no cumplirse lo pactado con la jueza a cargo de la quiebra de la empresa, lo que provocó la reacción de 400 trabajadores que se declararon en huelga de brazos caídos. La sostuvieron durante 22 días junto con el corte de la ruta 34, con la consecuencia de la suspensión de la zafra.(15)  El conflicto finalizó cuando se acordó la incorporación al sueldo de 100 pesos y del adicional que anteriormente no era remunerativo, con el objetivo de alcanzar el sueldo de bolsillo que estipulaba el convenio nacional. También se consiguió la reincorporación de los 21 trabajadores despedidos durante la medida de fuerza, aunque no se pudo obtener el pago de los días de huelga.(16)

Siempre se ha insistido, con razón, en las ventajas naturales y tecnológicas de las que goza el campo argentino. Sin embargo, el obrero rural ha quedado históricamente en el olvido. Esto no es casual, ya que para aquellas producciones que no han podido mecanizarse lo suficiente, la superexplotación de los trabajadores a través de mecanismos como la tercerización, el trabajo en negro, los bajos salarios y la falta de seguridad laboral, es la única fuente de reducción de costos. Como vimos, tampoco existe ningún reparo en condenar a generaciones de personas a sufrir terribles enfermedades. El ocultamiento de los verdaderos productores del campo, y sus condiciones reales de vida, sólo puede ser superado mediante la organización. Ésta tiene hoy como tarea urgente la recuperación de UATRE (ver el artículo sobre el Gerónimo Venegas en este suplemento) para todos los obreros rurales y la adquisición de los mismos derechos laborales que el resto de los trabajadores mediante la sanción de una verdadera Ley del Trabajador Rural.

Notas:

(1) Estadísticas del Centro Azucarero Argentino, www.centroazucarero.com.ar/frame1.
(2) Publicación Especial EEAOC Nº 34: Estado actual y evolución de la productividad del cultivo de caña de azúcar en Tucumán y el noroeste argentino en el período 1990-2007, Dic. 2007.
(3) Prensa Obrera, 17/7/2008.
(4) La Verdad Obrera, 11/9/2008.
(5) Ver www.contraledesma.org.ar/spip.php?article38.
(6) Prensa Obrera, 9/7/2009.
(7) Prensa Obrera, 9/7/2009.
(8) La Verdad Obrera, 23/2/2006.
(9) Prensa Obrera, 20/11/2008.
(10) Prensa Obrera, 15/4/2010.
(11) Prensa Obrera, 30/7/2009.
(12) Prensa Obrera, 03/6/2010.
(13) La Verdad Obrera, 05/11/2002.
(14) La Verdad Obrera, op. Cit.
(15) La Verdad Obrera, 20/6/2003.
(16) La Verdad Obrera, 14/7/2003.

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