A fuego lento. Hace falta un verdadero plan de lucha

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A fines de diciembre, el Ministerio de Educación y Deportes de la Nación profundizó la política de despidos que marcaron la agenda de la patronal durante el 2016. En esta oportunidad, desafectó a 2.600 tutores del programa Nuestra Escuela y a 400 trabajadores precarizados (contratados o planta transitoria) del Ministerio de distintos programas como Orquestas, CAJ, Programas Socio-Educativos y Adultos, entre otros. En total, 3.000 trabajadores quedarán en la calle. Como ya es costumbre, el gobierno utiliza eufemismos para no aludir a los despidos: no se renuevan los contratos o, como en el caso de los tutores, se evaluará si son re-contratados en febrero o bien se atreven a decir que se trata de trabajadores que incumplían sus horarios (aunque no estuviera fijado por contrato). Todas excusas que circularon de pasillo dada la ausencia de las máximas autoridades que ordenan despidos y salen de vacaciones. Lo cierto es que el macrismo usa como excusa la precariedad laboral que sembró el kirchnerismo durante más de una década.

Frente a la avanzada de la patronal, el sindicato, dirigido por la Lista Verde y Blanca kirchnerista, mostró los límites de una dirigencia cuyos intereses se encuentran integrados al gobierno y muy lejos de los trabajadores. El jueves 29 se realizó una asamblea en Pizzurno para discutir un plan de lucha. Con la experiencia relativamente exitosa del MINCyT, la Verde y Blanca propuso replicar la medida y tomar el Ministerio de Educación. Incluso, pretendía hacerlo antes de que la asamblea lo votara. Pero, llegado el momento decidió que la toma se realizara en la sede de Av. Santa Fe, bajo la excusa de que allí es donde se encuentra el sector de Recursos Humanos. No se dispone a tomar el corazón del Ministerio (Pizzurno), tal como propuso la lista de izquierda/independientes de la Verde-Roja y Negra, mucho menos que las tomas se realicen en todas las sedes del Ministerio. En ese acto, se evidenció aquello que marcaría la tónica del conflicto dirigido por el sector K: confrontar parcialmente con la patronal. Decenas de organizaciones sociales y docentes se solidarizaron y acompañaron la toma (que prefirió llamarse permanencia pacífica), un festival se realizó el mismo jueves y se programó una conferencia de prensa para el viernes.

Pero ya el mismo jueves comenzaron las gestiones por desarticular la radicalidad del conflicto por parte de la Verde y Blanca. Con la excusa de mostrar buena voluntad y apelar a la sensibilidad de las autoridades, el viernes a la noche se decidió levantar la toma a la espera de un gesto de las autoridades el lunes siguiente sin nada a cambio. Cuando la medida podía empezar a crecer, la Verde y Blanca decide irse a su casa sin nada más que un llamado a la reflexión. Como la patronal aprende de los conflictos (y lo hizo particularmente con el MINCyT), el lunes 2 de enero todas las sedes del Ministerio aparecieron valladas y ocupadas con policía en su interior. No se trató de una política preventiva: todo aquel que intentó ingresar recibió palos, literalmente hablando. En lugar de potenciar y radicalizar la lucha, apelando a la decena de sectores que repudiaron la represión, la Verde y Blanca decidió el lunes levantar la ocupación y convocar a un abrazo al Ministerio (sede Pizzurno) al día siguiente. En asamblea negó la posibilidad de participar a los despedidos que proponían continuar con la toma usando como excusa una formalidad tonta del tipo “no pueden ingresar porque no tiene tarjeta”, de hacer la asamblea en la calle, ni hablar.

ATE-Educación convocó a un paro para acompañar el abrazo que se llevó a cabo el martes 3 junto a todos los sectores que bancaron la precarización del trabajo docente como CTERA, SUTEBA (sus defensas del Plan Fines sirven de vívido ejemplo), CTA y a organizaciones K como la Tupac Amaru, La Cámpora y fracciones del Movimiento Evita. La izquierda también dijo presente. De volver a tomar el Ministerio, ni hablar. ATE-Educación decidió convocar a “paro por tiempo indeterminado”. Para la tribuna, hablan de un acatamiento del 80%, por lo bajo convocan a un paro activo para discutir nuevas “medidas”. Se esbozó la posibilidad de una nueva acción, con los gremios docentes, para el lunes 9 de la que aún no hay noticias. La patronal no dio ninguna respuesta y, sin embargo, el plan de lucha de los sindicatos no aparece. Y, por ahora, la lista de los desocupados se engrosa con 3.000 nuevos trabajadores del área de educación.

En el conflicto actual se muestran, una vez más, los límites de conducción kirchnerista de ATE: no están dispuestos a dar una lucha en serio por los despedidos. Menos UPCN, que convocó a paro activo con cese de tareas. Oscilan entre la pasividad y la complicidad: se golpean el pecho y patalean pero organizar y lanzar un verdadero plan de lucha no está en su horizonte. En el mejor de los casos, discutirán cuál es la prenda de cambio. El sindicato no está dispuesto a dar la batalla por aquellos que ya no tienen organismos gremiales: los trabajadores recientemente desocupados. Los trabajadores de la educación despedidos, los precarizados y todo el resto de los trabajadores tenemos que tomar los problemas con nuestras propias manos. En el Estado no sobra gente, lo que sobran son necesidades sociales por atender. Si los dirigentes ya se rindieron, entonces vamos nosotros.

Hay que exigirle a ATE la convocatoria a un congreso urgente para organizar un plan de lucha contra los despidos. Pero no podemos quedarnos solo con esto. A este congreso se tiene que convocar a militantes populares e intelectuales para combatir el discurso oficial sobre el empleo público y elaborar un plan de empleo estatal destinado a la satisfacción de las necesidades populares.

La lucha de los trabajadores estatales no puede estar aislada del resto de la clase. Por eso, es necesario un congreso de todos los trabajadores ocupados y desocupados. Cada comisión interna, cada dependencia, cada colegio, cada barrio, cada comisión de despedidos debe discutir un plan de acción y elegir delegados. Hay que volver a levantar el movimiento piquetero e impulsar una nueva ANT, que vote un programa de reivindicaciones y un plan de lucha para hacerlo cumplir.

 

-No a los despidos en el Estado

-Por un Congreso de ATE donde se discuta un plan de lucha y un plan de empleo estatal según las necesidades populares

-Por un Congreso Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados

 

Corriente Nacional Docente Conti-Santoro

5 de enero de 2017

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